Este dia lo cambiara todo

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La vida de Samuel giraba única y exclusivamente alrededor de la fábrica de chocolate que sus padres le habían dejado como herencia, aunque su muerte fue aún muy prematura, siempre tuvieron claro que querían que sus hijos en especial Samuel se hicieran responsable completamente de la fábrica

Sus padres fueron personas muy querido por todo el personal y personas que los rodeaba, su único error fue consentir tanto a sus hijos al querer darle todo lo que ellos no tuvieron en su infancia...


Samuel caminaba por los pasillos del área ejecutiva de la fábrica, todos los días podía escuchar los suspiros de una que otra mujer y sonreía alagado, no podía negar que era un hombre guapo, pero para Samuel, lo único para lo que vivía era para su empresa

No creía en el amor, no creía en la familia a pesar de haber tenido una muy buena, su único motor era el poder y el dinero, para él, el dinero podía darle todo lo que deseara, hasta un amor a su medida, tenía una idea clara de cómo sería su vida si alguna vez se casara, un matrimonio en el que sus deseos sean prioridad

Feliz cumpleaños señor-dijo su secretaria, una señora de aproximadamente 47 años que fue también la secretaria de su padre antes de morir

Samuel simplemente sonrió y asintió en señal de agradecimiento por haber recordado tal evento

Samuel: mi agenda -sentenció antes de entrar a su oficina-

Era un hombre frío y calculador, así siempre lograba conseguir todo lo que se proponía...

....

Para Andrea la vida era solo una y la vivía como tal, disfrutaba de los lujos que le dejaba su trabajo, quería lograr tantas cosas que siempre creía que su juventud no le alcanzaría para lograrlo

Había conseguido muchas cosas desde que salió de su casa a la edad de 18 años, sus padres a pesar de amarla y protegerla todo el tiempo, no pensaban detenerla en el camino de alcanzar sus sueño lo que jamás imaginaron era el camino que tuvo que tomar para conseguirlos.

Andrea: ¿tú donde vives? -le preguntó a la rubia que como hace 6 meses desde que la conoció, conservaba la mirada perdida llena de dolor-

Irina: por ahí -se limitó a responder-

La rubia entraba todos los días a la misma hora, a las 6 de la tarde empezaba su turbo y a las dos de la mañana se iba, en varias ocasiones andrea la dejaba en la estación del tren y ya no sabia más donde iba a parar cuando le perdía la vista en el subterráneo, le causaba mucha curiosidad su vida, se limitaban a hablar solo de algunas cosas del trabajo y unas que otras trivialidades, andrea siempre tenía tema de conversación, pero irina era de pocas palabras, se limitaba solo a responder

Andrea: necesito un dinerito extra porque tengo uno que otros planes, estaba pensando que a lo mejor podría rentar un cuarto en mi apartamento, ¿te interesa? Digo, está bastante cerca de trabajo, no tendrías que tomar el tren y podría ayudarte a ti también

Irina: yo -vacila, lo que menos quería era compartir su vida, su día a día con nadie, ni siquiera sabía por qué trabajaba o por qué seguía viva-

Andrea: anda, te prometo que no te cobraré mucho y no me meteré en tus asuntos que se que es lo que realmente te preocupa

Irina: donde estoy viviendo estoy bastante bien -mintió- pero no te niego que si está un poco lejos

Andrea: y a la horas que sale es súper peligroso para alguien así de bella -dijo de la manera más sincera e irina la miro extrañada- ¡que diceeees! -soltó alarmada por el gesto de Irina- adoró a los hombres y eso que les cuelga entre las piernas -Irina sonrio- pero debemos admitirlo, eres demasiado hermosa

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