Después de la Tormenta

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Octubre 18
NARRADOR OMNISCIENTE

-Y... Estás lista- le sonrió Astrid a la cachorra apagando la secadora.
La criatura peluda se sacudió antes de bajar de sus piernas y correr hacia el lado opuesto del baño de los chicos.

Astrid se sacudió los pelos de su pantalón.
-Menos mal que recordé que Patán es un fanático de su belleza- mencionó Hipo asomándose por la puerta.
-Como si pudiera olvidarse que Patán está obsesionado consigo mismo- rodó los ojos divertida- menos mal que logramos tener todo a tiempo antes de que Callahan llegue-  le recordó de igual forma la chica.
- Ahora sólo queda que ella se quede callada cuando llegue a inspeccionar- apuntó a la cachorra con su mano izquierda aún sin entrar a la habitación.
-Dioses, Haddock, no va a morderte.¿Quieres acercarte?- replicó Astrid
-Ella me odia, As. Lo veo en sus ojos infernales-
-Infernal tu trasero, dramático- rodó sus ojos oji azules ante su comportamiento y se aproximó al animal para acariciarla.
-¿ves? No hace nada-
-claro, como tú no le viste brillar los ojos como maldito incendio forestal mientras un rayo caía a sus espaldas mientras te ladraba, pues claro que es linda-
Ella ríe ante su explicación dramática y niega con la cabeza.
-miedoso-
A pesar de que lo dijo en un susurro, el oji verde logró escucharla;
pensaba contraatacar con una sonrisa juguetona, pero el sonido de pasos en el pasillo hizo que este se pusiera rígido.
Astrid al igual que él, se pone de pie de inmediato.
-Mierda, llegó temprano- maldijo por lo bajo el castaño
-Sal, yo escondo a Tormenta y en uns segundo te alcanzo-
Él asintió y cerró la puerta.

Los pasos comenzaron a escucharse más cerca.
-Eh... Astrid- le susurró Hipo nervioso a través de la puerta intentando alertarla que el tiempo para que no fuesen descubiertos estaba por acabar.
Justo 4 segundos antes de que el director de la escuela diera vuelta en el pasillo que conducía al gimnasio, la rubia logró su cometido y salió del lugar donde se encontraba dándole una sonrisa de alivio a su compañero.
Ambos se alejaron rápidamente del baño, para correr a la entrada y recibir a su profesor.
-Oh, aquí están- les habló con cierta alegría en su voz al verles.
-Como debe de ser, señor- respondió el castaño.
-Bueno- se frotó las manos ansiosos-  hagamos esto rápido y comencemos con su inspección de último día para que puedan irse a casa y... -observó la vestimenta complemente sucia y llena de barro de la rubia, y los tenis del chico, que yacían llenos de lodo con césped- puedan tomar un baño-
Ellos le sonrieron inocentes.
-Sus listas de control, por favor- les solicitó el hombre castaño cobrizo, a lo cual los chicos entregaron sin chistar para que así, el hombre los colocara sobre su pisapapeles.
-¿por dónde quieren empezar?- justo cuando la oración del profesor terminaba, de un lugar no muy lejano, un sonido de unas garras rascando la puerta se hizo presente provocando repentina confusión en el rostro del mayor.
El ojo verde y la oji azul, completamente sobresaltados, saltaron a su propio rescate.
-¡por la cafetería!- contestaron rápidamente captando la atención del profesor.
Pero Astrid al notar lo raros que se habían visto, se aclaró la garganta.
-Eh, bueno, es que... La cafetería es grande y bonita...-
-Sí, -le auxilió su mejor amigo- y pasamos mucho tiempo limpiándola y puliéndola-

Callahan, con extrañeza en su mirada debido al  fuerte entusiasmo de los jóvenes los miró por un segundo con el ceño fruncido antes de convencerse.
-Bueno, está bien, vayamos allá- se dió la media vuelta y comenzó a caminar rumbo a la nueva locación.

Astrid e Hipo se chocaron los puños sintiéndose aliviados y siguieron los pasos del hombre.

30 minutos más tarde

-Excelente, todo parece estar en orden chicos- les felicitó su profesor tomando sus últimas notas en su pisapapeles luego de examinar los vidrios limpios del gimnasio y la pintura remarcada en los anuncios.
-Bueno, creo que oficialmente su castigo terminó- les sonríe entregándoles sus hojas de control ahora firmadas y selladas como certificado de liberación.
-Muchas gracias, profesor Callahan- agradecieron.
-Espero que hayan aprendido su lección- les miró con una sonrisa de lado y su dedo índice de advertencia.

Amando al... ¿Enemigo? [HICCSTRID]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora