Amando al... ¿Enemigo? [HICCSTRID]

El fin de la noche es donde la historia comienza.

Sus cabezas se iban acercando más, y sus alientos chocaban. Ambos comenzaban a cerrar los ojos cuando...

-¡Señorita Astrid!-

-Señorita Astrid, ¿Está aquí?- se escuchó una voz femenina.

La nombrada cerró los ojos con fuerza maldiciendo por dentro, le murmuró a Hipo un "lo siento" antes de quitar los brazos de su cuello.

-¡Ya voy, barnepike!-

Le contestó Astrid a la mujer. Retrocedió para tomar sus zapatos y ponérselos mientras caminaba hasta Hipo.

-¿Brnepike?- preguntó Hipo.

Astrid asintió

-Si, es...-

Hipo/Astrid: -"Niñera" en Noruego-

Astrid lo miró sorprendida.

-Mis padres sienten un gran apego a nuestro lenguaje nativo, pero no creí que tú también lo hablaras- le mencionó el chico con asombro.

-Bueno, yo no creí que lo entendieras, pero aquí estamos siendo dos nerds de idiomas- rió- ahora sígueme-

Pasó de él y a los pocos pasos, atravesaron una barrera de árboles para después hallarse de nuevo en el parque frente a la gran casa.

Una mujer de 40 años, que vestía un traje azul cielo y un delantal blanco esperaba a la joven.

-Es hora de cortar el pastel, señorita- le dijo la mujer, para luego caminar unos pasos delante de ella.

Llegaron de nuevo a la gran casa donde todos estaban reunidos alrededor de una gran mesa con un enorme pastel de dos pisos color rosa y chocolate blanco que se derretía desde la punta.

ASTRID

Mamá me estaba esperando junto a la mesa, me sonrió y me tomó de los hombros acercándome hacia el pastel mientras papá colocaba dos velas que formaban el número 17, mientras que todos comenzaron a cantarme la canción del feliz cumpleaños. No pude evitar sentirme nostálgica y, bueno, feliz.

<<Pide un deseo>> me susurró mi padre cuando todos terminaron de cantar.

Y lo único que pensé fue:

<<Que me pase algo extraordinario>>

Soplé las velas y todos aplaudieron.

Luego, las cocineras comenzaron a cortar el pastel y mi madre me tomó de los hombros de nuevo, ahora guiándome fuera de la mesa.

-Cariño, quiero que conozcas a alguien-
En eso, mi padre también se nos unió.

HIPO

En cuanto Astrid sopló las velas, mi padre y madre se hicieron a un lado de la multitud que estaba haciendo fila para recibir su rebanada de pastel.

-Hijo, vamos a presentarte a alguien-
Me dijo mi padre mientras caminábamos hacia los señores Hofferson y a... Astrid.

NARRADOR OMNISCIENTE

-Hipo, ella es Astrid, Astrid, él es mi hijo Hipo-
Los presentó Valka conteniendo el tono de emoción que tenía

-Si bueno... ya nos conocíamos- sonrió un poco Hipo tras compartir una mirada con la rubia

Magnus, Estoico, Valka y Assa que estaban tan emocionados por el reencuentro se quedaron un poco desilusionados y en shock ante la respuesta del joven.

-¿Qué?- se preguntó Magnus
- ¿Pero... cómo? ¿cuándo?-

-Hace poco, afuera de la casa-Astrid rió un poco al ver la cara de los adultos
- Se podría decir que nuestros caminos chocaron-

-¡Ay, "Sa"!-
le habló Valka a Assa
- Y no estuvimos para documentar el histórico momento-

Los jóvenes se miraron cómplices con una sonrisa al notar que acertaron en lo que dirían sus padres.

-Bien, entonces hay que celebrar- aclamó Estoico intentando no perder tiempo en el "hubiera".

Todos se dirigieron a una mini barra que se hallaba debajo de tejaban y de allí tomaron cada uno una copa de champán.

-Brindo por esta bella dama- hizo un ademán con la mano hacia la rubia- que el día de hoy conmemora un año más de vida. Y brindo porque además de eso, nuestras familias son oficialmente amigas y aliadas. Espero que luego esto, los dioses nos permitan crear más proyectos juntos-

-¡Salud!-
Dijeron todos al mismo tiempo y dieron un trago a su bebida.

-Que este sea el comienzo de una nueva amistad, Hofferson-
Le habló el castaño a la oji azul que estaba a su lado extendiendo su copa en señal para que la chocaran.

-Por una nueva amistad, Haddock-
Le guiñó un ojo y terminó por extender su copa y chocarla con la del castaño.

El resto de la noche estuvieron junto a sus padres hablando de la famosa historia del rio Orkla. Todos reían y se divertían.

Para cuando Hipo se fue, se despidió de la chica besándole la mano. Esta sonrojada sonrió.

Esa noche sin duda, fue mágica para nuestros dos protagonistas.

¡Oh!, pero como bien dicen, las bonitas historias no duran para siempre...¿Verdad?