Capítulo 77: Tan real

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Catra guardó la carta, su cuerpo temblaba y sus lágrimas salían sin poder contenerlas. Cada palabra que Adora había escrito le habían llegado a la más profundo de su ser. Le había movido cada centímetro de ella. Miraba hacia el cielo y deseaba regresar el tiempo, que de alguna manera poder cambiar todos los errores. De tener un minuto más para hablar con Adora, se arrepentía de ser tan dura con ella. 

Era consciente que había actuado de la misma manera cuando Adora había visto su beso con Mara en Luna Brillante. Había ocurrido lo mismo, Adora se resintió y no quiso escuchar a nadie, Catra actuó de la misma manera. 

-No, no, no, no, no, no es lo mismo- replicaba Catra tratando de calmarse -Por favor Catra, te costó tanto salir de ahí como para que ahora quieras volver- trataba de convencerse. Se levantó, cogió la carta sobre sus manos -Esto, esto no significa nada- arrugó el papel y después lo dejó caer de sus manos. Catra se dio la media vuelta, con la intención de irse del lugar, despojándose de aquellas palabras entonces las nubes se tornaron grises, empezó a llover

Apenas trató de avanzar pero parecía que algo la detenía. No podía irse, volvió a girarse y regresó corriendo a coger del suelo la carta que había dejado arrugada. La extendió tratando de arreglarla.

-No puedo, esto es lo que quiero- se hincó en el pasto que ya se sentía mojado. Abrazaba con fervor aquel papel en su pecho, aún con lágrimas en los ojos. La fuerza de la lluvia hizo que la pasará aún peor. Las gotas de lluvia ya la cubrían por completo. Cerró los ojos tratando de mitigar de alguna manera el dolor que sentía.

Justo entonces a lo lejos se escuchó una voz bastante conocida para ella -Hey Catra- era la voz dulce de Adora que se acercaba a la distancia.

Catra abrió enseguida los ojos, alzó su mirada desconcertada. Se incorporó enseguida, con el corazón latiendo a mil. ¿Había escuchado bien? ¿Adora estaba ahí?

Miró rápidamente a su alrededor y ya no había personas en el parque, sólo pasaban uno que otro auto por la carretera de a lado. Con cuidado guardó la carta dentro de su chaqueta. Después tapándose de la lluvia con su mano trató de ver hacia adelante. Y lo que apareció frente a ella parecía mágico e irreal.

Adora caminaba hacia ella y se detuvo a unos cuantos metros. Le sonreía y estiró su brazo, invitándola a coger su mano. La respiración de Catra se detuvo por unos instantes, no creía lo que pasaba. Empezó a caminar hacia frente para poder alcanzarla y cogerle la mano. Sin embargo, a cada paso que daba Adora se alejaba cada vez más.

-¡Adora!- gritó Catra con la desesperación que la veía más lejos a cada segundo. Empezó a correr hacia ella, con el corazón hecho pedazo con el simple hecho de sentir que la podía perder.

La imagen de Adora se alejaba cada vez más rápido y Catra obviamente aceleró el paso para evitarlo mientras seguía gritando con fuerza su nombre. Catra seguía tan entrada en el momento que sólo miraba hacia el frente y perdió la noción de su alrededor. Hasta que una luz intensa la iluminó desde un costado y el ruido molesto de una claxon la hizo detenerse en seco y girar la cabeza.

Catra estaba parada en medio de la carretera mientras un auto estaba frente a ella, haciéndole señas para que lo dejara pasar. Un poco más y la historia hubiera sido diferente. Catra se quitó del camino, no sin antes volver a mirar hacia el lugar donde se supone que Adora esta. No había absolutamente nadie, todo había sido producto de su imaginación.

-Me estoy volviendo loca- se dijo con voz tenue.

Después salió corriendo a buscar su moto para regresar a su departamento. Necesitaba cambiarse, estaba completamente empapada y necesitaba poner en orden sus ideas. Al llegar al departamento, abrió la puerta y se encontró con Mara quién la había estado esperando para hablar.

-Catra- dijo al verla entrar -¿Qué te pasó?

-Nada, me perdí en mis pensamiento por ahí. Iré a darme un baño- respondió y caminó sin ponerle atención.

-¿Piensas dejar así las cosas, no piensas hablarme?- cuestionó Mara.

Catra se detuvo y volteó a verla -¿Y que me vas a decir? Ya me dijiste todo. Lo siento, siento si en algún momento te hice confundir tus sentimientos, pero no puedo cambiarlo. Ahora sólo, déjame hacer mis cosas.

Mientras todo eso sucedía, Adora estaba en la casa con Hardin, quién estaba tomando un baño, Él chico había dejado su móvil en la mesa de cocina. Adora pasaba por ahí y fue justo cuando la llamada de Mara se hizo presente. Adora cogió el móvil y al leer el identificador de llamada se quedó pasmada.

-¿Pero qué carajos hace llamándole?- preguntó al aire. Trató de no darle importancia pero apenas iba a volver a dejar el móvil en la mesa entró otra llamada de Mara. Adora miraba la pantalla, terminaba una llamada y enseguida entraba otra. Eso comenzaba a ser raro, no quería contestar pero si que le quedaba la duda de porque Mara estaba buscando con tanta urgencia a Hardin, si se supone que no eran cercanos.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Hardin quién apareció a sus espaldas.

Adora dio un pequeño salto del susto, no lo había escuchado llegar, pero decidida le preguntó -¿Por qué Mara te está marcando con tanta insistencia? Van casi de diez llamadas perdidas de ella- le cuestionó.

-Dame mi móvil- se lo quitó de las manos -Las cosas que hablo con ella no son de tu incumbencia. Y no vuelvas a coger mis cosas- dijo con un tono enojado que trataba de cubrir el tono de nervios detrás -Además no tienes ningún derecho de pedirme explicaciones.

Adora se quedó con la intriga, sabía que el hecho de que Mara y Hardin estuvieran en comunicación no era nada bueno, algo había detrás de eso.

Mientras Hardin subía por las escaleras rumbo a su habitación, se aseguró que nadie lo siguiera y le regresó la llamada a Mara.


Aún no es el final [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora