Capítulo 67: El sueño perfecto

232 30 4
                                    

Adora y su cama parecieron una sola alma durante todo el día. La rubia no se había levantado en todo el día, ya casi caía la noche y seguía sin moverse. Miraba al techo y parecía estar muerta en vida. Incluso esa parecía ser una mejor opción que enfrentar lo que estaba ocurriendo justo ahora en su vida. Había destrozado a la única persona que había amado, a la vez que ella se rompía a pedazos al pensar que la habían olvidado. 

-Ah, estás aquí- dijo Hardin al abrir la puerta de la habitación y verla ahí acostada -Te preguntaría por qué estás así pero creo que ya lo sé- comentó de manera déspota.

Adora se incorporó de la cama -¿Por qué Hardin? ¿Por qué te aferras en casarnos si sabes que no te amo? ¿Por qué no simplemente dejarnos ir?- le cuestionó.

Hardin se sentó en la orilla de cama, y sin voltearla a ver le respondió -Me amarás con el tiempo... Además que no puedo permitir que quede como el hombre que su novia la dejó por una mujer.

-Estás aferrándote a algo que no tiene futuro. ¿Qué pasará el día de mañana en el que ambos nos demos cuenta que estamos en una relación donde lo último que existe es amor? ¿Estás seguro en condenarnos a la miseria?

Hardin se levantó, se giró y la miró -Lo siento Adora, pero será tu miseria, no la mía. Está en ti si quieres que eso cambie- después se acercó acariciando su mejilla -Pero no te preocupes. Al final de todo eres de quién estoy enamorado, y no quitaré el dedo del renglón. Te enseñará a amarme, cariño- después se acercó aún más para arrebatarle un beso. Adora enseguida se giró evitándolo por completo. Hardin la soltó no sin dejar ver su sonrisa tan característica. Salió de la habitación dejando a Adora con un nudo en el estómago.

Ya todo parecía tan irreal, era como si todo en el mundo se viniera abajo para arruinarle la vida y la poca luz que llegaba haber se esfumaba en un abrir y cerrar de ojos.


Mientras tanto Catra se encontraba en una situación similar. Estaba en el departamento de Scorpia y Entrapta. Encerrada en la habitación miraba por la venta. Se sentía agotada por la batalla interna que tenía desde aquel día pero que justo hace unos cuantas horas se había intensificado. Deseaba haber podido alcanzar a Adora cuando salió corriendo. No quería sentirse culpable pero así se sentía, al saber que había visto su beso con Mara.

Toda esa avalancha de emociones comenzaban a ser desgastantes con la pobre chica. Volvió a la cama y se dejó caer en ella. Poco a poco sintió como sus párpados empezaban a sentirse pesados...


-Catra, cariño. Arriba, levantate que se nos hace tarde- decía Adora con dulzura mientras movía a la castaña para que abriera por fin los ojos.

Catra talló sus ojos para poder abrirlos. Apenas lo hizo y su corazón se aceleró al encontrarse con los ojos azules de Adora que le recordaban al mar. Aunque ella odiaba el agua, le había cogido cariño porque a Adora le hacía feliz jugar entre las olas y la brisa. Catra amaba eso más que nada en el mundo.

-Aquí estás- respondió Catra y se acercó a abrazarla. Suspiró al sentir su aroma dulce y su calidez la reconfortaba.

-Siempre- respondió Adora -Vamos- la cogió de la mano -¿No querrás llegar tarde, verdad? 

-¿Para qué?- preguntó Catra sin saber de que lo que hablaba Adora.

-¿Cómo qué para qué? Es la boda de Glimmer y Bow. Y nosotras somos damas de honor. Así que arriba porque si llegamos tarde Chispitas nos colgará.

-Está bien, sólo porque tú me lo dices. Además que muero de ganas de verte en vestido- comentó Catra aún soñolienta.

Las dos chicas se levantaron y se pusieron manos a la obra para arreglarse a tiempo y no llegar tarde. Adora con su vestido blanco y delicado con detalles en dorado, dejando su cabello suelto para que jugara con el aire. Mientras que Catra con su traje elegante y sexy entallando su cuerpo. Su peinado terminando en una coleta que resaltaba su belleza aún más.

Salieron rumbo al evento. Al llegar se emocionaron al ver cómo todo estaba arreglado de manera tan única. Los colores resaltaban y combinaban con el vestido de Glimmer. La boda fue un éxito, todos celebraban al escuchar el "Sí acepto" de los novios.

Glimmer y Bow lo primero que hicieron fue correr y abrazar a Catra y Adora. Se sentía la conexión de los cuatro en ese abrazo. Los cuatro se complementaban de una manera especial, todos alrededor lo notaban.

De pronto todo parecía que empezaba a andar en cámara lenta. El viento que soplaba hacía que el cabello de Adora ondulaba y bailaba en el. Catra la miraba mientras sentía como su corazón palpitaba, a la vez que su respiración se entrecortaba al ver como el brillo de su piel hacía un excelente juego con la luz del sol. 

Los ojos bicolores de Catra se dilataban cuando se encontraban con los de Adora, quedaba como boba. Adora al notarlo la cogió por el rostro mientras que, con una sutil delicadeza acariciaba sus mejillas. Le regaló una sonrisa de ternura al verla reaccionar de esa manera a su tacto, parecía magia. Al parecer esa era la palabra correcta para describir el amor que envolvía, magia. 

Mientras que Glimmer y Bow seguían gritando y celebrando. Catra y Adora seguían metidas en lo suyo. Adora se acercó, miró nuevamente los ojos de Catra, después bajó un poco la mirada hacia sus labios. Sonrió y la besó. El pulso cardiaco de Catra salió disparado por aquel acto, sentía como las piernas le temblaban. Aún no había aprendido a controlar su cuerpo cada que reaccionaba ante Adora.

Adora rompió con cuidado el beso, dejando a ambas con una sonrisa de amor que sin duda alguna se notaba hasta el fin del mundo. Ese momento era la expresión de su amor en su máximo esplendor. Las dos no eran completamente conscientes de que tan enamoradas estaban, sólo sabían que lo estaban. Eso bastaba.


Catra abrió los ojos y se encontró con la oscuridad de su habitación. Se había quedado dormida, todo había sido un sueño.


Aún no es el final [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora