Capítulo 24

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Todo lo que dije fue mentira, y sin decir nada más, me retiré del despacho, todos los demás estaban en la sala esperándome.

—Todo salió bien, quiero estar en mi habitación. Y subí rápido las escaleras, no quería ver a nadie en estos momentos.

Pasaron los días y la tensión mejoró, pero por un lado no había tenido la oportunidad de hablar con Harry, el día de hoy todos se encontraban en el comedor, cuando le pasó un vaso de agua a Harry con una pequeña nota.

Harry se sorprendió, lo que menos esperaba era una nota de Ginny, "A las 4 de la tarde en el callejón diagon".

Sonreí cuando termine de leerlo y lo guardé en mi bolsillo.

—Ron tengo que irme, se acercó a despedirse de él.

—Tan temprano.

—Tengo algunas cosas que hacer.

Ginny observó cuando Harry se retiraba de la casa, todavía faltaba tres horas para encontrarse, quizás fue a cambiarse, se puso a conversar con sus padres y sus hermanos acerca de las nuevas novedades del ministerio.

Despues de tres horas, Gin bajó de las escaleras con un vestido color celeste, unos tacos pequeños y con su cabello suelto.

—¿A donde vas?. — Pregunto Bill.

—Iré hacer unas compras. — Respondió sin importancia.

—Ron te acompañará.

—No

—Percy, entonces.

—Tampoco.

—Fred lo hará.

—No, iré sola, en unas horas volveré.

Ginny se despidió de sus hermanos aunque Bill no quería que vaya sola no le hizo caso, no volveré a desaparecer, le susurró.

También se despidió de su Molly y Arthur.  — Cuidate mucho cariño.

Molly le dio un fuerte abrazo, cualquier cosa nos mandas un patronus.

Ella le sonrió, lo que no sabía Molly es que ella no podía hacerlo, quiso intentarlo hace unos años pero nunca lo consiguió, quizás no tuvo un buen profesor o no tenía buenos recuerdos felices para hacerlo.

Salio rápido de su casa, y desapareció, ya se encontraba en el callejón diagon, no pasó ni dos segundos cuando sintió en su espalda que unos brazos le rodeaban su cintura.

—Estas preciosa.

Tenia que confesar que le gustaba que el hiciera eso pero recordó la última que alguien los vio, Harry estamos en el callejón diagon, te pueden ver conmigo, Ginny se separó de él.

—A mi no me importa.

Mejor entremos a tomar algo en el Caldero Chorreante, los dos caminaron el silencio con una distancia corta, cuando entraron ordenaron dos cervezas de mantequilla y se sentaron en el sitio más alejado de todos.

Esa vez que nos vio Ron, no pensabas lo mismo. — Aclaró Ginny.

—Pero eso es diferente, él es tu hermano, los demás me da igual lo que piensen.

A mi me da igual lo que piense Ron o mis otros hermanos, Harry acaso tiene algo de malo que estemos juntos.

No tiene nada de malo, pero es mi mejor amigo y tu eres su hermana pequeña, déjame hablar primero con él.

Ginny le iba a responder cuando escuchó que alguien le hablaba por el espejo doble que traía en su bolsillo, desde que había hablado con Lestrange lo llevaba a todos lados por si él quisiera comunicarse.

—Harry, Rodolphus Lestrange, me está llamando. — Le susurró.

Harry agarró a Ginny y subieron a un cuarto del caldero.

—Como has hecho para que entremos a escondidas y sin pagar.

La dueña del caldero es Hanna una amiga del colegio, y esposa de unos de mis mejores amigos Neville ya tendré oportunidad de presentarte, además si le voy a pagar pero en otro momento. Ahora si, habla con él.

Ginny sacó el espejo.

—Aquí estoy.

—Porque tardabas tanto, ¿Con quien estás?, ¿En donde estas?.

Estoy en mi casa y si demore es porque estaba ocupada, no pretendas que voy a estar esperando un mensaje tuyo sin hacer nada, tengo trabajo por si no te acuerdas y por último, toda mi vida he estado sola y hoy no es la excepción.

Necesito que vayas ahora mismo a Londres, vas a tomar un traslador y a las ocho de la noche vas a Brent,  quiero que traigas dinero, y esa información que tienes sobre Harry Potter.

Todos estaban en la madriguera, nadie estaba de acuerdo que Ginny vaya pero ella estaba decidida.

Lo más seguro es que me esté probando, si yo no voy a donde él dice, va a cambiar sus planes y ya no tendrán ninguna pista que los lleve hasta Lestrange, tengo que ir.

—Estaremos vigilandote, si vemos algo que dañe a Ginny, actuaremos inmediatamente. — Respondió Harry.

Te he pedido una vez, no quiero volverlo hacer, cuidate hija. — Molly abrazó a su hija, era inevitable que no llorará.

—Mamá, estaré bien, me voy a cuidar, Harry, Ron y los demás aurores también estarán ahí.

Era la primera vez que Ginny le había llamado así, Molly la volvió abrazar, querida hija mía, te estaré esperando.

Ginny también se despidió de su padre, de sus hermanos y de sus cuñadas.

Llegó el momento, Ginny se encontraba sola, esperando alguna señal, los aurores junto con Harry y Ron estaban en otra posición, escondidos para que nadie los pueda observar.

—Se puede saber que es lo que tienes con mi hermana.

—Ron no es el momento para hablar de eso.

—Si, lo es, Harry cuando ibas a decirme que te gusta mi hermana.

Ginny me gusta desde que supuestamente era una Lestrange, así como tú, yo no sabía que era tu hermana.

Mis hermanos y yo debemos de ver si eres la persona indicada para estar con ella.

Por Merlin Ron, me conoces desde hace años, tu crees que la dañaria, Ginny me encanta, es una bruja encantadora.

—Espera...

—Espera que Ron.

—Alguien esta con Ginny.

Ambos observaban como un mago, se llevaba a Ginny de los brazos, le habían cubierto el rostro, Harry dio la orden para que los sigan, caminaron alrededor de media hora, cuando Ginny y el sospechoso entraron a un depósito abandonado.

Ginny al fin puede ver, después que le han tenido por varios minutos con su rostro cubierto, ella está en el centro de ese cuarto, alrededor de ella había unas quince personas, que lo observaban con sonrisas malvadas.

Vio que una personas se separaron dando pase a alguien que venía, era él, Rodolphus Lestrange, su falso padre.

—Así que mi hija, ahora quiere matar a Harry Potter.

Aquí esta todo el informe de Harry Potter, le da el folder en su mano, la hora de entrada al ministerio, su hora de salida, la ubicación de su casa, los hechizos que utiliza para protegerse,
hay una lista de nombres sobre las personas que el ama y que sufriría mucho si le hacen daño, los lugares que visita con frecuencia, y muchas cosas más.

—Has hecho un buen trabajo, ven para abrazarte hija.

Ginny vio la señal a través de Harry y Ron que le observan por una ventana.

Una Vida De MentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora