Para ese momento lo que irina estaba viendo y escuchando le parecía algo irreal, Flavio se había transformado en alguien que nunca imagino, apenas podía reaccionar, no solo estaba maltratando a un pequeño inocente, sino también que le habló en español, como si quisiera asegurarse que El Niño lo entendería y ella noIrina: ¡suéltalo! -se animó a decir al caer por fin en cuenta de que todo esto no era un sueño- ¿que diablos te pasa? -alejo al pequeño de el y este recogio lo poco que quedaba de sus flores y salió corriendo- ¿como te atreves?!
Flavio: me atrevo porque puedo y porque odio esta maldita gente -soltó con rabia- odio que venga a este país, MI país a robar, a quitarle el trabajo a ciudadanos, a traer más delincuencia, a matar a personas inocente, los odio y por eso me encargo de deportarlo a sus países como la malditas ratas que son
Irina ya tenía los ojos llenos de lagrimas, no podía creer que la persona en que creía que al fin encontraría seguridad, sería presisamnete con la que corría más peligro
Irina: yo, no puedo yo... -no pudo terminar de hablar tomó su bolsa y corrió. Flavio fue tras ella, aquella noche no podía terminar así, no debía reaccionar así ya que ella más que nadie debía estar de acuerdo con el-
Corrió sin ningún rumbo, solo quería alejarse, se había confiado demasiado, no sabía nada de Flavio y lo estaba descubriendo de una manera tan horrible
Flavio: ¡basta ya! -la tomo de un brazo en cuanto logró alcanzarla- cálmate por favor -la abrazo e irina hundida en su frustración se dejó llevar
Irina: ¿por qué hiciste eso? -Susurró- ¿por qué eres así? -fue lo único que alcanzó a preguntar- me quiero ir a casa
Flavio: escúchame por favor, te lo puedo explicar
Irina: -no hay explicación- se alejó de él- no hay explicación para tratar a nadie así y menos a un niño! Flavio maltrataste a un niño! Lo amenazaste, eso no te hace mejor que el por tus orígenes o los de el
Flavio: entiéndeme irina, ese es mi trabajo, yo trabajo para deportar a toda esa gente que quieren adueñarse de este país
Irina tapó su boca con ambas manos por la Impresion, definitivamente corría mucho peligro a su lado
Flavio: no se por que te pones así, eres americana, deberías pensar igual que yo, esa gente no trae nada bueno aquí, solo miseria
Irina: ¿quien te dijo a ti que soy americana? -respondió en un perfecto español cegada por la rabia, pero guardo la compostura, ahora menos que nadie podía confiar en el-
Flavio: ¿que?
Irina: pasa que tanto mi familia como ahora estoy segura que la tuya también, no fueron americanos, que vinieron a este país para asegurarse que sus hijos tuvieran un mejor futuro, así mismo como ese niño que no le estaba haciendo daño a nadie
Flavio: mi familia es diferente irina
Irina: ¿que te garantiza a ti que la familia de ese niño no es igual que la tuya? No puedes juzgarlos a todo por los errores de otros. Tu... no quiero volver a verte Flavio, esto de verdad era algo que hubiese preferido no saber, no puedo seguir saliendo con alguien que se exprese así de los demás -sentenció llena de orgullo sin dejar de hablar español en ningún momento consciente de que el la entendía-
Era irreal e inhumano, el odio que vio en sus ojos era algo que no sabía que podría ver en su mirada y menos manifestado de esa manera, por más que quisiera, debía huir, alejarse de El, en ese lugar corría peligro, peligro de ser deportada y peor aún: de enamorarse...
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La teibolera
RomanceEn busca de cumplir sus sueños, Andrea dejó su vida en aquel pequeño pueblo en Kansa, pero su llegada a la gran ciudad no sería como lo imagino, aunque logró cambiar su vida de manera drástica, jamás sería como escuchar los aplausos de admiración de...