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En el trayecto ninguno dijo nada, salvo Jin para confirmar si la primer parada era la tienda que él había sugerido

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En el trayecto ninguno dijo nada, salvo Jin para confirmar si la primer parada era la tienda que él había sugerido.

Con una madre de acuerdo y una hija renegada, obedeció a la madre que le confirmó una vez más el que las llevara a la tiends que el mencionaba, Seok-jin estaba seguro de que a Ji-hyo le encantaría lo que vería.

—¿Es aquí? —preguntó la niña con desgana—. Papá me compró mi violín en un lugar exclusivo para músicos de gran reconocimiento a nivel mundial —informó de brazos cruzados, alardeando sobre la fortuna de su padre.

Seok-jin tuvo ganas de reírse pero se contuvo.

Eun-ji se giró en el asiento y le dirigió una mirada de reproche a su hija, se sentía confundida, Ji-hyo nunca había actuado de aquella forma, siempre era cortés y modesta pero ahora se comportaba como una niña caprichosa.

Jin ignoró aquello haciendo enfurecer a Ji-hyo, pareciera que nada inmutaba a aquel hombre y eso le ponía los pelos en punta, no lo quería cerca de su madre porque ella aún veía que sus padres se amaban y los quería juntos.

Ji-hyo se bajó del auto y sintió las cálidas manos de su madre sobre sus hombros mientras la dirigía hacía la entrada del local.

Por fuera parecía una casa de empeños abandonada, los ventanales estaban salpicados de barro y también permanecían empapelados con folletos que ya estaban amarillos y desgastados por el paso del tiempo, ni siquiera habían buenas luces fuera del local pero una vez que pusieron un pie dentro, Ji-hyo no pudo evitar sentirse asombrada.

Había una amplia galería de instrumentos de todo tipo, desde instrumentos de cuerda, hasta de viento y percusión. En cada repisa habían luces de neón y el suelo era una alfombra azul con pequeños podios en medio de la tienda donde se exhibían instrumentos más grandes como baterias y pianos.

Seok-jin se aproximó a su amigo y lo saludó estrechando su mano y dándole un corto abrazo, mientras lo presentó a sus compañeras—Él es Yoon-gi —apuntó al hombre que era de pocas palabras—. Yoon-gi, ellas son Eun-ji y Ji-hyo —las presentó.

—Mi tienda siempre está abierta a cualquier buen músico, díganme, ¿para quién es el instrumento? —preguntó con un tono de voz profundo.

Ji-hyo se aclaró la garganta y dio un paso al frente—Estoy buscando un violín y no se ofenda pero creo que no....

Y de pronto guardó silencio, una armoniosa melodía empezó a rebotar entre las paredes del local, el ritmo era lento y melancólico.

Ji-hyo se aproximó al sitio de donde provenía la melodía y se asombró al ver a Jin tocando en el piano tan absorto de lo que ocurría a su alrededor, tenía los ojos cerrados pero aún así ella podía notar la profunda tristeza que se había creado a su alrededor y por algún motivo, verlo así la entristeció y no pudo evitar sentir que las lágrimas se le amontonaban a punto de desbordarse.

𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀 𝐈𝐃𝐄𝐀𝐋 | 𝐊𝐍𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora