Guerra en la cafetería

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Agosto 28

HIPO

Vamos a la mitad de la cuarta semana desde que iniciaron las clases.
Todo tranquilo.

Claro que encontramos a Astrid y al resto de las Queen B en los pasillos, pero como el plan dictaba, fingimos hacer cara de odio y repulsión cuando nos vemos. Aunque ahora creo que Patán y los chicos comienzan a sospechar, puesto que soy el único en el grupo que no dice nada sobre nadie. Cuando todos empiezan a hablar de ellas, yo por inercia salgo del lugar excusándome en que debo ir a clase o que mis padres me necesitan en casa. Y, hablando de casa; Me sorprende mucho el hecho de que Astrid y yo nos llevemos tan bien cuando toca vernos en la noche de cena grupal; sí, cena grupal: desde que aceptamos ser acompañantes en la gran presentación se llegó a la idea asombrosa de que nos reunamos a comer/cenar en casa de una de las dos familias todos los jueves. Todo con el fin de planear y convivir.

Astrid, a pesar de que he conversado cosas muy superficiales con ella, es muy amable y risueña. Y se transforma en un remolino que reparte amor y caricias cuando ve a chimuelo. Aunque creo que esto puede comenzar a perjudicarme si empiezo a verla como una verdadera amiga y no como sólo una "socia".

9:10 am

El segundo timbre de advertencia sonó.

Me dirigí casi corriendo hacia mi primer clase de biología. Se supone que debía de tenerla desde la primer semana en la que ingresamos, pero por cuestiones desconocidas, no había un profesor que nos pudiese dar clase y hasta el día de hoy se encontró uno.

Subí las escaleras a trote y luego de caminar un poco, conseguí encontrar el aula.

Había pocos alumnos sentados en las butacas. Yo ni siquiera enfoqué la mirada en ellos puesto que como ya decía, Iba tarde.

-Profesor, discul...-

-Apellido-

Me interrumpió el hombre de camisa azul cielo y pantalones de vestir grises que estaba sentado en el escritorio. Ni siquiera me había mirado, tenía los ojos puestos en una lista que estaba en su mesa.

Yo quedé un poco confundido al notar lo poco que le importaba saber mi excusa del por qué mi retraso, pero tampoco iba a replicar.

-Eh, Ha-Haddock-

Él comenzó a recorrer su pluma a través de la lista como si intentara buscarme.

-De acuerdo, Ha-Haddock- dijo burlándose de mi tartamudeo- mesa 3, fila 1, al lado de Hofferson- alzó la mirada y señaló a una chica rubia que se encontraba en una mesa a un lado de la ventana, en el lado derecho del salón.

Cuando yo también alcé la vista para conocer de quién se trataba mi compañera. No lo podía creer: Astrid. 

Le murmuré un gracias antes de caminar hacia mi mesa.

Le sonreí a Astrid y ella me devolvió el gesto.

-Jamás creí que te interesara la Biología, Hofferson- le dije al sentarme a su lado

-Y yo jamás creí que a ti te gustara usar el cerebro, Haddock-

-Auch- le respondí

Amando al... ¿Enemigo? [HICCSTRID]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora