PRÓLOGO

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Esta historia está basada en una historia real.

Calles desiertas, uno que otro vehículo circulaba hasta esa hora de la mañana. El avenida, la plaza, los locales... alguna que otra persona caminaba por la cuadra... Recuerdo claro al señor que caminó por nuestro lado y nos miró por sobre su hombro, de mala manera al vernos sentados de frente con los pies cruzados, a esa hora de la mañana, esperando a que el café abra. Claro que estuvimos esperando en vano, jamás recordamos que un domingo por la mañana el café no abría. Era nuestro café...
Lo bueno de esa espera, fué tener una servilleta en el bolsillo para salvarte, si, tu resfrío junto con el mío, nos acompañaban. Te la di y recuerdo que cuando te dije que estaba usada pusiste cara de desagrado, entonces rápido largue mi risa... sé que no es tierno ver a una persona resfriada sonandose los mocos en frente de tí, pero... ¡Mierda! si tan solo pudieras verte hacer eso, hasta en eso eras extremadamente tierno. Te lo repetía las veces que me generabas escalofríos con tus acciones, pero escalofríos de amor.
   La luz del sol alto, nos molestaba en la cara, bueno... no tanto como ami -que estaba casi de frente-. Lo bueno es que tenía la capucha del buzo puesta y me cubría con eso. Me viste molesta y dejaste ver la cámara de tu celular en frente de mi cara... más tarde, en tu estado estaba con una aclaración particular y obvia.

"Hace chui".

Tu babucha dejaba ver una parte de tu tobillo por la forma en la que estabas sentado, y recuerdo que tiré los pelos de tu pierna para molestarte. Te quejaste y nos reímos al mismo tiempo.

__Auch eso dolió... Creo que tenemos que irnos, no abrirán. Mirá la hora que es.

Finalmente decidimos irnos de ahí y volver a otro café. "Evaristo" no estaba del todo mal, en parte, era el único lugar que teníamos cerca y el que estaba abierto.
Desayunar con éste rubio, se me estaba haciendo costumbre y de la buena. Amaba amanecer y tomarnos un café calientito, viéndote la cara de sueño y algo despeinado -sino traías la capucha del buzo puesta- y pidiéndole a la mesera café con medialunas recién salidas del horno, aunque no había donuts, había croissant.

¿Quién diría que el último desayuno sería en ese café, a esa hora, con ese clima y ese sol?. Mirando el cielo me di cuenta que no necesitaba un lugar, ni una hora, ni un clima, ni nada para estar locamente dispuesta a hacer del momento uno perfecto como lo hacía él...

Dejamos todo listo para tomar camino a la avenida, antes de levantar mi bolsa de cartón y mi paraguas para irnos, tomé el último sorbo de café que quedaba. Más tarde retomamos la caminata dulce y pacífica como la mañana. Recuerdo habernos entrelazado las manos y agitarlas de adelante hacia atrás.
  Estaba nerviosa, felíz. Me sentía amada, acompañada. No faltaba nada, no quería que te fueras. Quería abrazarte, contarte chistes... verte sonreír se sentía bien.


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Todo comenzó un 31 de Diciembre de 2021...

¿FUISTE MI AMOR REAL? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora