VIII. Barrio Chino

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—No estoy segura de esto.

Mike rueda los ojos con diversión mientras me jala al metro.

—Siempre quise ir al barrio chino, pero no tuve la oportunidad en el  año que llevo aquí. Luego apareciste tú.

Sonrío—. Yo tampoco he ido, será una experiencia nueva para ambos.

Mike se acerca un poco más, nuestros hombres se tocan.

—Y lo compartiré contigo—sonríe coqueto.

—Mike... no quiero dar a entender otras cosas. No me gustas y por el momento no quiero estar con chicos...—suspiro—. Seamos amigos.

Alzo mi mano para que este la estreche, lo veo pensativo por un momento y luego se ríe.

—Si es lo que quieres, seamos amigos—estrecha mi mano.

Una de las bocinas empieza a balbucear, Mike parece no entender, pero como buena neoyorquina, sé lo que está diciendo.

—Faltan cuatro paraderos.

—¿En serio entendiste eso? Solo balbuceó, Matthews.

Ruedo los ojos—. Exactamente no dijo eso, pero dijo el nombre de la estación que sigue, así que faltan cuatro paraderos—me alzo de hombros, Mike sigue viéndome sorprendido—. Dieciséis años en esta ciudad me hicieron aprender muchas cosas—río al ver su incredulidad.

—En Los Ángeles uno no está acostumbrado a esto.

—Ahora sé algo más de ti, Mike. Es increíble que hayamos coqueteado tanto y ni siquiera sabía de dónde eras.

Él pone una mano en el pecho ofendido.

—El coqueteo fue bueno eh, pero tienes razón. Cuéntame algo tuyo, ahora que somos "amigos"— dice haciendo comillas con los dedos.

—Los mejores amigos—guiño un ojo—. Hmm, no lo sé. Tengo un hermano llamado Auguie, y pronto una hermana que se llamará Danielle.

El metro frena con intensidad lo que hace que trastabille con mis pies, pierda el equilibrio y caiga en el pecho de Mike. Los latidos de mi corazón empiezan a acelerarse cuando alzo mi cabeza y veo que está mirando mis labios.

Me separo cuando empieza a subir más personas.

Trago saliva—. Cu-uéntame a-algo de ti.

Él carraspea y se pone a pensar lo que me podría decir.

—Llegué hace un año solo con mi hermana, Jamie. Te caería muy bien, a todos les cae bien, es una de esas personas que siempre están para ti, pero sin ser sobreprotectoras o empalagosas.

—¿Tienes algún mejor amigo?

—Tenía dos, pero se quedaron en Los Ángeles. Ahora solo tengo amigos, nadie digno de ser mi mejor amigo—sonríe con autosuficiencia—. Excepto tú, claro.

Me sonrojo— Mis mejores amigos están aquí, aunque siento que algunos han cambiado. Yo he cambiado.

—Maya, Lucas y Zay ¿cierto?
Ellos solían hablar de una chica torpe que era su mejor amiga, supongo que esa eres tú.

Miro a Mike a los ojos y noto un brillo peculiar en ellos ¿pena, tal vez?

—Siento que han cambiado. Maya y Zay juntos ¡es una locura! Son felices juntos, pero yo pensé que cuando yo me fuera, ella tomaría valor e intentaría algo con Lucas. Maya ahora es buena estudiante, no se mete en problemas, al igual que Zay. Smackle no está. Y Lucas parece ser el mismo, sigue enamorado de Maya, después de todo y...—el rostro de Mike me transmite confianza, como si pudiera contarle de todo. Me sonrojo y agacho la cabeza—. No debería estar aburriéndote con esto, lo siento.

Waiting for the feelingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora