Celibato (KNJ)

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Namjoon.

Siempre que estaba con tiempo libre me gustaba ayudar en centros comunitarios, en campamentos, incluso en centros de rehabilitación, es una manera de contribuir todo lo que me ha sido otorgado, como pastor principal, me he dado el lujo de tomar tiempo para mi, ya que aun no poseo de una esposa o familia amplia.

Además de que es abrumador de que los miembros de mi comunidad insistan en presentarme candidatas para crear una familia, soy un pastor joven aun, pero me he ganado el amor de los que me siguen. Por lo que en lugar de rechazar y hacerlos sentir mal, ellos mismos ven que estoy ocupado con otras causas, lo que los hace respetar mi espacio y no seguir con el tema.

—En verdad agradezco que decida apoyarnos esta temporada Pastor Kim, porque nuestro clérigo de cabecera esta indispuesto con su reciente operación.

—No hay ningún problema, siempre es un placer brindar mi ayuda a quien mas lo necesita, me dio gusto que llamaran en verdad.

Ahora estaría una temporada en el centro de rehabilitación juvenil, tengo una carrera en psicología, una especializada por la iglesia, pero que apoyo mucho en las terapias de algunos de estos lugares, es por eso que suelen llamarme.

Mientras me explicaban donde me quedaría en caso de preferir dormir aquí a mi casa, además de mostrarme las instalaciones, nos topamos algunos de los chicos que están aquí por que tratan de dejar las drogas o el alcohol. En la sala recreativa estaba una sola chica, estaba leyendo recostada en uno de los sofás, su cabello estaba atado con un moño desprolijo, pero haciéndola lucir adorable, se acomodaba las gafas haciendo que sus ojos negros se agrandaran un poco mas con esas largas pestañas, tiene la piel lechosa y sus labios forman un perfecto corazón, es como ver una obra de arte.

La directora noto mi interés en la joven —Ella es Wendy.

—¿Puede estar aquí? Veo que los otros chicos están en otras actividades.

—Ella tiene ciertos privilegios, se los ha ganado con los años.

—¿Años?

Ella deja su libro y se vuelve a acomodar las gafas, se levanta, entonces observo su cuerpo, la pantalonera le queda justa de los muslos, asi como la camisa con el logo del centro de rehabilitación que se estira sobre sus pechos, se ajusta a la curva perfecta de su torso, es como una figura de alguna escultura griega, con bastante carne en cada lugar correcto, nunca había sentido tanta lascivia de mirar a alguna chica y por todo lo bueno ella es digna de admirar.

—Años, mis padres cada que se quieren ir de viaje me encierran aquí, con su excusa de mi consumo regular de marihuana, la cual solo consumo una o dos veces al mes, pero ellos ya me usan para decir lo difícil que es tener que lidiar con una hija drogadicta, asi que dan una gran suma de dinero por darme hospedaje evitando que muera de una sobredosis —hay una manera en que lo dice que me hace sonreír, ella ladea un poco la cabeza regresándome la sonrisa —tienes linda sonrisa con hoyuelos, permiso ire a darme una ducha antes de la cena.

Se aleja sin mirarnos de nuevo, yo quedo impactado por completamente todo de ella y con una curiosidad que no es buena para mi juicio.

—En fin, ella no da problemas, solo se la mantiene leyendo o pintando, jamás ha tenido una crisis y como dice, sus niveles de THC en sangre son bajos o inexistentes, por lo que la dejamos en paz, la mantenemos aquí porque el director regional ama el dinero de sus padres, pero trato de contribuir dándole cierta libertad, mientras se porte bien.

Y vaya se comportaba, comía a los horarios establecidos, nunca se metía en líos, además de que siempre trataba de alejarse de los problemáticos, traía un libro nuevo cada dos días, además de sentarse en el jardín con su cuaderno de dibujo y los audífonos puestos perdiéndose totalmente en su burbuja.

7 deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora