La teibolera

Te quiero

Andrea parpadeo unas cuantas veces, antes de apretar fuertemente a Irina entre sus brazos, acaricio su cabello y luego de permanecer así unos segundo la ayudó a sentarse sobre la cama y se sentó a su lado

Andrea: ¿tendrás un Bebito? -pregunto, se veía emocionada, sus ojos se iluminaron y sus mejillas se sonrojaron-

Irina: si, lo descubrí hace poco, tengo apenas 6 semanas Andrea y ya lo amo, quiero vivir esto, quiero poder disfrutarlo sin miedo

Andrea: lo vamos a lograr, pero no te tienes que ir, yo puedo cuidarte, protegerte, es más -se puso de pie rápidamente, tal parece que acaba de tener una idea-  ¿y si nos casamos? Claro Irina, podría funcionar, podría ser difícil, pero somos amigas, nos entendemos bien, podemos demostrar que nos enamoramos y así podrías estar aquí sin problema

Irina: ¿Andrea te estás escuchando? No es posible, en primer lugar porque tú mejor que nadie sabes todo lo que eso implicaría y un solo error y adiós, y tú te meterías en problemas también, no podría arrastrarte a eso

Andrea: Irina por Dios, no es mala idea -se hincó frente a ella- podemos alegar que el bebé fue parte de un proceso de fertilidad y que por el decidimos dar el siguiente paso, tú desde un principio quería demostrarme que no estabas conmigo solo por resolver tu situación

Irina: no Andrea no, claro que no, ya bastante lo he arruinado callando, no voy a tratar de limpiarlo involucrando más personas, esto no solo se trata de mi situación legal, estamos hablando de unos delincuentes que solo están esperando dar con mi paradero para matar todo lo que me rodea, ya no puedo exponerte más

Andrea: ¿entonces huir es tu única opción? a donde irías, que pasaría con el bebé, vas a estar sola, tendrías que confiar nuevamente tu secreto en más personas, ¿así pretendes vivir toda la vida? ¿huyendo de todo mundo?

Irina: si así puedo protegerlo, lo haré

Andrea: ¿y Flavio?

Irina: Flavio seguro me odia Andrea, y si le cuento todo, me va a odiar más

Andrea: no puede odiarte porque intentaste salvar tu vida de una situación de la que no eres culpable

Irina: pero lamentablemente es lo que me tocó, mis padres intentaron  liberar miles de almas y condenaron a la mía con ello

Andrea: ¿no amas a Flavio? ¿No estás dispuesta a luchar por el?

Irina: lo amo con toda mi alma Andrea, y quiero estar con él, quiero que viva conmigo esto, que esté conmigo recibiendo a nuestro bebé, pero ahora mismo debe estar pensando lo peor de mi y mi bebé me importa aún más

Andrea: por favor no te vayas -recostó su cabeza sobre las rodillas de Irina y esta empezó a acariciar su cabello- vamos a darle unos días a Flavio, que se calme un poco, Samuel nos puede ayudar a irlo preparando esos días, habla con él y si no te quiere ayudar, yo misma te ayudo a huir o hasta me voy contigo, pero no te vayas, déjame ser parte de esto también, haz sido la única persona en todos estos años con la que e podido mostrarme tal y como soy, débil, humana, llena de miedo, ambas nos necesitamos

Irina: ay Andrea, yo ya no quiero sufrir más, llevo más de un año luchando con este miedo y ya no quiero tenerlo sobre mis hombros, estoy tan asustada y ya no solo se trata de mi, hay una vida creciendo dentro de mi cuerpo, lo amo y siento que es lo único que me va a devolver la vida después de tanto dolor

Andrea: ay guera -se pone de pie, limpia sus lagrima- esperémoos unos días nada más, hablaré con Samuel, le diré que nos ayude sin darle tantos detalles, ese bobo lo tengo a mis pies, se que no va a negarse

Irina: Andrea -no pudo evitar soltar una risita, eres tan cruel

Andrea: el lo fue primero, lo tengo comiendo de mi mano