Capítulo 5

682 44 0
                                    

Todos estos días en San Mungo, mis compañeros han estado alejados de mí, sabía que algo así podría suceder por todo lo que mi familia provocó, nunca quise averiguar todo lo que ocasionaron, con saber que pertenecían a los mortifagos del señor oscuro para mi era suficiente información.

Todos los sanadores me miran como si  tuviera una enfermedad contagiosa ó como si fuera una asesina, me dirigen miradas con cierto reproches, no los juzgo si prefieren estar lo más alejado de mí.

Respiró por tercera vez y me dirigo con paso firme a la sala de espera donde la familia Weasley se encuentra.

—El caso es más fuerte de lo que pensé, el paciente Ron Weasley se encuentra en una situación muy crítica, ha pasado una semana y no muestra ningún avance de recuperación, tendré que aplicar otra poción más fuerte. —explicó a toda la familia Weasley.

Al ser sanadora es mi deber informar a la familia de mi paciente acerca de todo lo que ocurre con su salud y ser lo más sincera posible.

—El caso de Ron Weasley, es un poco inusual, solo diez magos han pasado por estos problemas de los cuales han muerto cinco personas y los otros cincos se han salvado.

La Señora Molly observa a Gines con mucho temor, Arthur sólo agacha la cabeza y abraza a su esposa.

Fleur toca el brazo de Bill como un pequeño consuelo, mientras que los gemelos Weasley se miran unos a otros con preocupación, mientras que Percy tiene una mirada de tristeza por toda ésta situación.

Charlie llega con varias tazas de chocolate y galletas, estar en San Mungo por varias horas sin comer no es bueno y él se ofreció a ir a la cafetería para traer un poco de comida.

—Estuve leyendo y los cinco casos que se salvaron estuvieron a tu cargo, los otros no. —habló Hermione con determinación.

Gines se asombró y sonrió pero al instante se puso seria.

—Es cierto señorita Granger pero quiero prevenir a todos las posibilidades que tiene el auror, yo no hago milagros, él está en una situación muy delicada.

—Es su trabajo, que Ron se recuperé. — mencionó Harry.

Gines ignoró a Harry completamente y se dirigió a toda la familia Weasley que se encuentra escuchando atentamente.

—Necesito el permiso de un familiar. —los pelirrojos se miran uno con otros. —al quien ustedes decidan, una vez que tengan a la persona indicada, se debe acercar a mi oficina, tiene que firmar unos papeles, también algunos  trámites necesarios para aumentar la dosis de la poción.

—Eso es todo, por el momento. — Gines Lestrange se aleja de ellos rápidamente.

—Iré yo. —responde la Señora Molly y va detrás de Lestrange.

Bill, Fred, George y Percy están conversando junto al Señor Arthur.

Charlie reparte las galletas junto a las tazas de chocolate.

—¿Has descubierto algo?. —pregunta Hermione en un susurró para que sólo lo escuche Harry.

—No, si no está en el cuarto del Hotel, está acá en San Mungo, no sale a ningún lado, nadie le habla, todo el día está sola, incluso hasta es amable con las personas que la tratan mal, me cuesta creer lo que te diré pero no parece ser hija de Bellatrix y de Rodolphus, es tan distinta a ellos.

—Yo también pienso igual, estuve averiguando su vida, ella es menor que nosotros por un año, pero no fue a Hogwarts, sus padres nunca le dieron permiso eso quiere decir que estudio en su casa, estuvo todo el tiempo sola, sin ningún amigo, no entiendo porque sus padres no quisieron que asista a Hogwarts si ellos también fueron.

—Todo esto es muy raro. —respondió Harry.

—¿Por qué sus padres le ocultaban?

—No lose Hermione, pero necesito encontrar alguna señal que me lleve a su padre, lo estuve pensando así que no me queda otra solución que mudarme a su hotel.

—Harry te has vuelto loco. —¿Por qué harás eso?

—Hermione acaso no es claro, necesito encontrar a Rodolphus, ella es mi única señal, en algún momento se puede aparecer su padre junto a ella, lo tendrá que hacer.

—No lo ha hecho en seis años, porque lo hará ahora.

—Algo voy a tener que encontrar, alguna pista, una señal, lo que sea Hermione pero necesito información.

Hermione negó y sólo bufo enojada, con eso señalo a Harry que no está de acuerdo con su plan.

—Kreacher va a llevar todas mis cosas a mi nuevo hogar.

********

—Está seguro que no necesita que me quede, señor Harry Potter, puedo ayudarlo con la comida y el aseo.

—Kreacher estaré bien, sólo espero que esté trabajo no tarde mucho, por el momento necesito que te quedes en la casa, en el Valle de Godric.

—Cualquier cosa, sólo me llama Señor.

—Esta bien Kreacher, cuidate y hasta pronto.

Se escuchó un sonido proveniente de kreacher y desapareció.

Harry recorrió la habitación, tiene una pequeña sala, al lado derecho esta la cocina con un comedor, tiene dos cuartos, así lo pidió, uno para él y otro para Teddy, su adorado ahijado, sus padres murieron en la guerra, por ellos y por los demás fallecidos todos los  mortifagos tienen que estar presos y pagar por todos los daños que han ocasionado.

Harry no va a descansar hasta que todos paguen los crímenes que han cometido, de cierta manera la muerte de Remus, Tonks, Colin, Lavender, Dumbledore, y alrededor de los cincuenta fallecidos puedan tener justicia.

Pero con el pasar de los días, Harry se siente más frustrado, todos los días son iguales y no puede conseguir nada que le lleve a la captura de Rodolphus Lestrange.

Ron no muestra ningún avance en su salud y eso le preocupa.

Por otro lado Gines Lestrange sólo está en dos lugares, en las mañanas en San Mungo y en las noches en su habitación, quizás Hermione tiene razón, su padre no piensa acercarse a su hija, todo este problema sólo me frustra, aunque es divertido escucharla cantar en las noches, algún otro huésped debería decirle que sus cantos se escuchan por todo el hotel.

Lo único que me da una felicidad en estos momentos es Teddy, estuvo toda esta mañana conmigo, sigo sin entender como un niño de siete años puede hacerme tan feliz, sus ocurrencias, sus transformaciones que hace son divertidas, es metamorfomago al igual que su madre Tonks, se que ella al igual que Remus deben estar orgulloso de él, es un pequeño muy tierno.

El sonido del timbre lo distrae, Harry rápidamente saca su varita, camina hasta la puerta y al abrir vio a la persona menos indicada.

—¿Tú que haces acá? —pregunta ella con un tono de sorpresa.

—Buenas noches Lestrange.

Una Vida De MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora