ɴɪɴᴇ

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Por otro lado estaba Atsumu, desde el día en el que se cruzo con esa belleza peli-naranja no lo había podido sacar de sus pensamientos, esa hermosa sonrisa y la piel suave que pudo sentir cuando lo ayudó a levantarse no salían de su mente. Osamu podía asegurar que su hermano estaba cada vez mas estúpido. 

Después del pequeño encuentro, el rubio había ido al mismo lugar donde se encontraron, ósea... Desde antes pasaba por ahí todos los días, tampoco era un acosador, pero últimamente se quedaba mas tiempo con la pequeña esperanza de ver a su sol. Aunque fracaso completamente, no se iba a rendir, sabia que tenia que encontrarlo en algún momento, solo que ese momento aún no quería llegar, estaba rogándole a todos los dioses a los que conocía, incluso le comenzaba a rezar al Dios Yato, era una estupidez si lo pensabas bien, pero Atsumu no lo hacia, así que estaba bien para él. Le rogaría a todos los Dioses del Olimpo si es necesario, aunque no supiera a que se refería con eso. 

Pero como es Miya Atsumu y nada le sale bien, sus ruegos los pasaron a la lista de cosas pendientes, que podía ser igual o mas larga a la que él tenia de animes por mirar. 

Ya llevaba varios días desanimado y el resto de idiotas, que se hacían llamar sus amigos, también lo notaban, así que Bokuto y Kuroo se encargarían de levantar el animo de su kohai, aunque no supieran por que estaba así,  y como no sabían que hacer recurrieron a Google.

-Bo, dame tu celular -- Bokuto, sin prestar mucha atención, se lo extendió concentrado en lo que estaba haciendo --  "Lugares para divertirse con niños" 

-Pero nosotros no somos niños Kuroo- san -- el pelinegro le dio una sonrisa ladina antes de responderle a Osamu 

-Ustedes no, pero ese idiota si -- señalo al peli-blanco que estaba caminando en el borde de la acera, manteniendo el equilibrio, o tratando de hacerlo -- no podemos ir a un lugar con mucha gente, suele perderse, y luego Ak- 

Tetsuro ensancho su sonrisa antes de sacar su celular y marcar rápidamente a cierta persona, sabia que esta vez no podría negarse, hace dos días le había quitado algo importante y aun no lo devolvía, esta era su oportunidad. Sus kohai lo miraron con completa confusión, Atsumu no estaba de humor para sus estupideces, luego Daichi se enteraba y los regañaban a ellos, no sabia como, pero Kuroo siempre lograba zafarse junto a su "Bro". 

-Kenma, ¿aún quieres tu consola de regreso? 

RivalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora