CAPÍTULO 13

113 8 2
                                    

—Los sanadores han analizado el cuerpo. Es el mismo asesino—. Les comenta Harry esa misma mañana.

—¿Han encontrado alguna prueba?

—La daga de Bellatrix. Pero no tenemos forma de saber quién la tenía.

Draco bebe un trago whiskey de fuego que el Elegido le ha ofrecido momentos antes.

—¿Qué hay de los testigos? ¿Hay alguno? — Dice después de beber.

—Zero patatero. Aunque esta vez sí que hemos podido encontrar rastros de magia. Por desgracia, el asesino lo tenía todo bien pensado. Cuando atacó a Zacharias en su casa le cogió la varita. El rastro mágico nos ha llevado hasta ella, pero poca cosa más. Smith no recuerda nada, probablemente a causa de un hechizo desmemorizante.

—Así que estamos igual que antes, ¿no?

—Más o menos.

—Bien. Estaré en la mansión buscando algún hechizo que nos pueda ayudar con la daga. Si necesitáis algo mandad un patronus. Gracias por el trago, Potty Potty.

Harry y Ron asienten. Draco se desaparece después. Llega a su mansión y se dirige a su habitación para ponerse algo más cómodo que su característico traje negro. Encima de la cómoda ve las orquídeas que se encontró en su portal hace una semana. Siguen intactas, el tiempo no ha hecho mella en ellas. El recuerdo que le traen esas flores se dibuja en su mente.

Flashback

Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, 1993. Enfermería. Año 2.

Hermione reposaba en una camilla de la enfermería. Hacía dos días que el basilisco la había petrificado. Esa noche tuvo la visita de la persona menos esperada. Malfoy apareció por la puerta de la enfermería y se acercó al lugar donde la chica yacía.

—Idiota...Mira que dejar que esa cosa te petrifique...—. Draco se fijó en el espejo que había en la mesita de Granger—. Veo que ya sabes de qué se trata. No puedes dejar de ser una Sabelotodo ni incluso petrificada, ¿verdad? — El rubio soltó una pequeña risa—. ¡Orchideous! — Unas bonitas orquídeas aparecieron—. Las clases son muy aburridas sin tú levantando la mano cada dos palabras del profesor. Siento haberte llamado Sangresucia a principios de curso. Es curioso, porque creo que tu sangre es más pura y limpia que la de todos los Slytherins juntos, incluido yo. Sigo preguntándome por qué estoy aquí. No sabría explicarlo, pero ha sido como un impulso.

Draco acarició la mano helada y rígida de la leona.

—Recupérate pronto, pequeña Sangre sucia—. Sin embargo, su tono no fue despectivo como en inicio de curso, sino más bien suave, ¿cariñoso?

«Mi pequeña Sangre sucia», pensó

Malfoy nunca supo el efecto que causaron esas palabras en Hermione. Ignoraba el hecho de lo que acabarían desencadenando en un futuro. Un futuro que también ignoraba y que siempre tendría que haber tenido presente.

Fin del flashback

Una sonrisa triste y llena de dolor se dibuja en los labios de Draco. Nunca llegó a pensar que ella lo había escuchado todo. Hasta tercer curso, claro. Cuando ella le devolvió la visita porque se lo debía. Lo que no es del todo cierto. A Hermione le quedaron grabadas a fuego las palabras de Draco y él nunca ha olvidado la visita de Granger cuando estuvo en la enfermería. A raíz de eso, las orquídeas son sus flores favoritas. Y aunque pensar en ella sigue siendo doloroso, los recuerdos que le traen esas flores son buenos. Muy buenos. Demasiado para ser verdad. Pero por esa misma razón se llaman recuerdos, por algo que has vivido y que permanece en tu memoria, sea bueno o malo. Y Draco ha tenido la suerte de crear recuerdos con la persona que más quería. Y que sigue queriendo.

Una lágrima recorre su mejilla. Y luego le sigue otra. Y otra. Y muchas más. Se permite llorar. Hace tiempo que no lo hace. Se está empezando a cansar de fingir que ya lo ha superado, que su muerte ya no le afecta y es solo un doloroso recuerdo que le perseguirá hasta la fecha de su muerte. Snape tenía razón, siempre la tuvo, aunque él no lo supiera; miente de pena. Ni siquiera es capaz de mentirse a sí mismo. Porque en eso vive, en una mentira que él mismo ha construido para que los demás no vean lo roto que está por dentro. Ese es el verdadero Draco, una persona que lleva mucho tiempo rota a la que un día se le apareció un ángel que lo reparó. Pero le arrebataron a su ángel, su esperanza, su salvación. Y Draco todavía se rompió más. Y sigue roto hasta ahora. Es probable que su dolor no se pueda reparar nunca más y él se seguirá culpando por ello, por no impedir que se llevaran a su ángel.

* * * * * * * * *

—He mentido.

—¿Hmm?

—Conozco una manera de averiguar a quién ha pertenecido la daga.

Harry saca de su bolsillo una bolsita con unos polvos.

—Son unos polvos muggles que revelan las huellas dactilares.

—Vaya ¿y de dónde lo has sacado?

—Mejor no te respondo.

—¿Lo has robado? — Pregunta incrédulo Ron.

—Lo he tomado prestado. Lo devolveré, no te comas la cabeza con eso ahora.

El Elegido esparce con cuidado y con un pincel un poco de los polvos en la daga. Luego, con un trozo de plástico que tiene una especie de pegamento hace presión el lugar donde ha esparcido el producto. Unos segundos después, lo levanta y una huella aparece dibujada en el plástico. Procede a hacer lo mismo con las otras que encuentra.

—¡Increíble! Estos muggles se las ingenian muy bien sin magia. Si mi padre ve esto, moriría feliz. ¿Y ahora qué harás con eso? — Señala el plástico.

Potter no dice nada. Se limita a coger con un trozo de tela el vaso en el que Malfoy ha bebido su whiskey de fuego. Repite el mismo proceso que ha hecho con la daga y cuando diversas huellas aparecen, con otro plástico, las plasma en él y las pone junto a las del arma. Saca otra pieza pequeña de su bolsillo y la devuelve a su tamaño normal. Es una máquina de registro de huellas dactilares. Pone las huellas del vaso de whisky en la máquina y las registra a nombre de "Draco el hurón botador". Ya lo borrará después. A continuación, saca los plásticos con las huellas del vaso y las sustituye por las de la daga. Después de un rato, cinco palabras junto a un número aparecen en pantalla: Draco el hurón botador. Coincidencia 100%.

—¿Qué opinas?

—Sin duda, es nuestro hombre.

—Mandaré un grupo de aurores a la mansión Malfoy—. Le dice Ron.

«¿Por qué haces esto, Draco?», piensa Harry.

* * * * * * * * *

Draco escucha el timbre.

—¿Quiere que abra, señorito?

—No te preocupes, Tiffy. Ya voy yo.

Baja las escaleras mientras piensa en quién podría ser. Cuando abre la puerta, encuentra a un grupo de aurores. El rubio distingue entre ellos la cabellera pelirroja de la Comadreja.

—¿Ha pasado algo?

—Señor Malfoy, queda detenido por el asesinato de cuatro mortífagos.

Los aurores se disponen a entrar en la vivienda, pero en un abrir y cerrar de ojos, uno de ellos los ha derribado a todos.

—Weasley, ¿qué narices haces?

Ronald no dice nada, solo apunta a Malfoy con la varita. Tiffy ha oído todo el jaleo y está escondida, observando. Draco empieza a sacar la varita del bolsillo, pero una mano lo detiene antes de que pueda hacerlo.

—Yo que tú no haría eso.

Acto seguido, se desaparecen de la mansión Malfoy.

ALA ROTA - Dramione FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora