❤️CAPÍTULO 13❤️

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Otra vez juntábamos plátanos para alimentarnos. Colgado del árbol y yo con la mochila en manos, hacía espacio para que cayeran dentro. Nos apresuramos, temíamos a que los babuinos estuvieran cerca o vinieran por "sus plátanos". Ellos ya nos habían robado un poco de cosas hace unos días. No teníamos idea de porqué las cosas desaparecían de la nada y nos culpabamos entre los tres, hasta que nos dimos cuenta que no éramos la única vida en esta isla y que teníamos compañía de una familia de Babuinos.

¡Vaya que se habían quedado con nuestras cosas!.

Como Agustín todos los días recorría la isla, descubrió su presencia y ellos la de él. Se dió cuenta de quiénes eran los ladrones. Ladrones de ropa, de botes y de la comida. Por suerte había fruta y otros alimentos en la isla como: cocos, plátanos, moluscos, almejas, ostras, cangrejos, mejillones y peces. Todo un banquete. La mayoría de las veces comíamos con la ayuda de los Babuinos; ellos bajaban de los árboles por peces, a veces dejaban olvidadas semillas y siempre que encontrábamos flores cerca, sabíamos que nos habían pasado a visitar. Eran inquietos.
Sam finalmente aprendió a fácilmente hacer fuego. Él se encargaba de cocinar la carne de pescado, cada vez que Agustín los cazaba, o algún Babuino lo olvidaba a la orilla. Una tarde eso pasó y ahí estábamos, comiendo pescado semi-cocido que Sam nos preparó. Teníamos demasiado hambre como para devorarlo sin asco, sin culpa y en un pestañear. Otra vez ese silencio molesto que se vuelve incómodo. Presenció aquella escena. Agustín estaba lejos de nosotros y se mostraba serio, a decir verdad, todo el tiempo estaba callado. Sus miradas eran atrapantes, como si se tratase de un actor de Hollywood queriendo no ser fotografiado por los paparazzis en una tarde calurosa de verano en la playa. Claro que ninguno de los dos le dirigimos palabra alguna. Creo que sí lo haciamos nos trataría horriblemente mal. No estaba de humor o bueno no lo sabíamos. ¿Qué pasará por esa cabecita? ¿qué dirá su mente? ¿estará arrepentido de haberme besado? Seguro que no, mis labios son irresistibles. Obvio no trato de ser engreída pero quizás un poco realista sí. Es que no pretendía si quiera hacer nada. Estuvo así durante toda la mañana y tarde: sentado con la mirada concentrada. No hasta que del solo estar en silencio con nuestras mentes ocupadas, pensando en si regresar valdría la pena o no, supimos diferenciar el ruido de un helicóptero volar cerca. Aunque no lo veíamos, nuestras desesperaciónes porque nos vea era mucho más grande y ruidosa. Los tres en un brinco pegamos grito al cielo, pidiendo por ayuda. Claramente no nos había dado tiempo de disparar la vengala, que minutos tardes Agustín la disparó pero de haber sabido que solo teníamos una munición no la habríamos desperdiciado. Porque el ir a buscarla y cargarla este transporte aéreo ya estaba lejos y no nos había si quiera visto. Entendí desde ese momento que debíamos tener un tipo de señal para que nos identificaran más rápido cuando se le ocurra venir a otro helicóptero o avión o barco o lo que sea por esta maldita isla. Aunque pensándolo bien nadie vendría por aquí dentro de un largo rato. Así que las esperanzas que quizas aún tenía Sam -porque de ser por mi y por Agustín la habíamos perdido, ya hace mucho tiempo- en cualquier momento iban a desaparecer. No sabíamos en que momento volvería otro o si volvería.

__¡Es inútil...! ¡Nadie va a venir por nosotros nunca! - gritó.

__¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿cómo que no...?!¡Solo empeoras las cosas!.

__¡¿Qué cosas?, ¿que otras cosas podrían estar peor después de eso...?! ¡¿Sos tonta o que?!.

__¡Hey ¿qué te pasa?, todos estamos igual que vos!. ¡No es para que le contestes así!.

__Vos no te metas.

__¡Me voy a meter las veces que se me plazca porque amo a Max y no se merece que la trates así!.

¿FUISTE MI AMOR REAL? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora