5.- Childhood AU

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Basado en el concepto de Hajnarus.

Arregló su mochila con juguetes y esperó a que su mamá le dijera que ya era hora.

Holly puso su cartera en su hombro y sonrió poniéndose de pie frente a su hijo. Esta era la primera vez que Jotaro hacía un amigo y ahora iría a su casa a jugar.

—Bien, corazón. Vamos a la casa de los Kakyoin.

Jotaro sonrió dando pequeños saltitos en su lugar y emprendió carrera a la entrada, donde empezó a ponerse sus zapatos con prisa.

El camino fue tranquilo, pero el pequeño pelinegro no se comportaba tranquilo para nada. Estaba demasiado ansioso por conocer la casa de otro niño.

Cuando llegaron a la casa con el apellido "Kakyoin" en la entrada, Jotaro intensificó los saltitos en su lugar.

Una mujer con el mismo rojo en el cabello que el niño que había conocido en el autobús abrió la puerta y los recibió. Holly se agachó frente a Jotaro, le pidió que se portara bien, le dijo a la hora que lo recogería y le dio un besito de despedida. Jotaro asintió con una sonrisa amplia y entró a la casa.

—¡Jojo! —exclamó el pequeño pelirrojo al ver a Jotaro.

—Nori... Háblale por su nombre —dijo su madre.

—Está bien, me gusta "Jojo". Siempre quise que un amigo me pusiera un nombre cool.

—Haaah... Yo también quiero que me pongas un apodo cool —reclamó el pequeño Noriaki.

La mujer negó con su cabeza con una sonrisa y los dejó ir a jugar donde quisieran.

—Uuh... ¿Cómo podría decirte? ¿No puede ser "Nori"?

—No, así me dice mi mamá —dijo inflando sus mejillas y haciendo un puchero.

Jotaro miró de arriba abajo al pequeño frente a él. Sus ojos eran bonitos... ¿Murasaki[1]? No. Muy largo. ¿Aka[2]? Tenía que dejar de pensar en colores.

—¿Rasen[3]? —dijo mirando al llamativo mechón que caía por el costado derecho de su rostro.

Kakyoin miró al pelinegro y sonrió con sus ojitos brillando. Así es como le decía a su amigo que nadie más veía cuando se volvía lianas.

—¡Me encanta! Suena genial. Seremos Jojo y Rasen entonces. ¡Vamos al patio! Podemos jugar a ser superhéroes.

Ambos corrieron al patio y empezaron a jugar y reírse como nunca. La madre de Noriaki los miraba por la ventana sin poder borrar la sonrisa de su rostro. Su niño se veía tan feliz. Al fin había conseguido un amigo, y parecía ser un muy buen niño.

Fue a preparar fruta picada para que comieran cuando Jotaro se tropezó y, antes de que pudiera caer, Kakyoin usó a su amigo especial para que lo sujetara y evitara que se hiciera daño.

Jotaro se quedó un momento mirando fijo a la nada. Por un segundo, pareció ver una especie de humanoide verde brillante.

Miró a Noriaki, quien de pronto se asustó de pensar que Jotaro se iría corriendo y no querría volver a jugar con él nunca más.

—¿Tú también tienes poderes? ¡Mi abuelo tiene poderes! —dijo emocionado y con una enorme sonrisa—. ¡Yo también quiero poderes! ¿Cómo los conseguiste?

—¿C-cómo...?

—Por un segundo lo vi. Era como un cyborg extraño y era verde brillante con algo plateado en la boca. Lo vi, era genial.

—¡Sí, él es así! Me ha acompañado desde hace tiempo, pero nadie nunca lo había visto. Nadie me creía que lo tenía.

—¿Qué otras cosas puedes hacer con él? ¡Muéstrame! ¡Muéstrame, por fiiiiii!

Kakyoin asintió con su cabeza y tomó de la mano a Jotaro, corriendo hacia su habitación escaleras arriba. Cerró la puerta y sacó a Hierophant Green. Avisó que debía concentrarse mucho y cerró sus ojos, ordenándole a aquel "amigo" que levantara algunos de sus juguetes.

Jotaro estaba completamente fascinado, sobre todo cuando, cada cierto rato, era capaz de ver al ser que estaba manipulando todos esos juguetes en el aire mientras su amigo se quedaba quieto en un lugar.

—¡Nori! ¿Estás en tu cuarto? —anunció su mamá subiendo las escaleras.

Los juguetes cayeron de pronto y el pelirrojo se notó preocupado. Jotaro tomó algunos de los juguetes y miró a los brillosos ojos violeta y los temblorosos labios contrarios.

—¿Tu mamá no sabe?

—No me cree...

Jotaro asintió y la señora Kakyoin entró a la habitación.

—¿Qué pasó que no me contestabas, Nori?

—Oh, lo siento, yo estaba hablando mucho —dijo Jotaro pretendiendo jugar con los juguetes que el amigo verde de Noriaki estaba levantando.

—Ahh, entiendo... Les traje fruta picada y jugo. Tengan cuidado de no derramar los vasos, ¿sí?

—Sí, señora.

—Sí, mamá. Gracias.

La señora se retiró, pero Jotaro siguió notando preocupación y cansancio en el pelirrojo.

—Está bien si tu mamá no te cree, Rasen. Yo sí te creo. Lo vi con mis propios ojos. No importa cuánto te digan que es invento tuyo, yo siempre te voy a creer. Y si alguien se mete contigo, ¡yo te defenderé! —exclamó apretando el juguete que tenía en su mano.

Y un "crack" se escuchó.

Ambos se quedaron en silencio y bajaron la mirada a la mano de Jotaro. El pelinegro abrió su puño y el juguete cayó partido por la mitad.

—Uh-oh... Lo siento... ¡Lo siento mucho! No fue mi intención romperlo. Yo...

—Jojo... —dijo Noriaki mirando por sobre el hombro ajeno—. T-también tienes uno...

—¿Qué? —cuestionó mirando detrás de él encontrándose con un chico de color violeta y cabello negro flotante—. ¡Ah! ¿Q-qué...?

Noriaki se apresuró a acercarse a él y sujetar a Jotaro por los hombros.

—Está bien. Tranquilo. No te hará daño. Es igual que mi amigo, ¿verdad? —dijo lo último dirigido al muchacho violeta.

—Ora... —respondió él, pero asintiendo con la cabeza.

Kakyoin sacó a su propio hombrecillo misterioso y ambos se acercaron para conocerse. El pelirrojo miró a Jotaro con una sonrisa que le decía que todo iba a estar bien.

—Deberíamos ponerle nombre a ellos también. Aunque a él le digo Rasen, como me pusiste tú a mí, porque se hace cuerditas...

—Entonces lo dejaremos como Rasen a él. Se ha llamado así por más tiempo. A ti te diré... Murasaki —le dijo al chico que, por algún motivo, solo usaba un taparrabos—. Y tú deberías tener un nombre pegajoso y cool... Como el mío. ¿Qué tal Kiky?

—Jojo y Kiky... ¡Me gusta!

Siguieron jugando, esta vez los cuatro, buscando las habilidades de "Murasaki" y rompiendo un par de cosas en el proceso. Pero iba a estar bien.

Todo iba a estar bien ahora. No importaba cuándo molestaran a Noriaki por su cabello rojo ni cuánto discriminaran a Jotaro por ser un Hāfu[4]... Ya no estaban solos. Se tenían el uno al otro, se entendían y se defendían. De ahora en adelante, su amistad los sostendría y afianzaría su confianza, cada día más.

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Aclaraciones:

1.- Murasaki: 紫 significa literalmente púrpura o morado. Jotaro pensó que ponerle un apodo acorde a su color de ojos podía servir.

2.- Aka: 赤 significa literalmente rojo. Jotaro pensó después en usar el color de su cabello.

3.- Rasen: 螺旋 significa literalmente Espiral. Jotaro pensó en este por su cabello en forma de espiral.

4.- Hāfu: Proviene de la palabra en inglés "Half" y es la manera en que los japoneses se refieren a un mestizo. Hajnarus tiene este concepto de que a Jotaro lo molestaban por ser mitad británico.

30 Days JotakakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora