—Riles, ¡apúrate! Llegarás tarde a la escuela—grita mi mamá desde el piso de abajo.Me miro en el espejo no tan segura de mi aspecto.
Va a ser la primera vez —luego de un año y medio— que pise la preparatoria Abigail Adams y estoy nerviosa.
Temo que alguno de mis antiguos amigos no me reconozca, en especial él.
Farkle Minkus, el chico que prometió esperarme, el chico al que sigo queriendo.
Ahora llevo el cabello corto sobre los hombros y mi anatomía a cambiado considerablemente en este último año.
Llevo puesto zapatillas, unos jeans a la cintura negros y una blusa manga larga color roja que me llega a la cintura. ¿Me reconocerán? O peor aún, ¿yo los reconoceré?
Todos mis amigos fueron alejándose poco a poco, primero Lucas, luego Farkle y por último, Maya. Con el único que no corté comunicación fue con Zay (por increíble que parezca), él me llamaba casi todos los días cuando estaba en Londres y pude encontrar en él un gran mejor amigo. Pero cuando yo mencionaba a los chicos, él cambiaba de tema rápidamente o sino decía cosas como: "Si no te hablan se lo pierden, más Riley para Zay"
Llegué de Londres hace dos días y nadie lo sabe aún, excepto Shawn, que nos fue a recoger del aeropuerto una vez que pisamos suelo neoyorquino. Le pedí personalmente que no le avisara a Maya, porque quería hacerlo yo misma.
Una ridícula excusa, por cierto. Ya que llevo un dos días aquí y aún no le he avisado.
Maya cortó comunicación conmigo un año después de haberme ido, no supe el porqué. Ambas hablábamos todos los días sin falta, pero luego Maya empezó a estar más "ocupada", las llamadas fueron haciéndose más cortas y los mensajes, se transformaron en monosílabos; luego solo dejó de responder las llamadas y los mensajes, y yo dejé de intentar.
Con Farkle fue algo repentino, nueve meses después, solo dejó de llamar y de mandar mensajes un día, ni un "terminamos", nada. Y yo no tuve la fuerza suficiente como para refutar algo, porque algo dentro mío me decía que no tenía ningún derecho a atarlo a mí en un noviazgo a distancia que no iba a funcionar.
En Londres tampoco estuve tan sola, tenía muchos "amigos", de hecho era como la "popular" de la preparatoria, pero siempre sentí que no me podía abrir de la misma manera en la que lo hacía con mis antiguos amigos.
Agarro mi teléfono y pienso si es buena idea llamar a Zay y avisarle, pero elimino esa idea al pensar en que se lo podría decir a los chicos.
Agarro mi mochila y bajo a la cocina a tomar desayuno.
—Buenos días—saludo mientras me siento en el mueble.
Mis padres aún no habían acomodado las cosas de la mudanza ya que mi madre tenía que organizar cosas de su trabajo aquí y mi padre, buscar un empleo de profesor (estamos a fines de Septiembre así que es algo difícil encontrar puestos de profesor, ya que las clases ya han comenzado)
Auguie se sienta junto a mí y me saluda.
—¿Lista para verte otra vez con tus amigos, Riles?— sonríe el chico, yo me alzo de hombros.
—Sin expectativas.
Auguie cambia de rostro y me mira entrecerrando los ojos.
—Sé que ya no te hablas con tus amigos, pequeña mentirosa—susurra.Me río ante el apodo. Aunque tenga ocho años, Auguie sigue siendo el mismo de siempre.
—No es como si tú y Eva se hablaran a diario—contraataco con una sonrisa.
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Waiting for the feelings
Fanfiction¿Qué pasa cuando te decepcionan tanto que ya no puedes volver a confiar? Esperas volver a sentir. |EN CURSO| Prohibida la copia. No seas sapaso.