7 deseos

Alta Costura (Kim Taehyung)

Fátima

Estar siempre presente en los eventos del señor Kim era un trabajo agotador, el estaba haciendo 30 cosas a la vez y aún así su organización era impecable, las pasarelas siempre eran elogiadas, las modelos se veían preciosas, y los diseños espectaculares, yo como podía le seguía el paso, el exige perfección en todo así que trataba de no decepcionarlo, ya tenía tres años trabajando para él y solo al principio el trabajo era un infierno.

Siempre que lo veo, me cuestionó ¿Cómo aún en medio de este ajetreo puede verse tan perfecto?

Kim Taehyung era guapo, listo, talentoso y algo especial en cuanto al trato hacia las personas, no lo sacaban de amargado, pero es que ellos no entienden que su vida es muy atareada como para tratar con personas que no le sigan el paso.

En esta pasarela todo se había planeado con seis meses de anticipación, cada modelo, cada vestuario, la colección salió extraordinaria, y así como salió se agotó, aún no terminaba la pasarela y las ventas estaban saturadas. Todos querían un diseño suyo o algo de el, yo me conformaba con admirarle desde su lado.

-Fátima, ten listo el restaurante para la cena del equipo

-Reservado desde la semana pasada Señor.

-¿Afluencia?

-Solo su equipos estará ahí, se cierra al público, también está listo su menú y el menú del staff.

-Perfecto como siempre

Le pase una toalla para que secara el sudor de su frente, el la tomo agradeciéndome pasándola por su rostro y cuello, siempre extendía mi mano para que me la diera pero la arrojaba a otra persona, nunca me dejaba tocar una toalla "sucia", no te pago para eso, siempre me decía y aún así me dejaba traerle ciertas cosas.

El salió al final de la pasarela a agradecer y decir unas palabras, los aplausos y ovaciones no se hicieron esperar, yo me adelante para tener todo listo en el restaurante, el llegaba poco después con todo el equipo, casi nunca me quedaba a las cenas, prefería ir a descansar después de una pasarela, necesitaba energías, además que no soportaba ver cómo las modelos se le insinuaba una y otra vez al señor Kim.

Llegué a mi casa después de dejar todo listo en el restaurante, tome una cerveza del refrigerador me puse una camisa larga y me hice un moño para sentarme a ver una película. Vi que sonó mi teléfono, conteste de manera inmediata.

-Dígame señor Kim ¿Necesita algo?

-A ti, ¿Por qué nunca te quedas a cenar? También es tu esfuerzo.

Su voz se escuchaba algo ebria.

-Prometo quedarme en la siguiente, regrese a la cena, yo iré a descansar.

Solo colgó, por un momento me sentí emocionada, pero se que mi presencia solo era necesitada para el trabajo.

Ya había pasado un mes desde la pasarela, el trabajo en la agencia de modas estaba algo tranquilo.

-Fátima, que no me molesten, estaré en mi estudio.

El señor entro quitándose su saco y arrojándolo al sofá de la oficina, sabía que eso es que ya tenía en mente la nueva colección.

-Fati, ¿Y el señor Kim?

-En su estudio.

-¡Que los dioses nos amparen! Pero si acabamos de terminar la anterior colección, ¿Qué no tiene piedad?

Laisa siempre dramatizaba cuando le tocaba iniciar una colección, yo solo la escuchaba quejarse, mientras acomodaba la bandeja que le llevaría al estudio a mi jefe, con lo necesario para su encierro creativo.