16.- Reincarnated

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Rebuscó entre las libretitas a ver si había una de su color favorito, ese verde centelleante que le recordaba a Hierophant Green.

Su nombre ya ni siquiera era el mismo. Solo recordaba que antes su nombre era Kakyoin Noriaki.

Los usuarios de stand mantenían sus recuerdos de vidas anteriores, haciéndole recordar todo, incluso el momento de su muerte.

—Akira —llamó su madre volviendo a la fila del supermercado—, de nuevo estás perdido en tus pensamientos.

—Estaba pensando en cómo arreglármelas si es que no volvías a tiempo a la fila.

Ambos caminaron fuera del supermercado, una vez que pagaron todo. Cuando estuvieron fuera del lugar, unos ojos verdes centelleantes le trajeron de vuelta toda su vida anterior al cruzarse en su camino.

Volteó de manera violenta y se dio cuenta de que el pelinegro también había volteado hacia él.

—¿Jotaro?

—¿Kakyoin?

Ambas madres se quedaron quietas por las acciones de sus hijos y los extraños nombres por los que se llamaron.

—Hijo, ¿qué sucede? Debemos irnos, ya detuve un taxi.

—Aquí, mañana a la misma hora —dijo el pelirrojo antes de voltear e irse.

El pelinegro asintió y se alejó del lugar junto a su madre.

Al día siguiente, en el mismo lugar y unos minutos antes, ambos estaban ahí.

—Jojo... —dijo el pelirrojo acercándose a él y abrazándolo por el cuello.

—Kakyoin... —susurró en su oído respondiendo el abrazo—. Pensé que nunca volvería a ver a alguien con un stand.

—También yo... Pero siempre te he recordado a ti más que a nadie.

Se fueron a pasear hasta llegar a un parque y se sentaron bajo un árbol. Hablaron sobre sus vidas actuales y Jotaro le contó lo difícil que fue vivir después de su muerte.

Abrazados y, sin saber cómo proseguir, se quedaron un rato en silencio viendo las hojas de los árboles mecerse.

—Así que... De Kakyoin Noriaki pasaste a Hana Akira...

—Y tú eres Sora Dai. Ambos mantuvimos algunos kanjis de nuestros nombres.

—¿Qué más mantienes de tu vida anterior aparte de tu imagen, tu stand y un par de kanjis?

—La pregunta directa habría sido más corta, ¿no, Jojo?

—Bien, ¿sigues teniendo sentimientos por mí?

—Sí. Los sigo teniendo. Sigo quedando embelesado en la belleza de tus brillantes ojos, sigo deseando que tus brazos no me suelten y sigo deseando tener el valor de besarte.

El pelinegro no esperó nada más y se aventó a los brazos contrarios, presionando sus labios contra los del pelirrojo y abrazándolo con fuerza, dejando en claro que no pretendía dejarlo ir nunca más.

—¿Cada reencuentro tiene que tener un beso? Porque si es así, prefiero fingir que no los conozco —dijo una voz ajena y, extrañamente familiar.

—¿Polnareff? —dijo Kakyoin separándose del pelinegro.

—Vete, arruinas mi momento —dijo Jotaro sin soltar a Kakyoin.

—Por cierto, ahora soy Clément, no Jean Pierre.

—Qué buena información, hubiese estado genial si te hubiese preguntado.

—Jojo, no seas así. Es nuestro amigo.

—Pero era un momento emotivo contigo.

—Entiendo, Avdol y yo tenemos muchos de esos —dijo el peliblanco.

Kakyoin se emocionó y sus ojos brillaron.

—¿Avdol también?

—¿Avdol tiene estómago para estar contigo? —añadió Jotaro.

—¡Jojo! Deberíamos organizarnos y juntarnos todos un día.

—Buena idea, otro día, ahora vete y déjanos solos —le dijo a Polnareff aferrándose al pelirrojo.

Intercambiaron información de contacto entre todos y Kakyoin hizo un grupo de chat con todos.

—Será una cita doble entonces, a menos que encontremos a Joseph o a Dio. ¡Vamos, Iggy! —exclamó antes de silbar y un pequeño Boston Terrier salió corriendo detrás de él.

El pelirrojo iba a decir algo cuando el ojiesmeralda se lanzó de nuevo sobre él y empezó a repartir besos por todo su rostro y luego dejó una mordida suave en su mejilla. El teléfono de ambos empezó a sonar con notificaciones. Obviamente era Polnareff hablando en el chat grupal, lo cual hizo gruñir a Jotaro, mas eso no lo detuvo de seguir llenando de besitos a Kakyoin.

—Voy a matar a ese idiota —gruñó sobre los labios contrarios, provocándole una risita al más bajo.

—Tengamos una cita en un lugar más lejos la próxima vez, ¿sí, Jojo...?

30 Days JotakakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora