❤️CAPÍTULO 24❤️

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  Como sonaba un perreo lento y sensual, lo más lógico era que nos soltaramos las manos para poder bailar y noté que León no quería soltarme, hasta que finalmente lo hizo. De nuevo, perreo hasta el piso meneando para abajo, sus movimientos eran sutiles, no atrevidos como los míos. Seguíamos bailando frente a frente, ahora todos aplaudían y gritaban, hasta silbaban algunos locos.
  Miramos a Chris y a su amiga menearse hasta más no poder, eran graciosos y divertidos esos dos, reímos por eso. Me gustaba la idea de ser así de divertida como esa chica y de nuevo estaba bailando sola pero ya no estaba ni bajoneaba, ni pensando en O'brien, solo en pasarla bien y sonreír por tener amigos nuevos. Era yo, me sentía bien y con ellos sentía que podía ser yo misma. Estaba finalmente cómoda con ellos. Nada malo podía pasarme.

En verdad amaba ésto.

Modo sentimental activado*

El perreo seguía, cada vez más frecuente y ahí estaba yo, dándole duro a las sentadillas lentas con movimiento sexy, sin importarme nada. Ya me había alejado del lado de León y bailabamos solos, pero aún estábamos algo cerca. Es que, al bajar y volver a subir lentamente, algo encorvada, sentí el roce en mi trasero y mis muslos. De alguna forma era leve, de lo contrario, no dejó de provocarme un escalofrío recorriendo mi cuerpo y seguro de un calor. No solo porque me habían tocado, sino por la vergüenza de lo que eso significaba. Sentí que todos estaban mirándome y hablando muy mal de mi a mis espaldas, y alabando a la persona que estaba detrás de mí. Decidí cortar toda la bailada y pararme en seco para mirar a la persona que había hecho eso, o mejor dicho, al mejor amigo de pocho -quien no podía sonreír más porque su cara no se lo permitía-. Si tan solo lo hubieran visto, era todo un asco, tenía el pelo despeinado y un olor mezclado de cerveza con marihuana, traminaba a su andar. No podía ni sostenerse de lo tomado que estaba, e incluso tenía la botella en una mano.

__¡Vení bailemos, ¿ya te dijeron que sos muy bonita?!

Creo que mi cara de asco no la notó él pero si León, pues no quizo hacer más nada que sacarlo de mi vista porque me había quedado parada mirándolo con desagrado. Extendió su mano y tomó la mía con presión, obligandome a bailar con él.

__¡No, no quiero bailar con vos idiota!.

Me quité de su agarre y al parecer León no era el único que me había escuchado y notado mi molestia, Drew también me escuchó gritarle. No sé los demás. No me importaba.
Era un simio caído de una montaña que quería bailar conmigo a toda costa.

__¡Dale pero si es un ratito nada más!.

La seña la hizo con su mano libre, aún así me negué y salí de ahí lo más rápido que pude. Dirán ¡qué exagerada! pero no es lindo estar en esa situación. Tampoco es que iba a ponerme a llorar por eso, el pibe no me gustaba y punto.
Al alejarme, oí como Drew le encargó a León del amigo de pocho para voltearse en dirección a mi y preocupado, preguntarme si me sentía bien.

Dios, ni mi papá me cuido tanto como lo hizo él esa noche.

__¡Max!, ¿Estás bien?, ¿te hizo algo?!.

Avergonzada, no podia decirle que se acercó hacia mí por detrás, solo pude decirle que necesitaba aire y salir de ahí un rato. Tal vez estaba mareada por haber bailado a todo dar con León minutos antes, y ahora sentía que devolvería todo en cualquier segundo, quería y necesitaba sentarme un rato. Sentía que si tomaba otro trago más de lo que sea que había tomado, caía desplomada al suelo.

__¡No... tengo ganas de vomitar!.

Al ver mi actitud con la mano en mi frente y mis ojos casi cerrandose, que ya caía en el suelo, me tomó la mano y empujó a cualquiera que se metiera en el camino olvidando al grupo y a su amigo borracho detrás. También olvidé todo, sentía frío y calor, mis piernas temblaban y mi boca producía mucha saliva. Me daba asco tragarla, no quería ser la vomitona del baile y mucho menos vomitarle la nuca a alguien que se cruzara en frente, me faltaba el aire y estaba algo mareada.
Gente, personas y más gente cruzamos. De la mano subimos un escalón, bajamos otro y después de llegar a la baranda bajamos tres, pero al llegar a las escaleras, se detuvo para ayudarme por los tacones.

¿FUISTE MI AMOR REAL? [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora