En un Caballo Palido

Capitulo 4

La muerte estaba esperando honestamente a que alguien intentara tocarlo. Habían estado sentados aquí en esta habitación durante unas horas mientras los mortales debatían entre ellos sobre 'qué hacer con él', lo cual fue increíblemente grosero al ver que él todavía estaba presente y se ofendió un poco por cómo estos la gente parecía pensar que podían hacerle cualquier cosa en primer lugar. Sin embargo, se mantuvo en silencio, alternando su atención entre fruncir el ceño a Dumbledore y sonreírle a su yo alternativo conmocionado. Realmente, estas personas eran demasiado divertidas para burlarse.

Sin embargo, no estaba pasando nada, lo cual fue decepcionante porque el objetivo de venir aquí era encontrar algo que hacer , por lo que Muerte pensó que también podía ir y hacer algo productivo con su tiempo. Como rescatar a un gatito, dejar a Dumbledore calvo o liberar a Cthulhu en la desprevenida población de la Tierra.

De repente, la Muerte se puso de pie. E, igualmente abruptamente, el silencio cayó sobre los mortales reunidos como una tonelada de ladrillos, con rostros estupefactos y conmocionados y bocas abiertas. Terriblemente poco atractivo. Se quedó de pie por un momento, todavía en la forma en que solo la Muerte puede ser, con los ojos vagando sobre los humanos reunidos mientras sopesaba la posibilidad de saltar sobre uno de ellos de repente y ver cómo reaccionaban en contra de prenderse fuego solo para ver qué pasaba. .

En lugar de hacer cualquiera de esas cosas potencialmente hilarantes, la Muerte les sonrió a todos, lo que curiosamente no los tranquilizó tanto como había esperado que lo hiciera, y con indiferencia puso sus manos en los bolsillos de su túnica (su túnica no los había tranquilizado). en realidad tenía bolsillos hasta hace un segundo) cuando salió de la habitación, ignorando las barreras destinadas a mantenerlo allí como si estuvieran hechas de telarañas. La magia que los mantenía unidos se agrietó y se hizo añicos como el vidrio mientras caminaba a través de ellos, con una sonrisa divertida en su rostro mientras se preguntaba cuándo los mortales reunirían su ingenio lo suficiente para darse cuenta de que acababa de abandonarlos.

De hecho, llegó hasta el final del pasillo antes de que las voces estallaran detrás de él, lo que lo hizo reír, larga y fuerte, silenciando rápidamente la habitación nuevamente. Cortó la risa, frunció el ceño y deseó que dejaran de quedarse tan callados cuando reía. No era gracioso si estaban callados, lo que significaba que no podía reír, y le gustaba mucho reír.

La muerte vagó por la casa durante un minuto más o menos, disfrutando de la pura novedad de caminar a algún lugar por una vez, antes de encontrarse en una gran biblioteca. Echó un vistazo a los estantes de libros, sabiendo que no había nada nuevo para él que aprender aquí, pero había sido atraído por la sensación de magia que emanaba de una esquina trasera. Silencioso como la tumba, qué mezquino de su parte, la Muerte se deslizó hacia la fuente, mirando desde una esquina a la bruja con el pelo increíblemente tupido y un libro por cabeza. Oh. Espera, no, ella simplemente tenía la cabeza enterradaen un libro; el libro no era en realidad su cabeza. Frunció el ceño con decepción. Una bruja con un libro por cabeza habría sido muy interesante, y él la miró especulativamente y se preguntó cómo reaccionaría si él realmente convirtiera su cabeza en un libro para divertirse.

Como si de alguna manera supiera que él estaba teniendo pensamientos poco caritativos sobre su persona, la bruja levantó la cabeza y lo miró a los ojos. La sonrisa de Death creció lentamente, complacida de encontrar a alguien dispuesto a hacer y mantener contacto visual con él sin volverse loco y, a la inversa, el ceño de la bruja aumentó en proporción a su sonrisa.

"¿Quién eres tú?" la bruja finalmente preguntó de una manera un poco mandona que la Muerte decidió pasar por alto a favor de una conversación real con un ser vivo.