❤️CAPÍTULO 16❤️

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Unos meses atrás...

Nuestra verdadera historia comienza un 1 de enero a las horas que se siguen de la medianoche. Marcada las 12:00 en punto ya festejamos el año entrante. Y ahí estaba yo, sentada en una mesa la cuál familia no era la mia. Entonces ¿qué hacía ahí?. Debido al trauma del pasado quería salir de ese lema y centrarme en conocer nuevas personas, es por eso que tomé la decisión de pasar año nuevo con la familia de mi ahijado Benjamín de apenas un año. En principios era algo incómodo y vergonzoso el estar ahí compartiendo con la familia de mi novio sin conocerlo. Aunque ya había tenido conversaciones con algunos de ellos como sus primos y su abuela que era un amor de persona. En si la familia lo era.
Recuerdo que mi mamá se había puesto triste de haberme dejado venir con mis compadres por lo que nunca había pasado una cena importante sin ella. Lo que fué favorable para mí es que ya había pasado navidad junto a ella, Gus y Alex e incluso con mis abuelos y bueno mi familia materna. Así que de alguna manera estábamos a mano. También porque había comenzado mi primer trabajo y obviamente el poseer dinero me generaba más que bienestar y felicidad a comenzar sentirme independiente. Tal vez porque sentía que ya debía hacerlo, créanme es triste mendigar moneda y más cuando se trata de tu mamá y de que perdiste a tu papá.
Lo cierto es que conocer a su familia fue una de las mejores cosas de mi vida. Por eso decidí prometer no arrepentirme de nada de lo que vayan a enterarse más tarde, porque no siento ningún tipo de arrepentimiento.
Nos preparamos para ir, la casa de los Garden quedaba a unas cuadras y podíamos caminar sin problemas. Él ya se encontraba ahí y yo ni sabía de su existencia. La locura más loca fué llegar y ver a sus primos quiénes ya me habían conocido antes por un tema de trabajo, ahí ya es otra pausa. Por algún motivo, Drew no me había saludado lo cuál tampoco me esmeré por hacerlo, si soy muy orgullosa. Después de saludar a casi todas sus tías y tíos decidí ponerme de esperanza y ayudar a poner la mesa. Lo cual no olvidaré el trato de amabilidad que pusieron ellas para conmigo. Su abuela, lo había hecho. Así también su tía Elsa, la madre de Drew y Chris, la dueña de casa.
Ya estaba todo listo y debíamos sentarnos a comer, esperar las 00:00 y brindar por el año nuevo entrante. Hasta ese entonces comer era un trauma. Cada bocadito que daba me provocaba más hambre de la que ya traía pero los nervios eran más poderosos. Admito sentirme una boluda por no estar con mi mamá y los indios de mis hermanos en ese momento, nadie me hablaba aunque sea para que comiera más de lo que ya no podía. Y simulando comodidad a todo respondía que si con la cabeza y siempre con amabilidad. El gracias nunca me faltó. El estar sentada era mirar únicamente el plato o el cielo estrellado, ya que si miraba a mi derecha se encontraban los Garden comiéndo como búfalos y los demás primos de Agustín. Puesto que obvio, evitaba cruzar miradas. A mí izquierda estaban mis primos con quiénes jamás tuve una plática tan larga como la de esa noche y ya sabían que solo era por haberme quedado con ellos. No tenía con quién hablar. También estaban los papás de Benjamin, mi ahijado y demás familiares. En fin, había llegado la hora de brindar. Hicimos todo ese procedimiento en el cuál, te paras, tomas tu copa y sonreís cuando chocan unas contras las otras al ser las doce de un nuevo día y año. Bla, bla, bla... Cohetes, besos y abrazos...
Volví a sentarme y todos se levantaron para ver los colores en el cielo y yo estaba ahí. Lo único que hice fue hacerme la boluda y tomar mi celular para simular hablar con alguien o ver algo, pero la verdad es que no quería ni moverme ya que o era cosa mía o ¿los primos de Drew y Chris e incluso ellos estaban mirándome?. No sé, nunca miré para ahí. Bueno si, pero nunca ví a Agustín sentado en la mesa.
Después de que aquella sonora que lastima los oídos del animal pero que a los indios les facina terminó o redujo sus explosiones, decidí ponerme de pie para estirar las piernas de tanto cruzarlas de un lado al otro. Creo que como ya todos se habían levantado de la mesa, es decir, todos los nervios, osea los adolescentes, tomé la decisión de alejarme un poco de la mesa y poder conversar con mi mamá para felicitarla al igual que a mis hermanos por Whatsapp. Claro, tardaban en responderme, mamá no.
Después de eso, tomé a Benjamín en mis brazos. Ahí me sentía un poco más cómoda. Morgan, la novia de mi tío, me brindó eso. Benjamín comenzó a llorar y pensamos que a lo mejor tenía sueño. Entonces era libre de cargar pañales para volver a sentarme ya del otro lado de la mesa, esta vez al frente de dónde estaba. Mientras miraba con ternura la carita de Benjamin al comenzar a dormirse, sentí una mano suave en mi hombro, rápido voltee para saber quién era. La abuela Nina se acomodaba en el asiento de al lado para conversar conmigo. Fue muy amable, me preguntó por la facultad y por mi familia. De ahí al conseguir un poco más de confianza nos tomamos fotos junto a Morgan y Benjamín y demás que estiraban sus cabezas detrás. No podía creer que ahí estaba yo. Luego me comenzó a decir que amaba ver películas de terror y leer libros, entonces ahí la adoré por completo. Ella era igual que yo y eso me gustaba mucho pero nuestra conversación tuvo un fin, alguien dentro de la casa la necesitaba. Por lo que se disculpo y se fué. A eso volví a mi celular y tenía un mensaje de Alex.

¿FUISTE MI AMOR REAL? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora