Capítulo 26

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Por varios días Ginny no quería salir de su cuarto, las últimas palabras de Lestrange le afectaron bastante y más porque él tiene razón, nadie le va a devolver los años que estuvo sin su familia, años perdidos sin ellos, años que nunca van a volver y experiencias que jamás conoció.

Todos estos días ha estado pensando en esas cosas negativas que para ella ya fueron suficiente, no logra nada lamentándose por hechos que no volveran, Ginny también es consciente que los daños del pasado deben quedarse ahí, ahora tiene a su familia, los tiene hoy en su presente sobre todo en su futuro, porque ya había tomado la decisión de vivir acá en Londres.

Después de terminarse de alistarse, salió de su habitación con un mejor semblante, estos días se mantuvo encerrada, ni siquiera habló con Harry, solo quería estar sola y todos la entendieron.

En la sala se encuentran Fleur, Audrey, y Hermione, por lo que me percató estan hablando de la boda.

—Ginny, que bueno que bajastes, ven siéntate con nosotras. — Mencionó Audrey.

Las tres voltean a verme y sonríen, me acerqué para sentarme al costado de Hermione, internamente agradecí que no me preguntaran nada.

La conversación fue increíble, hablamos durante horas acerca de todos los detalles para la boda de Ron y Hermione, falta poco para que ellos se casen, es extraño sentirme querida y acogida en un grupo de brujas.

Mi madre y mi padre llegaron junto con Ron y Harry, al verme todos estaban sonriendo, no puedo creer que provoque una sonrisa en las personas, jamás hubiera pensado que alguien se alegraría tanto en verme.

Harry corrió y me abrazó, sentirme rodeado por sus brazos es tan acogedor aunque eso solo duró unos segundos porque Ron lo empujó para que él pueda abrazarme.

Almorzamos afuera de la madriguera, todos estábamos juntos, mamá dio aviso a todos mis hermanos y se dieron el tiempo de venir a comer, lo que menos faltaba son las risas, después de tanto tiempo reía sin fingir, ahora todo es genuino.

—Al fin nuestro querido Ronny se va a casar. — Expreso Fred.

—Ya era hora. — Habló George.

—No me molesten, ya les llegará a ustedes dos, cuando decidan casarse con Angelina y Katie.

—Yo jamás me casaré. — Mencionó Charlie, yo seré el tío que concienta a los sobrinos o sobrinas.

Fue una tarde divertida, después de almorzar decidimos jugar quidditch, mis padres estaban de espectadores, estar en el equipo de Harry fue una gran idea, logramos una victoria después de dos horas de juego.

Junto con Harry decidí subir a mi habitación para estar los dos solos, aunque mis hermanos querían que dejara la puerta abierta, creo que Harry y yo somos conscientes que no lo haríamos en mi habitación, merecemos un lugar privado y sin interrupciones.

No me sorprendió que Harry dejará la puerta abierta.

—No puedo creer que le tengas miedo a mis hermanos.

—Solo es precaución.

—Tengo frio.

—Voy a conseguir una polera de tu armario.

Ginny se dio un suave golpe en su cabeza, sin duda a Harry le tiene que decir las cosas de frente porque no entiende las indirectas.

Harry se acercó y al abrir una pequeña caja encontró un sobre, lo agarró y se fijó que no tenía ningún nombre, volteó a mirar a Ginny.

—¿Qué es esto?.

Es la carta que me dejo Draco, lo escribió Lucius Malfoy antes de morir, por todo lo que ha sucedido estos días no he tenido tiempo de leerlo.

Una Vida De MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora