Ordenes (Jung Hoseok)

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YOCI


La mayoría de mi internado en la preparatoria me la pase teniendo un bajo perfil, la verdad preferia no darme a notar y estar entre la sombras, solo quería que esto pasara volando para irme a estudiar lejos y mis padres me dejaran tranquila.

No es como si se ocuparan mucho de mi, preferían tenerme en internados verme de vez en cuando y fingir que eramos la mejor familia, tampoco es que tuviera la ilusión de una gran familia o demás, pero en ocasiones si me afectaba el hecho que solo me tuvieron para tener un heredero para el linaje.

Cuando comencé mis estudios ellos presumían que su hija era la mejor en calificaciones, en que los deportes me iban de maravilla, algun talento para la pintura, pero era molesto el tener que estar fingiendo enfrente de los demás cuando ellos querían lucirse, así que me volvi promedio, no destaco lo suficiente para llamar la atención, pero tampoco son pésima como para tener alguna reprimenda.

Los maestros saben quien soy por que mi familia se encargo de eso, pero no le restan importancia casi siempre solo por el hecho de que no causo ni problemas, ni denoto. Es el paraíso para mi.

Los pocos amigos que tengo, me dejan ser como me place, me incluyen en sus actividades, pero no se estresan si me pierdo en mis pensamientos, o me la paso escuchando música mientras hago garabatos en mi cuaderno.

Me gustaría que el último año así se hubiera seguido así, pero el salón que me toco resulto ser problemático, mis compañeros eran rebeldes, insultaban a los maestros, eran los caos hechos adolescentes por lo cual fui arrastrada entre ellos.

Hoy llegaba un maestro que se suponía ayudaría a corregir el comportamiento de todos, agradecía por mi paz mental, pero esperaba que no me incluyera con la barbarie de mis compañeros. Estaba mirando la ventana hacia el patio cuando vi un Jeep llegar al estacionamiento de maestros, creía que conocía a todos los profesores, así que de inmediatamente me di cuenta que sería el nuevo maestro.

En cuanto bajo se noto la dureza de su carácter, tenia el rostro serio y su corte de cabello era del tipo militar, su playera se marcaba a su espalda algo ancha, cuando flexionó sus brazos sacando una mochila los músculos de sus brazos hicieron presión en las venas de estos. Pensé en los muñecos de acción de los comerciales, lo cual me hiso sonreír un poco. El sintió mi mirada y volteo hacia donde estaba, nuestros ojos se encontraron por bastante tiempo, me sentí intimidada, pero la sensación de miedo que causo cuando me observo me agrado demasiado.

Sin despegarle la vista metí un dulce a mi boca y después me gire hacia el pizarrón, me había causado suficiente curiosidad el nuevo maestro.

Cinco minutos más tarde como lo supuse ese sujeto era el nuevo profesor.

—Todos en sus asientos, no quiero un solo sonido, al contrario de sus antiguos profesores, en mi clase el respeto se gana, mi nivel de tolerancia es mas bajo que el de todos los demás, si ustedes no desean aprender, pueden salirse, no me interesa solo quedarme con un solo alumno, no planeo ser su amigo, no deseo ser su maestro favorito y tampoco me interesa lo malo o rebelde que sea cada uno de ustedes.

Tomo un marcador para anotar en el la pizarra con letras grandes una caligrafía preciosa y sin ningún tipo de temblor en su mano, Hoseok Jung.

—Se ve usted muy rudo, pero parece igual de joven que nosotros, ¿es alguna táctica todo este asunto para enseñarnos? ¿Debo asustarme?

El profesor no dijo nada, solo dio un par de zancadas, tomo al chico de la chaqueta y lo arrastro fuera del salón.

—Nos vemos en los extraordinarios —cerro la puerta y se giro a vernos —¿alguno otro comentario?

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