Demons [Supernatural]

Bloody Mary I

TOLEDO, OHIO

Julia se encontraba recargada contra la puerta del Impala y con los pies sobre el asiento terminando de escribir sobre el último caso que tuvieron. Al terminar colocó un recorte de un avión y sonrió complacida con su trabajo para después guardar la hoja de carpeta en una carpeta que tenía, además de guardar sus plumas de colores.

—Enserio necesitas una libreta para poner esas hojas Lia— comentó Dean mirando sobre su hombro

—Lo sé— murmuró —Pero por el momento me conformo con esto, algún día tendré un diario digno de cazadora, como el de tu papá o el de Hailey—

—Suena bien— le sonrió, entonces notaron como Sam empezaba a quejarse entre sueños

—Creo esta teniendo pesadillas de nuevo— dijo la ojiazul, el mayor asintió

—Sam, Sam, despierta— le dijo, el castaño abrió los ojos de golpe encontrándose con la mirada preocupada de Julia y se acomodó en su lugar exhalando con pesadez

—Supongo que estaba teniendo una pesadilla— murmuró el chico

—Sí, otra— le dijo Julia

—Oigan, por lo menos dormí un poco— dijo tratando de restarle importancia

—Tarde o temprano vamos a tener que hablar de esto— recordó Dean

—¿Ya llegamos?—

—Sí, bienvenido a Toledo, Ohio— anunció el mayor, Sam tomó el periódico donde vieron la noticia

—¿Qué creen que le haya pasado a este tipo?— preguntó

—Eso es lo que vamos a averiguar mi amigo— sonrió Julia, Dean le pasó el diario de John y esta la guardo junto a sus cosas para los tres salir del Impala en dirección a la morgue.

Al entrar se encontraron con un hombre y lo saludaron.

—¿Puedo ayudarles?—

—Sí, nosotros somos los estudiantes de medicina— dijo Dean, los otros dos asintieron

—¿Perdone?—

—Ah, ¿el doctor Feiklowicz no se lo dijo?— preguntó —Hablamos con él por teléfono, somos de Ohio State, él debe mostrarnos el cuerpo de Shoemaker, para nuestro artículo—

—Bueno, lo siento, él esta almorzando— informó

—Bueno, él dijo...bueno, ya sabe, no importa, ¿le importaría mostrarnos el cuerpo?—

—Lo siento, no puedo— dijo —El doctor regresará en una hora, pueden esperarlo si quieren—

—¿Una hora?— repitió Dean para hacer una mueca —Para entonces tendremos que ir de regreso a Columbus, este ensayo es la mitad de la nota, así que si no le importa ayudarnos...—

—Mira, hombre— dijo —No—

—Por favor— pidió Julia en un tono de niña consentida, sintiéndose asqueada, pero sin ver otra opción —No quiero reprobar, mis papás me mataran si lo hago—

—Tal vez...— dijo mirándola, pero Sam aparto a la chica y sacó dinero de su cartera para dejárselo en la mesa —Síganme—

—Yo me gané ese dinero— se quejó Dean

—Lo ganaste en un juego de póquer— le recordó y rodeó a Julia por los hombros para mantenerla cerca de él, no le había gustado la mirada que el hombre le dio cuando trato de convencerlo, y sabía que la chica se sentía mal consigo misma al tener que hacer esas cosas.