Putita

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Andrea: su aliento y su voz me dejaron helada, no era la primera propuesta de este tipo que recibía, pero este hombre tenía algo que podría hacer caer a cualquier mujer, pero tampoco iba a permitir que me quitaran lo único a lo que tengo derecho en este lugar

Andrea: déjame dejarte algo claro papacito -está vez fue ella quien susurró- no eres el primer cerdo que hace este tipo de ofrecimiento, y mi respuesta definitivamente es un no -se sentía algo tenblosora y acalorada, todo su cuerpo podía vibrar solo al escuchar su respiración acelerada debido al enojo

Samuel: ¿no sabes quien soy verdad? -hablo con tanta firmeza que por un momento Andrea tembló-

Andrea: Samuel gallardo, dueño de la chocolatera más importante a nivel internacional, también se quien es Andrew speiser, michaell James y un montón de señores que me ha echo la misma propuesta, no te creas tan importante.

Andrea puedo ver cómo samuel apretó los puño, podía ser capaz de incéndiar todo el lugar sin usar ni una chispa de fuego, estaba enojado y eso le causó aún más deseo en ella

Samuel: a ver putita barata -gruñó molesto- solo di cuanto quiere, las mujeres como tú no le dicen que no a ninguna cantidad de dinero, yo te estoy ofreciendo miles, millones si es lo que quieres, solo tienes que hacer eso a lo que estás acostumbra a practicar a diario

Andrea: vamos a aclarar algunos puntos haber si empezamos a entenderno -chaqueo los dedos y las luces del lugar se encendieron-  puta... si soy, pero barata, no papacito, así que puedes tomar tu maldito dinero y largarte de mi vista en este mismo instante si no quieres que mande a seguridad a sacarte y crear un maldito escándalo que te hará perder unos cuantos millones

Samuel: eres una...

Andrea: putita, lo sé, lo acabas de decir -sonrió de lado y se acercó nuevamente a él- no le tengo miedo a las basuras como tú

Samuel: quiero solo que tengas una cosa bien clara, no descanso hasta conseguir lo que quiero y tú no serás la excepción... putita -salió de aquella habitación echa una furia, ninguna mujer nunca se había negado a él, nunca había ofrecido dinero a una mujer porque ellas solas caían a sus pies

Samuel: y tú no serás la maldita excepción -sentenció en cuanto cerró la puerta tras el-

Andrea: Es que por qué los hombres tienen que ser tan estupidos -dijo en cuanto escucho la puerta cerrar de un azoton- aunque debo admitir que este estupido, si está como quiere -pensó mientras se sentaba en el sofá- si, que haga su luchita...

Samuel salió del camerino, busco a su hermano con la mirada y lo vio en la barra tomando la mano de una rubia.

Flavio: solo dime donde vives, mañana paso por ti y vamos a desayunar, se que es tu día libre, podemos pasear por la ciudad si quieres

Irina: no lo se, la verdad no me quisiera involucrar en ninguna clase de relación, ni si quiera de amigos -respondió apenada-

Flavio: por favor piénsalo, solo desayunamos y si te agrada mi compañía, pensamos en lo demás, me agradas y me encantaría conocerte más

Irina: bueno... está bien acepto, pero por favor, solo te pido que respetes mis tiempos y privacidad

Flavio: como quieras -aseguró sin saber todo lo que se escondía detrás de esas palabras-

Samuel: ¡Flavio! -su grito fue tan fuerte que varias personas lo notaron a pesar del volumen de la música- nos vamos de aquí

Flavio: viniste solo, te vas solo. déjame en paz

Samuel: no pienso permitir que des de que hablar mezclándote con esta gente.

Flavio: te recuerdo que tú también lo estás haciendo samuel, deja de comportarte como un gilipollas y ve a desahogar tu enojo y frustración con alguien más, tú vibra esta muy oscura, Willy wonkan

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