Waiting for the feelings

XV. Mi alma gemela

—¿Todo bien, Riles?—me pregunta Maya al echarme junto a ella.

No había abierto sus ojos aún.

—¿Prefieres a la antigua Riley que a esta Riley?

Por fin abre sus azules ojos.

—Para mí solo existe una Riley y la quiero más que a nadie—dice alargando la "s" en "más".

—¿Crees que cambié?—pregunto.

Ella mira un poco confundida y luego besa mi frente.

—Sigues siendo Riley, es lo único que importa.

—¿Con quién fuiste al aniversario veintiséis de Paco's Tacos?

Maya suelta una carcajada causando una sonrisa en mi rostro.
—Lucas.

Lucas.

—¿Ustedes han hablado sobre... ya sabes, ustedes?

—No te entiendo, honey—frunce el ceño.

—De lo que pasaron, de lo que pasó.

Ella suspira.
—Ya te lo dije, nos separamos y bueno me terminó por obvias razones, dejamos de hablar... semanas después empecé a salir con Zay, y Lucas y yo volvimos a hablar, como amigos claro, fue como un "borrón y cuenta nueva", supongo—se alza de hombros.

—Deberían hablarlo, solo digo, no creo que eso de borrón y cuenta nueva se aplique en mejores amigos.

—A veces pienso en el "tal vez si hubiese", pero luego ese pensamiento cambia...

Suspiro y espero que termine de hablar.

—Entonces nos veo a los cuatro en citas dobles; tú y Farkle, Lucas y yo y por supuesto al metiche de Zay, yo tomo la mano de Lucas y él me sonríe, pero luego en el cuadro aparece Zay bromeando sobre el color de mi cabello y siento mi un pinchazo en mi estómago y sonrío... es cálido, siento amor, Riley. Zay es un gran chico y no digo que Lucas no lo sea, pero con Zay puedo reírme sin esforzarme, quererlo no se me hace incómodo o raro, por el contrario, todo con él parece ser lo correcto. Y bueno, tienes razón, tengo que hablar con Lucas, lo último que quiero es hacerle daño.

—¿Recuerdas que una vez mi mamá nos habló de las almas gemelas?—pregunto con una sonrisa.

—Claro, Topanga Matthews alias abogada tiburón, hablando del torpe Corey Matthews que se alisó el cabello solo porque una chicas le dijeron que parecía una alcachofa—se mofa la rubia.

—Es como hablas de Zay. Es como quisiera que hablen de mí.

—Yo hablo así de ti, pequeña Riles. Zay no es mi alma gemela, esa persona eres tú—dice tocando la punta de mi nariz con su dedo.

—Y tú eres la mía.

—No se lo digas a Zay, por favor, porque es capaz de hacer un berrinche, es toda una nenita—rueda los ojos. Me río.

Maya suelta un bostezo y cierra los ojos.
—Buenas noches, honey—se despide.

—Buenas noches, peaches