CAPÍTULO 7

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1 semana después

La semana ha pasado sin que Draco haya hecho grandes avances en su investigación. Hoy se propone visitar a Theodore, su autoaislamiento sigue en pie. No lo ha visto desde la visita de este en su jardín hace dos semanas, piensa que ya es hora de que salga de esas cuatro paredes para que respire un poco de buena mañana y aire puro.

Se viste y después se aparece en la mansión Nott. Una vez en la puerta llama al timbre. Nadie responde. Vuelve a llamar, con el mismo resultado. Llama un par de veces más, pero sigue sin haber señales de vida. Decide entrar a la fuerza.

¡Aberto! — La puerta se abre.

Draco entra en el edificio con cautela y atento a cualquier movimiento extraño. Sin embargo, no se oye nada. Está todo en un sospechoso silencio. Se encamina a la alcoba de Nott y llama.

«Tal vez esté dormido», piensa.

Llama otra vez, pero el panorama es el mismo con el que se ha encontrado en la entrada.

¡Aberto!

Entra y se encuentra con la sorpresa de que no hay nadie. Todo está ordenado, la cama está hecha. Algo le llama la atención: todo está lleno de polvo.

—¿Polvo? —Se dice extrañado—. Nott es asmático, jamás tendría la habitación llena de polvo.

La existencia de polvo solo puede significar algo: nadie ha estado en aquel lugar desde hace tiempo.

—Le ha pasado algo a Theodore.

Sin ni siquiera molestarse a buscar pistas, conjura un contra hechizo para comprobar su teoría. La habitación se transforma por completo, sigue llena de polvo, pero ya no está ordenada.

«Un hechizo ilusionador», confirma.

Está todo patas arriba: la cama está deshecha, todos los elementos decorativos frágiles yacen en el suelo rotos y esparcidos por toda la moqueta. Esta tampoco está mejor que el resto de la habitación, hay zonas negras en las que se nota que está quemada. El tocador con espejo se ha quedado en tocador a secas porque ya no hay rastro del espejo. En general, todo está hecho un desastre. Alguien había estado allí y había tenido una lucha con Nott, pero este perdió y su atacante se lo llevó.

Draco piensa en el porqué de todo ese lío. Piensa y reflexiona hasta que se le enciende una bombilla en su cabeza.

—Oh no...

Se aparece directamente dentro en el despacho del Elegido. Harry casi se cae de la silla del susto y Ron escupe de golpe el agua que se había bebido momentos antes.

—¡Malfoy, por Merlín! — Grita él, agitado—. Hay una cosa que se llama puerta y es muy útil. Se inventó para que precisamente no pasaran cosas como las de ahora mismo—. Sigue en un tono entre irónico y molesto.

—Déjate de puertas, Potter. Nott ha desaparecido.

El humor de Harry cambia de repente y se pone serio.

—¿Cómo?

—Acabo de volver de la mansión Nott. Iba a hacerle una visita para ver si, como mínimo, todavía respiraba. Pero adivina qué me encuentro al llegar: no hay nadie. Estaba todo vacío. He subido a su cuarto y tampoco había nadie. Estaba todo en su sitio y lleno de polvo. Entonces eso me ha hecho ponerme en alerta. Nott es asmático, no puede tener la habitación llena de polvo. Se me ha cruzado por la cabeza una idea y he conjurado un hechizo desilusionador. Resulta que mi idea era correcta porque la habitación ha pasado de estar ordenada a estar peor que la casa de este—. Y señala al pelirrojo.

—¡Oye! — Dice este con una mueca.

—No te ofendas—. Dice Malfoy—. Total, que he llegado a la conclusión de que alguien se lo ha llevado.

—¿Quién querría llevarse a Nott? — Pregunta Harry.

—¿Pues quienes van a ser, miope cabeza hueca? Los mortífagos—. Le contesta el rubio de mala manera por la idiotez del ex-Gryffindor.

— Tal vez ha planeado su desaparición a propósito para escapar de ellos—. Objeta Ron.

—Imposible. Lo vi hace dos semanas, ¿recuerdas? Theodore tenía que estar aquí sí o sí para poder avisarme pocas horas después del asesinato de la Lunática. Además, una habitación entera no se llena de polvo en dos semanas. Ha tenido que pasar un mes, como mínimo.

—¿Dices que Nott lleva un mes desaparecido y no nos hemos enterado? Somos unos aurores de primera—, habla nuevamente el pelirrojo.

—¿Somos? Hace solo dos semanas que me he incorporado, Comadreja. No me metas en el mismo ajo que vosotros.

Ron le lanza una mirada de reproche y añade:

—Supongamos que tienes razón. Como has dicho tú, te visitó hace dos semanas, ¿cómo explicas eso, hurón?

—La maldición imperius—. Susurró Harry para sí mismo—. Seguro que estaba bajo la maldición imperius —. Les dice.

—Aun así, ¿para qué querrían que Nott le chivara sus planes a Malfoy? Se estarían delatando ellos mismos—. La Comadreja le sigue buscando tres pies al kneazle.

—Porque tal vez esos no son sus verdaderos planes, sino que es una pista falsa para que busquemos donde no toca.

Harry sale del despacho para reunir a un grupo de aurores para que investiguen la mansión Nott. Ron y Draco salen poco después. Cuando el ex-Slytherin aparece en el salón de los Nott, se encuentra con que está lleno de aurores, entre ellos Potter.

—Rastrearemos la casa en parejas. Malfoy, tú irás con McLaggen— «No había más aurores que me tienes que poner con el más idiota, ¿verdad Potty Potty?», piensa la serpiente—; Rogers, conmigo; Smith con Bruce y Ron tú irás con... ¿Dónde está Ronald? — Pregunta en seco al no ver una cabellera pelirroja.

Justo en ese momento, Ron aparece.

—Me había dejado la varita—. Harry solo asiente.

—Irás con Jones, Ron—. Este hace un gesto con la cabeza y mira a su compañera. —Bien, vamos a peinar la mansión—. Ordena Harry.

—Tú y yo iremos a las mazmorras, McLaggen—. Le dice el rubio.

—¿Por qué lo decides tú?

—Porque me da la gana. Vamos.

El león suelta un bufido y lo sigue. Recorren los pasillos hasta llegar a las escaleras que llevan a los fríos calabozos. Draco se fija en que uno de ellos está abierto.

—Aquí no hay nada, Malfoy. Larguémonos.

—Hay una reja abierta.

—¿Y?

—No tiene sentido que esté abierta si hace tiempo que nadie pasa por aquí.

Los dos caminan hacia la celda, a paso sigiloso. Cuando entran en ella, distinguen un bulto en el suelo. Se acercan poco a poco y ven al elfo doméstico de los Nott en el suelo, sin vida. Draco se acerca más, para inspeccionarlo.

—Los mortífagos lo debieron matar al venir a por Nott—. Dice Cormac.

«El elfo se conserva demasiado bien como para llevar muerto un mes», piensa el rubio.

Alarga la mano, pero antes de que pueda llegar a tocar a la criatura, esta se desvanece. Es una ilusión. Draco abre mucho los ojos al darse cuenta de la situación en la que se encuentran.

—¡McLaggen, corre! ¡Es una trampa! — Le grita.

Pero el Gryffindor ni siquiera tiene tiempo de volverse cuando una voz grita a sus espaldas.

¡Avada kedavra! — Una luz verde impacta en la espalda de Cormac.

El chico cae al suelo, sin vida. Sus ojos siguen abiertos, pero están vacíos. La serpiente los observa con sorpresa y un poco de miedo, hasta que una voz lo interrumpe.

—Volvemos a vernos, Draco—. Ledice esa voz demasiado familiar para el chico.

ALA ROTA - Dramione FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora