❤️CAPÍTULO 11❤️

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Las 02:00Am y no podía dormir, trataba de entender todo lo que nos estaba pasando. De rendir un examen el día anterior, del secuestro, a estar aquí y ya no sentir preocupaciones. O creer que necesitaba mi habitación, a mis hermanos. Volver a la vida, a la rutina. Recordaba que cada vez que leía mi novela en la mañana decía en mi mente, que quería ésto... Estar aquí disfrutar de la playa sin tener que atender a alguien, o a mis hermanos, sin tener preocupaciones, sin tener que leer un apunte o repasarlo, marcar las palabras importantes. Esperar por un examen o cocinar para mis hermanos. Planchar su ropa. Me preguntaba ¿que estarán haciendo ahora?. Ya ni sé que día es, no tengo noción de eso. El único que recuenta cada día que pasa es Sam, de ser así le preguntaba a él pero dormía. Creo que era de los pocos que podían echar un ojo, a decir verdad, el único entre nosotros.
No sabía por dónde estaba Agustín, se había ido ese rato que hablábamos con Sam en la roca. Después de eso no lo habíamos visto. Bueno, en realidad si sabíamos que estaba nadando en la marea pero después de concentrarme en mis recuerdos y preguntas mentales, me olvidé de él. De todas formas sabía que podía estar por ahí. Ya había pasado mucho tiempo y el ruido del búho me daba miedo. Igual el cielo estaba tornado negro, parecía que una lluvia se aproximaba. Antes Sam y Agustín habían armado una tipo chosa cerca de una cueva que habíamos encontrado. Ahí dormíamos, aunque solo lo hacíamos en lluvias. Después cerca de la marea, que es en dónde estábamos ahora, yo al lado de Sam.
De repente un relámpago estruendoso provocó un susto tremendo en mí y el suspiro de pensar que Sam se había despertado me hizo observarlo pero solo se cambió de lugar dándome la espalda. Me senté y lo miré un rato. El búho salió de un árbol muy cerca de nosotros despavorido por el ruido. De nuevo me asusté por eso. Decidí salir a buscarlo, tenía miedo. Para ser honesta con el guardavidas me sentía segura, no lo sé... era raro. ¿Segura en una isla desierta?¿Sola con dos hombres nada más?. ¿Estando aquí?. Apuesto a que no había dormido por ello. Pero ¿que más da?, Si ya era la segunda noche con ellos. Algo me hacía sentir preocupaciones. Quizás la noche anterior no lo había hecho por cansancio y en el bote por estar en el bote. Algo pasaba, Agustín no estaba y yo no podia dormír.
Hice impulso con mis manos para levantarme, miré hacía todos lados. Los relámpagos llegaban aún más. Pero no hacía frío. En cualquier momento la lluvia llegaría. Creo que con fuerzas. Si estuviera en casa estaría en la ventana queriendo estar aquí, pero ahora deseo estar en la ventana. Leyendo mi novela o escuchando música. Sin embargo perdí mi teléfono que a mamá le costó tanto comprarmelo. Me pregunto ¿cuál habrá sido mi último mensaje? ¿Será que realmente vendrían a buscarnos?. Era la segunda noche en la isla pero la quinta desde que estamos perdidos, que es el recuento que Sam tiene. Hace días noté que Agustín anota cosas en hojas, tiene un clip pero jamás lo deja. No sé lo que es. Creo que es muy extrovertido en ese sentido. Pero ahora necesito encontarlo. De cualquier forma es un humano más y una vida más. O peor aún, un chico por el cuál estoy enamorada.

¿Dónde estará?.

__¡Agustín!.

Me había puesto la camisa de Sam. Ya no traía la remera, él se la había puesto, ni tampoco el boxer debido a que ya había dejado de menstruar. Alivié por eso pero estar en bikini, un poco incomodaba. Y mucho menos no haber tomado un baño de agua caliente después de estar indispuesta. Necesitaba un té o mejor un café con medialunas. Estar sentada en el sillón con una colcha tapada. Eso sí.

[...]

Al caminar me gustaba sentir el arena con mis pies descalzos. Sí, los Vans estaban al lado de Sam. A cada paso que me acercaba llegaba más a la orilla y luego tocaba el agua. Quieta me quedé al observarlo, ya no había estrellas solo nubes gruesas en lluvia. Coloridas por momentos, en tonos azules hasta amarillos. De repente un suave viento provocó que mis ojos cerraran y mi pelo junto a la camisa se elevaran sintiendo la brisa en mi espalda y trasero. Otro susto brusco me dió que casi grité al oírlo cerca mío decir que la lluvia llegaría, mientras miraba el cielo y se posaba a mi lado. Digamos que a un metro detrás de mi. Y se acercaba tímido. Debido al hacerme asustar no se evitó reír. Si era de otro mundo verlo reír. De risa contagiosa.

¿FUISTE MI AMOR REAL? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora