ᴇɪɢʜᴛᴇᴇɴ

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(Minutos antes con Shoyõ y Atsumu)

-Mierda, ¿Por que justo tenían que perseguirme a mi?

-¡NO HUYAS MIYA!

-¡REGRESAME A MI HIJO AHORA!

-El no es tu hijo, búho idiota.

-Si lo es, ya lo adopté.

-Eso fue ilegal.

-No lo fue.

-Bokuto- san parece muy tranquilo pero al parecer también es agresivo.

Hinata hablaba cómodamente desde el hombro del rubio, quien, por el contrario a él, estaba por escupir un pulmón, llevaban persiguiendolo por mucho tiempo.

Atsumu aprovechó la pelea entre sus mayores y aceleró el paso perdiendolos de vista, era su momento, ahora o nunca.

Comenzó a correr hacía su casa ya con más tranquilidad y hubiera seguido de la misma forma si un castaño no se hubiera aparecido de la nada corriendo en su dirección haciendo que cayera al piso al igual que Hinata.

-Auuuch, mi trasero -- el menor se levantó sobando el lugar golpeado. -- me acabas de romper el culo, Atsumu- san.

-Ya quisiera, Shoyõ- kun.

-¿Qué?

-¿Qué? -- repitió la pregunta haciéndose el tonto. -- Ya viene Oikawa- san.

Hinata miro al frente y era verdad, a lo lejos se miraba con el castaño. Hinata levantó una mano para llamar su atención y el rubio la bajo rápidamente.

-Puta madre, sube a mi espalda.

Rápidamente Atsumu de dio la vuelta para que su amigo se subiera a su fuerte y ancha espalda. Cosa que Hinata no hizo.

-No quiero, me tiraste y por tu culpa me duele el trasero, que Bokuto- san o Suga- san te atrapen es una buena venganza.

-Shoyõ- kun, por favor, sube.

-No.

Miya soltó un suspiro desesperado y tomo a Hinata para volver a cargarlo sobre su hombro, el menor comenzó a golparlo y patalear, como si fuera un niño pequeño, aunque mucha diferencia no había.

Ahora se encontraban de camino al supermercado en busca de un bote de helado para el menor.

-Y bien... ¿Que sabor de helado quieres, Shoyõ- kun?

-De fresa, por favor, Atsumu- san.

-Lo que tu quieras, Shoyõ- kun.

Fueron a la sección de lácteos en donde se encontraba el helado, además compraron ingredientes para que Osamu les preparará algo rico para comer, el rubio no había dejado de elogiar la comida que hacía su hermano.

Cuando llegaron a la casa de Atsumu se encontraron con una escena un tanto tierna, Osamu y Yamaguchi estaban acostados en el sofá cubiertos por una manta mientras veían una película, hasta ahí todo normal pero, la cosa era que el peli-verde estaba acurrucado en el pecho del mayor mientras lloraba y este trataba del consolarlo.

-Dashi, ¿Por qué lloras? -- Hinata fue el primero en acercarse para ver qué le pasaba a su amigo.

Yamaguchi intentaba articular alguna palabra pero le era imposible, así que Osamu decidió responder por él y contarles todo lo que había pasado, aunque omitiendo algunos pequeños  detalles.

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