Amando al... ¿Enemigo? [HICCSTRID]

Luna

(1 mes después)

Marzo 10

Martes

HIPO

Viajaba en el asiento trasero de mi camioneta mientras Thaddeus el chofer familiar conducía. 

Me hubiese gustado manejar, pero si quería llevar conmigo a chimuelo un rato más necesitaba a alguien que pudiera regresarlo. Él ha sido mi más grande compañía después de lo ocurrido.

Yo había renunciado al título de rey ese día en cuanto elegí a Astrid sobre los chicos los cuales me alejé desde ese entonces. Para mí ya no importaba nada de eso y mucho menos quería rodearme de personas que se involucraron en los daños. 

<<Aunque... ¿Por qué lo hicieron si en aquel lunes los habíamos visto conversar y charlar con las chicas?>> 

Estaba muy confundido por todo. Me sentí traicionado y a la vez culpable por haber yo también comenzado aquello que aunque claro que después de conocerla me aferré a un plan de borrar ese error, pero.... Fue demasiado tarde. Tal vez demoré en confesar mis sentimientos, tal vez me enredé mucho en mis hilos y me confié de más...

Estaba perdido. 

Me enfoqué en mantenerme optimista y ocupado mientras el dolor pasaba. 

Intenté hablar con Astrid luego de ese día, pero Mérida parecía tenerla en una torre en la que jamás me dejaba subir. 

Incluso creo que más que protegerla como "amiga" sentía que quería alejarla de mí sólo por miedo a que yo le dijera la verdad sobre cómo me sentía. O conociéndola creo que le había llenado de mentiras la cabeza tal como lo hizo cuando terminamos y le contó a los demás mi fama de ser "infiel" y que ella pudo notarlo pronto, así que como toda "heroína" salió de mis supuestas garras y fue esa chica que el "fuckboy" de Hipo Haddock no pudo tener.

 Eso y agregando a mi memoria cuando Astrid mencionó que fue Mérida quien le advirtió sobre mi antes de que ella se fuera al campamento, me hacía sospechar en su actitud. Pero tampoco podía hacer mucho estando en esta posición y dada que mi fama ahora es más hecha por rumores de la gente que mi yo real, no es fácil desmentir todo. 

Al no pertenecer a un grupo de Kings y renunciar al equipo de básquetbol, me sentí más libre de poder pasarme el tiempo en clases de robótica, las cuales me ayudaron a formar parte de un programa para candidatos ideales que las universidades de tecnologías de la información o mecánica podrían interesarse en nosotros debido a nuestros trabajos sobresalientes.
Y como era obvio mi papá y mamá al igual que los padres de Astrid se enteraron de lo ocurrido. Parecían afligidos por vernos distanciados, ellos creían que tenía solución, pero en sí sólo conocen una parte de la historia.

Recuerdo que el miércoles, la primer cena después de lo ocurrido, asistí esperanzado de poder verla, pero claro que ella nunca apareció. Ni la cena siguiente, ni la siguiente. Nick o Victoria siempre recibían una llamada minutos antes de empezar a servir donde Astrid les avisaba que se quedaría a elaborar proyectos, clases extra de matemática, que iría al club para poder ensayar más su presentación, etc. 

Sabía que ella me evitaba, y sus padres supongo que lo sabían, pero no la culpaba ni mucho menos me enfadaba. Incluso los padres de Astrid me intentaban animar de vez en cuando ya que al igual que a su hija, nos veíamos muy deprimidos.