"Estoy oficialmente divorciado" dictaba el mensaje que lo despertó una noche. Kakyoin sintió que su corazón saltaba de emoción y sonrió sin poder evitar la alegría.
Sin embargo, sabía que el pelinegro no podía llegar y abandonar todo en su país e irse con él. Pero lo haría, estaba seguro.
—¿Mamá? —se escuchó junto con unos golpes en la puerta—. ¿Te estás sintiendo mal? Me iré a dormir pronto y no te has levantado. Preparé tu desayuno.
—Gracias, Jouta... Pasa.
El menor abrió la puerta y se encontró al pelirrojo con una sonrisa y los ojos llenos de ilusión.
—¿Pasó algo bueno?
—Tu padre se divorció... Ni siquiera ha pasado una semana, no puedo creer que lo haya hecho tan pronto.
—Posiblemente sea mentira.
—¡Jouta!
—Lo siento, mamá. No puedes esperar que, de la noche a la mañana, confíe plenamente en alguien solo porque es mi papá, quien jamás estuvo presente en mi vida y no tenía idea de mi existencia.
—No te pido que confíes en él, solo te pido que lo conozcas. Es importante para mí, de verdad estoy enamorado de él. Es lo mismo que eso de salir a citas que me sugeriste hace un tiempo, Jotaro es mi cita y quiero que lo conozcas y, ojalá, que te lleves bien con él. Ahora, que esa cita resulte ser tu padre, es muchísimo mejor, ¿no?
—No tienes que venderme nada, mamá. Sabes que haré cualquier cosa que te haga feliz. Bien, ahora iré a la cama. Mañana iré por un par de bolsas y empezaré a llamar a ver si hay otros proveedores. No creas que no he notado que estás débil. Hay sulfato ferroso en el primer cajón de la cómoda.
—Gracias, hijo.
Jouta dejó un beso en la frente de su madre y salió de la habitación, cerrando la puerta y dirigiéndose a su propio cuarto.
Kakyoin texteó a Jotaro en respuesta.
"¡Wow! Eso fue rápido. Eres genial como siempre"
Jotaro leyó el mensaje y llamó al pelirrojo.
—¿Diga? —dijo sin poder quitarse la sonrisa del rostro.
—Estamos en hemisferios contrarios, pero como tú vives de noche, podría decirse que vivimos el mismo tiempo despiertos.
—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —preguntó Kakyoin acomodándose en la cama.
—Bien —respondió el pelinegro con un suspiro—, siento que me quité un enorme peso de los hombros. Por suerte, no fue difícil hacer que firmara los papeles, ella también estaba harta de mí. El único problema ahora es la niña. Ella quiere la custodia completa, pero... Quiero que Jolyne conozca a Jouta y que te conozca a ti.
Kakyoin sentía que estaba en las nubes. Antes solo había sido capaz de soñar un momento como este.
—Me alegro que todo saliera relativamente bien. Esperemos que puedas arreglar el tema de... ¿Jolyne?
—Sí, Jolyne. Y gracias. Espero verte pronto, pero creo que arreglar todos mis temas laborales y hacer todos los arreglos antes de irme me tomará un par de meses.
—Tómate tu tiempo, no te presiones.
A partir de eso, empezaron a mensajearse a diario, se llamaban al menos una vez al día. Jouta veía a su madre considerablemente más feliz, y parecía menos renuente a cuidados de salud.
Se daban los buenos días por mensaje sagradamente, aunque a veces por trabajo no pudiesen hablar mucho durante el día. Pero se entendían, sabían que tenían otros asuntos que atender y solo esperaban una pequeña respuesta para saber que estaban bien, o esperar a una llamada donde ambos se contaban su día, cómo se sentían y algunas planificaciones para el día siguiente.
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30 Days Jotakak
RomanceChallenge autoimpuesto y creado por mí, realizado en el mes de septiembre de 2021