Capitulo 89: "El nacer de la leyenda"

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Tras expulsar a Pandora, todo se había vuelto mejor en el día a día de cada civilización; Yang y yo nos reconciliamos a tal punto en que le presente a Yue y Yun como nuestras nuevas hermanas, a lo que él les concedió alma de diosas, volviéndose casi igual de fuertes que nosotros. Todo estaba yendo perfecto, cada civilización prosperaba y nos volvíamos cada vez más unidos, incluso pensamos en formar una sola nación que gobernaría Quadra-Fortis, teníamos todo para hacerlo... hasta que llegaron las malas noticias: Zadquiel había bajado para comunicarse directamente conmigo, ya que tenía algo de suma importancia por decirme.
"Tu hermano está condenado a morir a manos de un héroe, el Reino Imperial te implora que lo traigas a tu planeta y lo hagas parte de tu ejército para acabar con él", evidentemente, no le creí y pregunté los motivos por los que se querían eliminar a Yang para siempre, a lo que me respondió con la cara más seria que jamás había visto:
"Atentó contra el Dios Supremo, una falta grave que merecería la muerte directa por parte de los Arcángeles, pero ya no podemos hacerle frente; Yang consumió la magia de varios Archidemonios, volviéndose uno de los seres más fuertes del multiverso"; parece que mi lindo hermanito no había estado perdiendo el tiempo, consiguiendo poderes que ni él podía controlar. Zadquiel mencionó que al ser su hermana, yo conocía los puntos débiles de él, así como que yo era la única que podría entrenar a un sucesor capaz de acabar con él; el Arcángel me dijo que existía la profecía de que una entidad desconocida sería capaz de volverse el nuevo Dios Supremo, pero que debería pasar a través de innumerables pruebas que demostrarían su valía como héroe. ¿Un nuevo Dios Supremo? ¿Cómo se supone que yo entrene a alguien así? Sin embargo, él mencionó que me necesitaban para entrenar a uno nuevo, ya que nadie más estaba dispuesto a hacerlo por miedo a fracasar.

• Sin embargo, tú no temes a la derrota. •

☪ Porque yo nunca pierdo. Acepto. ☪

No tenía ni idea de lo que decía, pero si era por salvar al multiverso entero, no dudaría en sacrificar a mi hermano a cambio de proteger a mis hijos. Aún con toda la explicación detallada, no podía creer que en mis manos estuviera el destino de asesinar a Yang, mi pequeño hermano; aún así, si el multiverso depende de su muerte, no dudaré en salvar a otros a cambio de una vida.

• Él también conoce la profecía, pero cree fervientemente que él es el nuevo Dios Supremo. •

☪ ¿Y cómo se supone que encuentre a ese sucesor? ☪

• Tranquila, solito llegará. •

Zadquiel desapareció y me dejó con más dudas que antes, pero yo tenía en mente que todo estaba bajo mi responsabilidad. Los años pasaron, me enteré que hubo una segunda guerra entre Archidemonios y Dioses, donde Zero fue uno de los oficiales al mando, lo que me parecía impensable para un niño que ni era un Dios de verdad; al pasar el tiempo, llegaron noticias a mis oídos de que una nueva especie se había estado infiltrado entre las más fuertes e importantes de todos los universos, los humanos. Parecían ser una creación del mismo Dios Supremo, a lo que ya podía imaginarme todas las ventajas con las que nacieron y crecieron; a mis oídos también llegó que Pandora había estado moviéndose con los humanos, junto a otros Dioses que también habían bajado al planeta de estos seres tan espectaculares llamados "humanos". ¿Uno de esos humanos debía volverse en el nuevo Dios Supremo? ¿O quién debería serlo? Porque realmente me estaba desesperando por conocer al nuevo sucesor de nuestro superior.
El tiempo pasó, hasta que una nave de origen extraño pasó a través de un agujero de gusano, dejando ver a visitantes de otro mundo; emocionada y feliz, le dije a Yun que los recibiera como es debido, haciéndolos parte de nosotros desde un inicio. Ella les brindó poderes mágicos para ver qué tanta afinidad tenían con ella, e increíblemente nos sorprendieron mucho; eran humanos, pero de los más amables, fuertes y alegres que jamás haya conocido. Supe que debía entrenarlos como mis nuevos discípulos, por los que los hice pasar varias pruebas para que pudieran avanzar adecuadamente; sufrieron, lloraron, sangraron, y se sintieron derrotados, pero nunca los dejé caer.
Aldrin y Neil, eran los nombres de mis dos más grandes discípulos, en los que confié para que se volvieran aquellos que derrotarían a Yang, pero hubo un grave problema; Pandora había regresado a Quadra-Fortis, haciéndose pasar por alguien totalmente diferente y ocultando su magia para que ni yo pudiera percibirla en ese momento. Ella aprovechó las oportunidades de manera perfecta, se movió entre las sombras con su sigilo increíble, y una vez que tuvo todo en sus manos, nos destruyó toda la felicidad que tanto me costó forjar.

Astronomathgic: Los OscurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora