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Eun-ji estacionó frente al departamento de Seok-jin y se bajó ya con los niños despiertos

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Eun-ji estacionó frente al departamento de Seok-jin y se bajó ya con los niños despiertos. Cada uno tomó algún objeto y todos marcharon hacia adentro una vez que ella abrió la puerta.

Jin se asomó por la cocina mirando directamente a su pareja—¡Hey! —llamó su atención—, ¿qué tal te fue? —preguntó cuando esta se acercó a él con aires de tristeza.

—No muy bien, pero que suerte que Nam-joon estaba ahí. Fue de mucha ayuda —le respondió para después abrazarlo suavemente.

—Ya veo.

No dijo nada más, salvo que la comida estaba lista y que podían sentarse a esperar que pronto llevaría todo a la mesa. Ella asintió y le avisó a sus hijos que andaban algo distraídos y permanecían en silencio, tomó una de las cajas que quedaban por guardar y se dirigió a la única habitación que no era habitada por nadie pero que tenía todas sus pertenencias sin usar.

Dejó la caja sobre otras y miró a su alrededor, habían muchas cosas que podrían vender o donar a alguien que lo necesitara, después de todo, no creía que se mudarían otra vez muy pronto. Quizás Seok-jin prefería esperar a que el bebé naciera y mientras tanto buscarían algo más grande donde pudiesen entrar comodamente.

Se acercó a una pila de cajas y muebles cubiertos por una sábana y tomando de esta, jaló un poco hacia el costado, lo suficiente como para visualizar una caja que contenía libros. No tenía idea de que Jin fuese de los que les gustaba tanto leer, algo entusiasmada, abrió un poco la caja para ver que era lo que gustaba y a fin de cuentas, notó que habían muy pocas cosas que sabía respecto a él.

Entre los libros no habían muchas cosas interesantes, algunas eran viejas novelas y otros libros de historia y política. Bajó la caja y revisó la siguiente, en esta habían más libros pero particularmente, uno captó su atención.

Era un álbum de fotografías, pero estaba segura de que no era cualquier álbum, pues a este ya lo había visto antes. Lo tomó entre sus manos y lo abrió encontrándose con una fotografía de Hyori en la universidad, el día de su graduación.

—¡A-ahí estás! —exclamó Jin con la voz un poco aguda y temblorosa, mientras abría la puerta de pronto y se metía en el interior. Eun-ji dio un respingo y soltó el álbum dejándolo caer sobre la caja—, ¿qué estás haciendo?, vamos a comer antes de que se enfríe lo que he preparado —sugirió, mientras se acercaba a ella y la tomaba de la mano sacándola de allí rápidamente.

Trató de ocultar sus nervios y cerró la puerta detrás de él. Tenía que hablar pronto con Hyori y pedirle que se apresurara a buscar un lugar donde dejar sus cosas, porque claramente él no se sentía listo para decirle a Eun-ji.

Sin embargo, a veces pensaba que era algo tan sencillo y era tan tonto ocultarle ese pequeño detalle, pero por algún motivo, se quedaba callado. O en realidad prefería quedarse callado porque temía lo peor si Eun-ji sabía el por qué del haberse acercado a ella.

𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀 𝐈𝐃𝐄𝐀𝐋 | 𝐊𝐍𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora