Reunión en Cabeza de Puerco

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Hermione no volvió a repetir nada sobre su idea, hasta el cabo de dos semanas. Harry terminó su castigo con Umbridge, Ron había asistió cuatro entrenamientos de quidditch más, y los cuatro amigos habían conseguido desaparecer sus ratones en la clase de Trasformaciones, es más, Bella y Hermione habían progresado y habían hecho desaparecer gatitos.

Antes de que volvieran a abordar el tema durante una desapacible y tempestuosa tarde de finales de Septiembre, cuando estaban sentados en la biblioteca buscando ingredientes de pociones para un trabajo que les había encargado el profesor Snape.

—Bella, Harry —dijo de pronto Hermione—. ¿Han vuelto, de pronto, a pensar en la asignatura de Defensa Contra las Artes Oscuras?

—Claro —repusieron ambos, Harry mirando a Hermione y Bella enfrascada en las páginas de un libro.

—Con la arpía que tenemos de profesora... —dijo Harry.

—Eh, no. Me refería a la idea de que ustedes... ya saben.

Ninguno contestó enseguida. Bella seguía ojeando una página de Antídotos Asiáticos y Harry fingió leer.

Lo cierto era que, durante esas dos semanas, habían reflexionado bastante sobre aquel tema. A veces les parecía una idea descabellada, pero otras, se sorprendían a sí mismos pensando en los diferentes hechizos que más les habían servido en sus diversos enfrentamientos.

—Bueno —dijo Harry con lentitud, haciendo que Bella lo mirara disimuladamente, mientras seguía metida de cabeza en su libro.

—¿Y? —preguntó Hermione mirando a cada uno esperanzada.

—No lo sé —empezó Harry para ganar tiempo, luego levantó la cabeza y miró a Bella.

Ambos compartieron una mirada de incomodidad.

—Oigan —dijo Hermione, que notó sus miradas de auxilio, de uno con el otro—, es estúpido que intenten decir que no son buenos en Defensa Contra las Artes Oscuras, porque lo son. Bella, el año pasado fuiste la única estudiante que supo resistirse a la maldición imperius. Chicos, saben hacer un patronus; saben hacen muchas cosas que varios adultos no saben. Viktor siempre decía...

Ron giró la cabeza hacia ella.

—¿Ah, sí? —dijo—. ¿Qué decía Vicky?

—Jo, jo —dijo ella con voz de aburrimiento—. Decía que Bella y Harry sabían hacer cosas que ni siquiera él sabía, y eso que estaba en el último curso.

Ron miraba a Hermione con recelo.

—No seguirás en contacto con él, ¿verdad?

—¿Qué hay de malo en eso? Si quiero puedo tener un amigo por correspondencia.

—Eso era lo único que él quería —comentó Ron con aire acusador.

Hermione movía negativamente la cabeza exasperada y, sin hacer caso a Ron, que seguía mirándola fijamente, le dijo a Bella y a Harry:

—¿Entonces qué? ¿Nos enseñaran?

—Okay, está bien, pero solo a ti y a Ron...

—¡Harry! —dijo Bella en un tono de reproche. Ella no sabía estaba lista para tal cosa.

—Bueno —dijo Hermione con cierto nerviosismo, haciendo que Bella la mirada—. Verán... creo que deberían enseñarle a todo aquel que quiera aprender, miren, están hablando de defendernos de Vold... Voldemort. Oh, vamos, no seas ridículo, Ron. No sería justo que no ofreciéramos la oportunidad a los demás de aprender.

Bella y Harry se volvieron a mirar. Pensaron un rato, y entonces respondió Bella:

—Sí, pero dudo que haya alguien, aparte de ustedes dos, que quiera aprender, recuerden, somos unos chiflados...

Bella Price y La Orden del Fénix©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora