Waiting for the feelings

XVI. Comité Riles

Toco la puerta del salón de Física.
Creo que mejor hubiese sido solo faltar, era mi segunda tardanza, no creo poder aguantar ver al atractivo profesor mirándome con desaprobación.

—Matthews —me reprendió.

—Lamento la tardanza, profesor.

Me miró confundido.
—¿Solo eso? ¿Sin excusas? ¿No se murió su hámster?, ¿su perro no le mordió el pie y tuvo que cojear hasta la escuela?

Pero qué raro es este hombre.

—Sin excusas, señor. Pero podría decirle que mi madre estuvo a punto de dar a luz y tuve que conducir hacia el hospital antes de venir aquí. Oh, y tuvo gemelos—sonrío.

Él rueda los ojos y me deja pasar.
—No la dejaré ingresar la próxima vez.

—Pero creo que el otro lunes tengo una reunión en Alcohólicos Anónimos—digo con sarcasmo, él se ríe.

—Síentese, Matthews.

La clase siguió con normalidad, este día en especial me encontraba de humor para participar y ganar puntos para lo que el profesor llamaba "resaltar entre los de nivel intermedio".
Además ninguno de mis amigos se encontraba en esta clase, cuando le pregunté a Zay por qué el genio de Farkle no estaba en Física avanzada me dijo: "es obvio, Riles, a esa hora tenemos práctica de fútbol".

Jamás hubiese creído que Farkle hubiese asistido a una práctica de fútbol en vez de una clase de Física, era algo a lo que aún no me acostumbraba, todos habían cambiado y yo... yo no fui parte de su cambio.

Luego me pasé a Inglés, donde tuve que excusarme por la falta de la semana pasada, para mi sorpresa seguía enseñando la misma profesora que hace un año, felizmente me reconoció por lo que solo me dijo que me pusiera al corriente con la clase, Mike prometió ayudarme por la tarde.

—Deja de invitarte solo a mi casa, Mike.

—Pero si tus padres me adoran, tu papá en especial creo que ya me agarró cariño, ¿recuerdas lo del sábado? —pregunta sonriendo.

El sábado Mike había ido a mi casa porque quería que le pasara mis apuntes de Historia, cuando me dijo que estaba afuera de mi casa sin previo aviso, casi me caigo de la cama. Estaba con Maya, y Mike había llegado luego del almuerzo, justo cuando ambas estábamos tomando una pequeña siesta de tres horas.

—¡Invitaste a Montgomery a venir! —exclamó la rubia con disgusto. Yo negué.

—Se invitó solo—me defendí.

Cuando bajamos, lo encotramos sentado en el sofá, como la vez pasada, solo que no estaba mi madre esta vez, solo Corey anti-chicos Matthews.

—¿Por qué los apuntes de Historia? ¿No te gusta la Historia? ¿Eres de esa clase de chicos?—preguntaba mi padre remarcando "esa" al hablar. Mike parecía divertirse.

—Soy de la otra clase, señor—sonrió de lado.—Quiero los apuntes de Riles porque me contó que usted es profesor de Historia y como digna hija de usted, tenía que compararlos, señor. Con fines imperativamente informativos, señor—dijo remarcando la palabra "señor".

Apelar al ego de mi padre era bajo, incluso para mi, pero siempre eficiente.

—¡Riley! —me llamó.

—Estamos aquí desde hace rato, pa—dije.

—Ouh. ¡No importa! Ven, dale a este joven tus apuntes de Historia que previamente fueron revisados por mi, un profesor de Historia.