Capítulo 3: La luna de hiel

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Álex

Acabamos de bajar del avión. Estamos en Tailandia. Yo no quería venir aquí pero Fiorella, mi señora esposa lo decidió por los dos. Decidió, las flores de la boda, el lugar de la celebración, las invitaciones y como no la luna de miel. Nos hemos dejado una pasta en un viaje programado en el que no vamos a tener tiempo ni de respirar. Vamos a viajar en quince días a creo que son cinco ciudades, con excursiones y visitas a lugares turísticos todos los días. Si le sumamos las tropecientas horas de vuelo, el jet lag y su puta madre, ahora mismo quiero cortarme las venas. Yo hubiese preferido irme a no sé, un resort en el Caribe de esos de todo incluido en el que emborracharme todos los días. Y no moverme del hotel. Además viajo con Fiorella lo cuál no es lo más agradable del mundo. Nadie sabe, nadie y digo nadie, sabe la mala relación que tenemos. Ella me grita por todo y yo he tomado la determinación de que paso de sus gritos. Ahora a todo le digo que si y punto. No es algo bueno para mí pero no podía seguir viviendo así. Llegamos al hotel y tenemos una cama de estas king size con pétalos de rosa por encima de la colcha. Al lado una botella de champán y un par de copas. Una cesta con frutas de todo tipo y un mensaje de bienvenida. El baño es una pasada. Es casi tan impresionante como el baño de Chris en Madrid. Pero este no me impresiona tanto, porque hemos pagado una pasta por esto. Y es que Chris alquiló un piso con Dana que tiene un baño gigante de revista. Lo usamos muy a menudo. Me encanta la bañera de chorritos, me relaja mucho y déjame decirte que ahí se pueden echar una polvos impresionantes. Aquí no hay bañera con chorritos pero... Hay jacuzzi al otro lado de la habitación. Y las vistas, la verdad es que esas si me sorprenden. Estamos en medio de la selva y las vistas son todas verdes. Huele a... Fresco. Limpio, no sé explicarte es muy fuerte. Me encantaría venir con Chris, le encantaría este lugar. Seguro. Fiorella aparece por detrás de mí.

- Cámbiate, en media hora nos vamos que tenemos una excursión programada.

- ¿En serio? No vamos a poder descansar. Estoy roto del viaje - me estiro y me crugen los huesos.

- Ya te estás quejando, no has organizado nada y encima te quejas - me señala con el dedo con cara de mala hostia - es que esto es increíble.

- ¡No empieces! !joder! No he organizado nada porque nada de lo que yo quería te gustaba o te parecía bien. Discutíamos por todo así que decidí que lo tu quisieses estaría bien. Pero está claro que es una mierda. Nada funciona contigo. Olvídalo. Me cambiaré.

Ya nos hemos cambiado y hemos ido a la puta excursión por Bangkok, hemos ido a un par de sitios chulos y la cena en un restaurante temático. Una pasada, precios desorbitados por ser para turistas y llevo un pedo muy considerable. No he hablado en toda la tarde con Fiore, ella se a agarrado del brazo de una chica Italiana también y han estado hablando todo el rato. El marido de la otra chica va como yo más o menos solo que él paraba para hacerse fotos con ella o a ella. Se le ve enamorado. Puta envidia. El caso, estamos de vuelta en la habitación y enciendo el jacuzzi. Veo que Fiore ha traído un alijo de coca en el bolso. Así que preparo una ralla y me meto en bolas en el agua con su calorcito y las burbujas. Qué gustito. De repente estoy empezando a quedarme medio dormido y Fiorella se mete desnuda también. Hoy está juguetona por lo que se ve. En el sexo nunca hemos tenido problemas.

Se pone a horcajadas sobre mí y restriega su sexo contra el mío. Yo estoy un poco flipando entre el alcohol y la ralla floto como en un pompa pero me voy a dejar hacer. Total estoy en mi luna de miel. ¿No es cierto? Y aquí se viene a follar. Y quien mejor que con tu mujer, jajajaj. Se me va la pinza. Estoy bastante duro ya y Fiorella me muerde el labio. Joder me hace sangre, me lamo la sangre y una imagen viene a mí cabeza. La cara de Chris, esos ojos color miel, me mira con una ceja alzada, se pregunta que hago y yo me lo pregunto también. Le agarro de las caderas y beso su pezón. Los pezones de Chris son únicos, tiene el pecho muy esculpido y me encanta jugar con sus pequeños botoncitos con la lengua. Sabe tan rico. Muevo sus caderas sobre mi erección y quiero entrar en su culo ya. ¡Joder me encanta follar con Chris!, Lo haría toda mi vida. Lo haría solo con él si él me quisiese claro. Le embisto con fuerza y gime. Miro sus ojos, esos ojos que brillan con fuerza, no dejamos de mirarnos y le beso. Sus labios, tan carnosos, me vuelven loco. Embisto de nuevo y sigo besando mientras con mi mano aprieto su pezón, embisto más fuerte, sé que le gusta fuerte. Le encanta fuerte, le hace dejar de pensar. No sé qué pensamientos oscuros pasan por su mente, nunca habla de ello pero le embisto fuerte para que olvide. Le beso sin dejar de mirarle. Conectamos. Siempre lo hacemos y no dejo de embestir. Sus gemidos me llegan lejos, como si hubiese un vacío entre nosotros, creo que es la droga, su efecto. Mi erección cada vez se hincha más y más y voy a explotar. Otro embestida, otro gemido. Y Exploto. Exploto en su interior como siempre. Me encanta correrme en sus culo. Es cierto que igual es por la droga pero no está tan apretado como siempre. No me importa. Embisto de nuevo, no quiero salir. Tengo más, mucho más para él. Sólo por y para él.

Un Amor Imposible.  (Serie Amor Libro II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora