Planos

4.7K 172 12
                                    

Camila

Cuando se encerraba en el estudio quería decir que no saldría rápido, ha estado muy ocupado con proyectos y en realidad lo he dejado tranquilo, solo voy y le llevo que comer, algunas bebidas y lo dejo estar, pero en realidad necesito atención, los juguetes y mi mano no me son suficientes, y como mi nombre es Camila haré que me dé lo que necesito.

—Oppa

—¿Qué necesitas pequeña?

—¿Puedo acurrucarme contigo? Prometo no molestar.

—Ven aquí —abrió sus brazos y me senté sobre de el con las piernas abiertas —Gracias por ser tan paciente.

El seguía mirando los planos en la pantalla, movía el mouse con una mano libre mientras con la otra acariciaba mi espalda.

—Camila ¿ No traes sostén puesto?

—¿Para que si ya casi es hora de dormir?

Soltó el mouse y me acarició ambos muslos.

—¿Entonces me dices que solo traes está camisa puesta?

—Claro que no, también tengo pantys.

Soltó un suspiro, se quitó los lentes, frotó el puente de su nariz, me tomo por los hombros.

—Camila, sabes que no debes de distraerme mientras trabajo, no me dejaras avanzar, solo son un par de días.

—No estoy haciendo nada— metí mi cara en su cuello —no es como si me estuviera frotando contra ti —moví un poco mi cadera.

—Camil — solo me dice así cuando está excitado —baja por favor, o tendré que ser malo contigo.

—No quiero.

Me seguí frotando contra su dura entrepierna, vi como su manzana se movía al tragar saliva, cerro los ojos y dejo que siguiera estimulándolo, su rostro perfecto era un poema, cuando su longitud rozaba mi hendidura húmeda, clavo sus dedos en mis muslos.

—Suficiente Camila niña mala

Se levantó conmigo sin batallar, desalojo la mesa de planos, poniéndome contra ella, levanto mi camisa, tomo la regla T.

—¿Sabes que voy a medir con esto Camila?— dio un azote con ella en mi trasero— la resistencia que tiene tu delicioso trasero.

Un grito ligero salió de entre mis labios, acarició mis nalgas para dar otro azote más, el sonido hizo eco en su estudio.

—Quiero que sepas que si los planos no están terminados para mañana será tu culpa Camila.  

Bajo mi ropa interior, arrojo la regla T al suelo.

—Jin

Ahora uso su mano para azotarme.

—Seokjin para ti niña malcriada.

Separó mis piernas, sentí que alineaba su miembro para entrar, la mano con la que me azotó ahora estaba en mi espalda, se apoyo un poco entrando en mi de manera lenta haciéndome sentir como mi piel se abría ante el, como su miembro separaba mis paredes internas con un sonido húmedo, palpitando mi clítoris con la dolorosa necesidad de ser atendido también.

Mis pezones estaban duros por la excitación y por tocar la fría mesa, saco su mimbro de mi, solo frotaba la punta de su virilidad sin entrar causando que casi me arranque los labios por la ansiedad de no tener lo que busco.

—No debería de follarte Camil, no lo mereces, eres una niña mimada y no debo de consentirte todo el tiempo.

—Déjame entonces iré a complacerme sola.

Tiro de mi cabello  para levantarme de la mesa al mismo tiempo que entraba en mi su aliento furioso se sentía en mi nuca.

—¿Me estás comparando con tus juguetes?

Arremetió violentamente en mi interior, se comenzó a mover de manera constante pero no rápida, el disfrutaba de la sensación que provocaba en mi vientre cuando era así de rudo, apresaba su miembro como si mi vida dependiera de la sensación de su dura polla dentro de mi.

—Para nada, ¿Cómo compararía el duro miembro de el arquitecto Kim Seokjin contra uno de juguete?

El tocarle el ego me divertía, aunque sueño ser algo tranquila saber que el no solo me ama si no que también me desea me complace de sobre manera.

Me giro subiendo mi espalda a la mesa, levantando mis piernas con las manos para penetrarme de esa manera, yo me sostuve con las manos sobre mi cabeza en la parte de arriba del mueble, aunque con su cadera chocando contra mi no había manera en que pudiera caerme.

—Tu rostro excitado en mi placer Camil, el que miembro desaparezca dentro de ti me encanta.

Se acercó para que mi pierna diera en su hombro y así tener una mano libre para acariciar mi clítoris, notaba la vena de su cuello palpitando por el esfuerzo de las embestidas, se inclino para besarme, solté una mano para meterla debajo de su camisa y sentir ese abdomen duro, sus besos necesitados, sus duras penetraciones, sumando a su mano en mi clítoris me llevaron pronto al ansiando placer, arañe su espalda baja al sentir los espasmos del orgasmo, el sonrió en mi boca, para después llenarme por dentro completamente.

—Me hacia falta tanto esto— dijo besando mi frente —terminare rápido los planos que me faltan, ve a la habitación y espérame desnuda.

—No tardes mucho Oppa.

Otro mini relato

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Otro mini relato.....

7 deseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora