—NARRA SEDRIC—
Cuando llegue a casa no salude a las señoritas de limpieza como era costumbre tan solo subí escaleras arriba y me encerré en mi habitación para después dejarme caer a mi cama boca bajo.
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas sobre todo lo que había pasado en este caótico día, incluso podría decir que era el más interesante en toda mi maldita existencia, pero también el más desastroso.
Solté un suspiro bastante pesado al recodar todo lo que había pasado y lo mucho en que la había cagado, ahora verdaderamente no sabía que hacer, no quería hablar con Cameron tampoco aún que al parecer el si quisiera hacerlo, aun después de toda la mierda que le hice pasar, ese chico si que era impresionante, actuó literalmente como si no le importara que su "mejor amigo" casi lo moliera a golpes.
Cuando pensé en eso otra ves me sentí horrible, me mal decía por ser tan impulsivo y en nunca pensar las cosas con claridad, siempre me dejo llevar por mi estado de ánimo lo que yo admito es un hábito terrible, pero lo hecho, hecho estaba y no podía hacer nada para regresar el tiempo y en no haber hecho tremenda estupidez, enserio que merecía un premio por ser la persona más inteligente de este puto mundo, agh.
Aún que si había algo que me consolaba un poco era que pude manejar un poco la situación después de eso, no me mostré alterado después de receso incluso a la hora de despedirme de él que de echo ni si quiera hice eso pero no estaba bien en ese momento y no quería hablar con Cameron para después cometer una imprudencia más, lo mejor para el y para mi sería que yo mantuviera distancia en estos días, tenía que entender que por mucho que me molestara que Cameron hiciera cualquier tipo de cosas sexuales con cualquier hombre no debería de molestarme porque primero que todo, no estábamos saliendo y segundo, el no me pertenecía como para poder prohibirle algo.
No quería pensar mas en eso, si lo seguía haciendo mi cabeza empezaría a doler aún peor que ahora, supongo que dormiría lo que restaba del día, no tenía ánimos de absolutamente nada y menos para seguir pensando en mi desafortunado día.
.
.
.
Mi celular comenzó a sonar causando que mis ojos comenzarán a abrirse, chasquie la lengua en un gesto de molestia pues por primera ves sentí que enserio estaba durmiendo plácidamente.
¿Quien podría estarme llamando?
El único que me llamaba aparte de mis amigos era Cameron...
Trague nervioso, no sabía lo que haría si era el quien me estaba llamando, ¿le contestaría?, no tengo ni la más mínima idea pero bueno, igual no perdía nada en ver quien era.
Un número desconocido?, quien me podría estar llamando?, bueno, la verdad es que muchas personas me llaman, ya sea porque alguien les paso mi número o lo consiguieron con métodos extraños para poder salir conmigo, mas en especifico para eso...
Conteste.
— ¿bueno? —
— buenas noches mi amor, te gustaría bajar y abrirme —
Alejé el teléfono y lo mire extrañado, ¿quién chingados era este loco?
— Claro que si cielo —
Le seguí el juego.De mi cajón saque una arma, desde que tengo memoria siempre a estado ahí, mi padre fue quien se encargo de meterla ahí y de enseñarme a usarla, no estábamos exentos de nada, tampoco de psicópatas que vinieran a pararse en frente de la casa.
Salí de mi habitación y baje las escaleras, mi casa estaba completamente vacía lo cual era normal pues pasadas las 7 ya todos los empleados se habían ido, dejándome solo, mis padres nunca estaban, literalmente vivía solo.

ESTÁS LEYENDO
Mi Secreto
RandomCameron es un chico de 17 años que aparenta ser alguien normal. Todos los días en la preparatoria es elogiado y perseguido por las chicas, es sub capitán del equipo de fútbol y por todo ello es alguien muy popular. Pero lo que no sabe nadie es que...