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Ji-hyo sorbió su nariz mientras estrechaba la mano de su madre, una semana después del accidente

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Ji-hyo sorbió su nariz mientras estrechaba la mano de su madre, una semana después del accidente. Nam-joon les había informado a sus hijos sobre lo ocurrido con mucha cautela y los consoló y logró tranquilizarlos una parte, hasta que ellos por su propia cuenta pudieron comprobarlo.

Había sido difícil que Chae-won pudiese ver a su madre, pues era muy pequeña aún como para ingresar a aquella sección del hospital donde los pacientes más graves estaban, sin embargo; Nam-joon se las había arreglado para lograr infiltrarla y que Eun-ji pudiese verla.

Aquel día fue tan emotivo para todos, que él volvió a llorar como un niño, mientras sentía como su corazón se retorcía en su pecho al ver a sus hijos junto con su madre llorar abrazados.

—Mamá, ¿cuándo saldrás de aquí? —preguntó la mayor, quién iba recurrente a ver a su madre. Sus hermanos, por otra parte, se quedaban en casa de sus abuelos al cuidado de ellos.

—Hoy tendrá el último control y podrá irse con nosotros —mencionó Nam, mientras acariciaba la cabeza de su hija antes de besarle la mejilla.

Eun-ji por su parte, estaba absorta de aquello mientras miraba fijamente a través de la ventana frente a ella. ¿Por qué si el día se veía tan hermoso y radiante, ella solo lograba verlo gris y opaco?, ¿volvería a disfrutar de aquella hermosa vista otra vez?. Parecía algo patético pero no podía evitar sentirse así, la depresión que comenzaba a acompañarla cada día era cada vez más fuerte e inevitable.

Suspiró mientras parpadeaba alejando las pequeñas lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos, miró a Ji-hyo e intentó sonreír para transmitirle calma pero todo lo que logró fue una mueca torcida.

—Nena, ¿me dejas hablar un momento a solas con papá? —preguntó, mientras le acariciaba la mejilla.

—Si. Iré con la abuela a comprar algo para comer, ¿quieres algo? —la miró fijamente, pero su madré negó.

La niña besó la mejilla de su madre a modo de despedida y su padre le dio una leve palmada en su cabeza observando como se marchaba.

Tomó asiento al lado de la cama mientras apagaba la televisión donde transmitían una serie que nadie estaba mirando realmente y centró su mirada en ella.

Tenía pequeñas circunferencias moradas debajo de sus ojos debido a las malas noches que tenía donde sufría de pesadillas, en su rostro aún quedaban algunos pequeños golpes que en unos días se irían y el cabestrillo azul y negro mantenía su brazo en una posición más cómoda donde ella podía moverse con mayor facilidad.

—Nam, ¿sabes si Seok-jin sacó las cosas? —preguntó mientras se sentaba en la cama con la ayuda de él.

—En la mañana me dijo que sí, que ya estaba todo listo... —respondió y luego dejó escapar un suspiro—... es muy admirable de tu parte que dones las cosas del bebé a un hogar de niños, pero, ¿estás segura de que no quieres conservar nada?

𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀 𝐈𝐃𝐄𝐀𝐋 | 𝐊𝐍𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora