EPÍLOGO

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Draco Lucius Malfoy. Siempre había sido él. Él fue el encapuchado que quedó con Marcus, el que mató a todos los mortífagos, el que luchó hasta el último momento por Hermione. Pero todo llega a su fin, en el algún momento todo se colapsa y se sumerge en un caos. Es como el experimento de estirar una goma; llegará un punto en que se va a romper. Y eso es lo que le pasó a Draco. Su tristeza y su dolor se mezclaron con las ansias de venganza hasta írsele de las manos, hasta explotar. En el fondo, sabía que lo que hacía estaba mal, pero de una manera u otra, reemplazaba al dolor por el que estaba pasando. La justícia que cumplía por el crimen de su leona había llegado demasiado lejos, pero la promesa estaba por encima de todo. Lo hizo por ella, por honrar su memoria. Se dio cuenta demasiado tarde de que ella nunca le hubiera pedido que matara a los culpables de su muerte. Probablemente le habría pedido que siguiera viviendo. Pero esa era una de las cualidades de Malfoy, decepcionar a todo el mundo. Y una vez más, lo hizo. Tomó la decisión más egoísta de las que podría haber elegido. Antepuso sus deseos a las consecuencias que podrían traer. Aunque, puede que, por una vez en su penosa vida, pensó en su bien y no en satisfacer y contentar a los demás.

Draco lo dio todo por Hermione, incluso su vida. Ahora puede cumplir su promesa y estar junto a ella eternamente.

Draco abrió los ojos. Una luz blanca lo cegó. Vio como una silueta negra se le acercaba. Y entonces fue cuando la vio.

Hermione. He vuelto. Esta vez para siempre.

Ella se le acercó y lo besó. Después entrelazaron sus dedos y caminaron hacia la blanca luz, hacia su futuro. Ese futuro que tanto les había costado conseguir y por el que tantos sacrificios tuvieron que hacer.

Caminaron hacia su eternidad.

* * * * * * * * *

1 año después. 1999.

Marcus Flint, Rodolphus Lestrange y Augustus Rookwood fueron juzgados y condenados al beso del dementor por serle fiel a Voldemort, llevar la marca tenebrosa, usar repetidas veces las tres maldiciones imperdonables y asesinar y torturar a varios muggles y gente mágica. Hoy, siguen en Azkaban, vagando por su celda, sin alma. Aunque sigue habiendo dudas de si realmente alguna vez tuvieron una.

A Ronald Weasley lo juzgaron por el asesinato de Luna Lovegood pero quedó libre de cargos tras demostrar que estaba bajo la maldición imperius. Sin embargo, se le retiró la varita durante los próximos dos años y se le prohibió aparecerse fuera del mundo mágico. A día de hoy, vive en un apartamento del callejón Diagon y ayuda a su hermano George en la tienda de Sortilegios Weasley hasta que finalice su condena. Justo enfrente de ellos, Pansy Parkinson ha abierto una tienda de ropa. Quién sabe qué tiene preparado el destino para esos dos...

Blaise Zabini quedó traumatizado tras ver el suicidio de Draco en primera persona. Se culpó durante mucho tiempo por no haber podido impedirlo, pero conoció a una chica que le volvió a iluminar la vida y que le recordó que no tenía culpa alguna. Ahora, está de vacaciones con Ginny Weasley en Las Maldivas y se toma una piña colada todas las tardes mientras mira el atardecer junto a ella.

Theodore Nott siguió en un estado catatónico durante medio año más a causa de las muertes de Luna y Draco. Sopesó la gran idea de acabar con su vida, así como lo hizo la otra serpiente, pero finalmente logró encontrar un rayo de esperanza entre toda aquella oscuridad en la que estaba sumido. Actualmente trabaja en San Mungo, ayudando a ver el lado positivo de la vida a gente que quiere acabar con la suya. Tal y como hizo él, está ayudando a otras personas a encontrar una razón para seguir viviendo.

Harry Potter llevó el caso de Flint y los otros dos mortífagos y fue testigo en el juicio de Ron. Gracias a eso, evitó que su amigo fuera condenado a Azkaban con cadena perpetua. A pesar de gustarle su trabajo, se retiró y en la actualidad trabaja como profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en Hogwarts.

Tiffy se pasó una semana entera llorando a moco tendido la muerte de Draco. Minerva McGonagall la acogió y ahora trabaja en las cocinas de Hogwarts. A sueldo, claro.

En cuanto a las flores misteriosas, siguen ahí, encima de la cómoda. Todavía frescas, como si hubiesen florecido el día anterior. Si Draco se hubiese devanado los sesos un poco y hubiese usado Revelio en la tarjeta que las flores llevaban, habría descubierto quién se las mandó.

Estaré siempre a tu lado.

Para: Draco Malfoy

De: Hermione Granger

Detrás de las flores hay una pintura. Cuando los aurores peinaron la mansión Malfoy después de su muerte y vieron la pintura, entendieron por qué Draco dejaba una pluma después de cometer el crimen. En el cuadro, sale Hermione con un ramo de orquídeas en las manos. De su espalda, salen dos grandes alas. La de la derecha está inacabada. Las últimas siete plumas son reales, cuatro son rojas y las otras tres son negras. Detrás de la pintura, los aurores encontraron un escrito:

Feliz cumpleaños, mi pequeña Sangre sucia.

Black

El cuadro lo había pintado Draco para su cumpleaños, que nunca tuvo lugar porque antes la asesinaron. Cuando murió, la pintura estaba inacabada. Malfoy percibió que le habían cortado las alas a su ángel. Por esa razón, dejaba una pluma negra cada vez que mataba a uno de ellos, para simbolizar que la oscuridad que se la había llevado no se la llevaría de nuevo. Y por eso las plumas blancas las manchaba de sangre, para recordar que para llegar a la luz y que ella pudiese volar de nuevo, tenía que hacer un sacrificio.

Draco no llegó a sustituirtodas las plumas negras que había en las alas de Hermione. Pero al final, ellalo rescató de nuevo y ahora pueden descansar en paz juntos y para toda la eternidad.

ALA ROTA - Dramione FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora