El General Richard Lundberg, era el secretario de gobierno de la Republica Socialista Alemana Oriental desde hacía más de quince años. Todo el mundo creía que él era un ferviente seguidor del Partido Socialista Alemán, el partido político con mayor fuerza en el país donde, además, ocupaba la vicepresidencia. Pensaban que era un hombre entregado a su país, a los ideales del partido pero esa era una vida ficticia para él. Su verdadero nombre era Hugo Grossman. Creció en un orfanato militar de Alemania, pues perdió a toda su familia en la época de la reconstrucción y el final del cataclismo cuando solo era un bebé. A los trece años se enlisto en las fuerzas armadas pero su verdadera pasión eran las leyes, así que a diferencia de la mayoría de los militares que estudiaban alguna ingeniería, él estudio Derecho. Era dedicado, leal y eficiente, por lo cual se ganó el respeto del entonces ministro de Defensa Karl Braun, que se convertiría en su mentor. Un par de años más tarde, Braun le ofrecería la vacante como espía en Oriente. En un principio dudo de su oferta, el miedo a ser descubierto era evidente pero él no tenía nada que perder, no tenía familia o algún ser querido por el cual tuviera que preocuparse. Finalmente y por el profundo amor que le tenía a su patria, acepto el trabajo. En ese entonces, apenas se estaban construyendo las instalaciones de la Central de Inteligencia, contaban con un pequeño personal de no más de veinte personas de distintas nacionalidades. Recibió un precario entrenamiento de espionaje mientras ayudaba a cortar los enormes ventanales del lugar, pero no todo fue trabajo.Ahí conocería a una joven ingeniero en sistemas de nombre Carlota Ruge, con la que conviviría en toda su estancia en Kiel.Unos meses más tarde, Carlota, Hugo y cinco espías más cruzaron a Oriente en un cansado viaje a través de la cueva, convirtiéndose en los primeros espías Occidentales. Con sus nuevas identidades, Carlota y Hugo contrajeron matrimonio en el nuevo San Petersburgo. Luego de cinco años de espionaje en Oriente, Richard entro de lleno a la política, donde conocería a Klaudius Heisenberg, otro ferviente seguidor del Partido y del cual se haría su amigo íntimo. Por su gran habilidad en las leyes de Oriente y su capacidad de estrategia,Klaudius rápidamente lo tomo como su mano derecha durante su campaña presidencial. Heisenberg, enseguida se ganó la simpatía del pueblo alemán por sus magníficos discursos, pues era un gran orador y fue así como “el dúo dinámico” como eran apodados en el partido terminaron a la cabeza del país. La vida para la pareja Grossman se hizo difícil, Hugo sabía que difícilmente podría desaparecer de la vista de Klaudius y estaba condenado a vivir en Oriente hasta que pudieran derrocar al régimen. La pareja tuvo un hijo que por el bien de este, fue enviado casi enseguida a Berlin Occidental, con la familia de Carlota. Algunas veces, ambos fingían viajar a Praga la ciudad natal de Carlota para visitar en su familia, pero en realidad cruzaban la cueva para visitar al pequeño Bruno. A su esposa siempre le resultaba difícil dejar a su hijo y no es que a él no le costara trabajo, pero sabía ocultar bastante bien sus sentimientos. Hugo hablo con Karl y finalmente Carlota regreso a Occidente, mientras que él se tuvo que quedar en Oriente.
En Oriente los funcionarios tenían dos casas, lo cual era considerado un lujo debido a que la mayoría de la población ni si quiera poseía una, daban una renta al estado por el inmueble que ocupaban. La primera casa siempre era una vieja casona como cualquier otra de los barrios de Berlin. Ahí fue el lugar donde Andreas pasó sus primeros días y algunas veces Richard pasaba la noche ahí. La segunda casa, “la casa grande”; como la denominaba el secretario, estaba situada en las afueras de la ciudad en la llamada zona restringida. Aquella región estaba prohibida para la población y era fuertemente custodiada por los soldados, mientras que una gran barrera de pinos protegía a las casas de que fuesen vistas. En ese lugar vivían grandes personalidades del gobierno y la milicia. El que ellos pudiesen tener una doble residencia, era una de las estrategias que tenían para hacer creer a sus habitantes que ellos no gozaban de ningún privilegio y tenían las mismas carencias que los demás; una mentira que casi como se pronunciaba se hacía evidente.
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Antes del amanecer
Science FictionDespués del gran cataclismo y de la guerra mas sangrienta de todas, el mundo ha cambiado. Una enorme muralla que va de polo a polo a dividido a nuestra tierra en dos partes.Un mundo moderno y un mundo que se quedo estancado entre la segunda guerra...