CAPÍTULO 9

146 9 1
                                    

1 semana después

Una semana han tardado los aurores en darse cuenta de que Alecto y Amycus Carrow estaban muertos. Si no llega a ser por el hedor putrefacto que empezaron a desprender, aún seguirían en el suelo como dos vegetales echando raíces.

Draco intenta ser lo más invisible posible en todo esto, pero sabe que tarde o temprano las pistas apuntarán a él.

Ahora se dirige, por enésima vez en el último mes, al Ministerio de Magia. Potter lo ha llamado para hablar sobre el asesinato de los Carrow.

-Los ha asesinado la misma persona-. Suelta el Elegido nada más Draco cruza la puerta.

-¿Hmm?

-Que el asesino de los hermanos Carrow es el mismo que el de Yaxley.

-¿Cómo has llegado a esa conclusión?

-Los dos hermanos murieron por una cuchillada en el corazón con una daga envenenada, igual que Yaxley. Los sanadores ya han confirmado que las cicatrices de Alecto y Amycus no se pueden eliminar.

-A ver si adivino, tenían también una pluma negra sobre el pecho, ¿no?

-Sí. ¿Cómo lo sabes?

-Cuando encontré a Yaxley también tenía una encima de la herida.

-¿Y por qué no dijiste nada? - Le regaña Harry

-No me pareció importante. Creí que sería de algún cuervo que se habría colado o algo así-. Draco se encoge de hombros.

Potter solo pone los ojos en blanco como respuesta a la serpiente.

-¿Y la Comadreja?

-No le llames así. Está en el Departamento de Misterios con otros aurores. Están buscando alguna pista que nos lleve al asesino. Parece que alguien está haciendo justicia por su propio pie-. Dice el miope pensativo.

-Admito que esa persona los tiene bien puestos-. Confiesa el rubio.

-Aun así, esa no es la manera de hacer las cosas. No puede ir por ahí asesinando a toda esa panda de mortífagos.

-Lo sé, pero su comportamiento es comprensible.

-¿Estás defendiendo a un asesino e intentando justificar su comportamiento? - Cuestiona incrédulo

-No. Solo digo que probablemente esa persona está tomando la justicia por su mano porque los aurores, es decir nosotros, estamos tardando mucho en apresar a los mortífagos que quedan vivos.

-¡Hago lo que puedo, Malfoy! - Harry empieza a levantar la voz y a perder la paciencia.

-¡No te estoy echando toda la culpa a ti, Potter! ¡No te creas el centro de todo! ¡Solo te digo que, si tienes un mínimo de empatía, entenderás el porqué de sus acciones! -. A este punto, Draco ya está gritando-. ¡Tal vez tú hayas perdido mucho en esa guerra, pero hay gente que lo ha pasado el doble de mal; así que no intentes hacerte la víctima porque no eres el único que está de mierda hasta aquí! -. Se señala el cuello.

Cabreado, abre la puerta del despacho y se larga con un humor de una quimera enfurecida. Por el camino, se cruza con Ron, pero ni siquiera se para a saludarlo. Sale del Ministerio y decide ir andando a su casa. Un poco de aire fresco y un paseo le vendrá bien. Camina por las frías calles del Londres muggle. Empieza a imaginar cómo sería todo si ella estuviese a su lado todavía. Seguramente ahora irían de la mano a buscar unos churros con chocolate. Luego llegarían a su apartamento cerca de la estación de King's Cross y se sentarían delante de la hoguera, acurrucados.

«Pero eso nunca pasará porque ella ya no está aquí. Ya no está conmigo».

Sin darse cuenta, ya se ha anochecido y cada vez hace más frío. Todavía no es invierno, pero en Londres el cielo siempre está gris. Decide que ya ha andado suficiente y se aparece en el salón de la mansión Malfoy donde Tiffy le está esperando con dos tazas de chocolate derretido humeante. Los dos se sientan en el sofá que hay delante de la chimenea y se beben el chocolate en un tranquilo silencio. Un recuerdo se proyecta en la mente de Malfoy.

ALA ROTA - Dramione FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora