Capítulo 17. Me perteneces

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La expresión de Ning Xiuyuan era tan fría que podía congelar el infierno, y cuando pensó en Jiang Yan diciendo que había visto a Cen Li con otra persona y tomados de la mano, sus puños se cerraron como si estuvieran a punto de aplastar el teléfono en su mano.

[—¿Dónde diablos estás?] —Ning Xiuyuan volvió a preguntar, y su voz sonaba movida por la ira.

La actitud de Ning Xiuyuan era como si Cen Li tuviera que informarle en todo momento dónde quiera que fuera, pero ¿qué tenían que ver entre sí?

Al ver que la expresión de Cen Li había cambiado bastante, Han Chen preguntó: —¿De quién es la llamada?

Al escuchar la voz de un hombre a su lado, Ning Xiuyuan se rió: [—¡Muy bien, Cen Li! Si ya te has conseguido con otro benefactor de oro tan pronto, ¿por qué sigues fingiendo delante de mí? Eres una maldita puta.]

Cen Li cortó la llamada de inmediato.

Han Chen era sólo su mentor, y Cen Li nunca habría imaginado que Ning Xiuyuan pensaría en los demás en una dirección tan desagradable: —Han... Profesor Han, volveré al dormitorio primero. —Cen Li se esforzó por poner en orden sus emociones antes de decirle eso a Han Chen.

—La próxima vez, responde a mis mensajes de texto. —Los ojos de Han Chen eran profundos mientras lo miraba.

—Sí. —Cen Li contestó. El teléfono que llevaba en el bolsillo fue silenciado, pero la luz que salía de él mostraba que le estaban marcando constantemente.

Cuando Ning Xiuyuan lo buscaba, siempre debía ir a verlo de inmediato, sin importar lo que estuviera haciendo, pero sólo era cuestión de palabras para dejarlo a un lado.

Sin embargo, Cen Li tenía algunas especulaciones sobre Jiang Yan.

En ese momento, Jiang Yan y Ning Xiuyuan eran bastante cercanos, e incluso había algunos rumores en la clase sobre que los dos podrían estar saliendo, de lo contrario, ¿por qué Ning Xiuyuan sería tan amable con Jiang Yan?

Antes, Cen Li sólo escuchó esas especulaciones, y su mente estaba más enfocada en sus estudios.

Pero, ahora Cen Li pensó: 'Sería genial si Jiang Yan realmente pudiera estar con Ning Xiuyuan.'

También había notado esos pequeños pensamientos por parte de Jiang Yan, y probablemente era porque lo veía como un potencial rival amoroso, al igual que el joven maestro que conoció en el club nocturno hace dos días.

Cuando Cen Li regresó al dormitorio, vió un montón de colillas de cigarro amontonadas en el suelo, y el olor a humo que salía del interior le hizo toser dos veces.

Debido a que Ning Xiuyuan había venido, el resto de la gente del dormitorio había salido hace mucho tiempo. Ning Xiuyuan estaba lleno de hostilidad y tenía una postura de buscar problemas, así que seguramente no querían provocar a este rey viviente del infierno.

—¿Te atreviste a volver? —Ning Xiuyuan le vió empujar la puerta y habló con pena.

Cen Li frunció un poco el ceño cuando Ning Xiuyuan se puso delante de él en unos pocos pasos y lo empujó contra la pared con una mano.

Ning Xiuyuan bajó la cabeza y notó que el aspecto de Cen Li seguía siendo muy bueno, tal vez porque habían sido compañeros de clase durante muchos años, también sabía que su piel blanca se sentía muy bien al tacto. Era una persona terca y difícil de dominar. Obviamente, Cen Li se encontraba humillado y resentido hacia él, pero no había lágrimas en sus ojos y esto evocaba más ferocidad en el cuerpo de Ning Xiuyuan.

Cen Li inclinó la cabeza hacia un lado como para distanciarse de él, pero Ning Xiuyuan le frotó íntimamente la barbilla con los dedos, obligándole a mirarle a la cara.

Tal vez porque su rostro era demasiado sombrío, el cuerpo de Cen Li se encogió un poco hacia atrás.

—Sabiendo que tienes miedo, ¿por qué siempre quieres molestarme? —Preguntó Ning Xiuyuan.

—... —El ceño de Cen Li se frunció cada vez más.

—Te he dicho que me perteneces, ¡deja de hacer qué me sienta molesto todo el tiempo! —Ning Xiuyuan le advirtió.

Cen Li preguntó en voz baja: —¿Y si llega el momento en qué debas casarte?

Entonces, Ning Xiuyuan definitivamente encontraría a la persona indicada para tener un matrimonio adecuado, y la familia Ning no le permitiría andar saliendo con hombres. Pero por supuesto, no si era Jiang Yan.

Ning Xiuyuan no se lo pensó dos veces y dijo: —Entonces te encontraré un lugar para vivir afuera, ¿por qué, todavía tienes miedo de que no pueda apoyarte?

Esas palabras, hicieron que el corazón de Cen Li se hundiera profundamente.

FO - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora