9.1 -. La Cacería

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9.1 -. La Cacería

"Ayudar. Llora. Somos. Proteger. Enemigos. Llora. No. A. Quieres. Aliados. Si. Tus. Llora. Proteger. Enemigos. Llora. Aliados. No. Llora. Llora. LLORA"

... - ... - ...

—Iñaki...

—¿Estás prestando atención, idiota?

—¡Puta flamita!

El Fire al oír el grito proveniente de Ámber volvió a la realidad. Estaba en el comedor en compañía de las chicas esperando la llegada de los hermanos. Ellas comían sin preocupaciones mientras que Astrid y Gretchen trataban de sacarle información a la Light sobre cómo aprendió el otro a hacer una transmutación mágica en objetos; en cambio, Iñaki apenas y daba bocado a lo suyo al no poder dejar de pensar en lo que había pasado (y lo que pudo haber pasado) el día anterior.

Recordaba bien las sensaciones que sintió mientras besaba a Dylan, como el otro le seguía con el mismo ritmo, el cómo se sentía la piel desnuda del chico que llegó a tocar. Hasta ahí todo iba bien, él tenía en mente (o tal vez no tenía nada en ella en el momento) llegar hasta dónde se diera la cosa, pero cuando fue subiendo sus manos por el torso fue empujado lejos del Frost mediante una esfera de energía gélida. Cuando se estrelló con la pared y volteó a verlo se lo encontró con la mirada con miedo, con horror; unos segundos después lo vio irse a la fuga, dejando a un Fire confundido tras de sí.

Ahora no sabía cómo debía comportarse frente al Frost, y eso no dejaba de atormentarlo, impidiéndole prestar atención a lo que le decían sus amigas y la mugrosa. Al ver que no había escuchado ninguna de sus palabras las chicas volvieron a lo suyo, aunque en cierto momento Astrid levantó su brazo y lo agitó para mostrarle a alguien en donde se encontraban. Iñaki sabía bien de a quién le estaba hablando.

Dylan al observar la mano alzada de la Air estuvo tentado de fingir no haberla visto y buscar una mesa vacía en que sentarse, pero al escuchar los gritos de Gretchen no le quedó de otra más que sentarse con ellos. Le fue fácil hacer como que no había pasado nada ante las chicas, seguía molestando al Fire tanto como siempre (lo cual le sorprendía a este último), no hiso caso a las preguntas de la expareja, a las miradas de los demás Magician y demás cosas, pero cuando las tres chicas se fueron a otra parte al terminar de comer la tensión y la incomodidad hicieron acto de presencia.

El Fire miraba asombrado al otro al no creerse que actuara como si nada con él, aunque más asombrado su puso cuando el chico utilizó una débil excusa para irse de ahí para dejarlo solo y no tener que enfrentarse a las consecuencias de las acciones del día anterior. La verdad no le dio mucha importancia a eso al no querer el tampoco enfrentarse a esa situación por el momento. Ya tendría más tiempo para eso, primero debía poner en orden sus ideas.

Cuando aún le quedaba la mitad de su almuerzo una chica se le acercó diciendo que el Capitán Rosewood le esperaba. Sabiendo que no lograría terminar de comer, dejó todo lo que le quedaba y fue al lugar donde sabía que encontraría al señor. Al llegar y entrar por la puerta vio a un chico sentado dándole la espalda y viendo directamente al Capitán. Todo bien hasta que el chico dio vuelta en la silla para ver quien había entrado.

"Esto tiene que ser una broma". Pensaron ambos al mismo tiempo.

Dylan lo miraba incómodo mientras que su hermano, quien estaba sentado en sus piernas, miraba a ambos con curiosidad. Solo le miró unos segundos antes de devolver su atención al Sr. Rosewood. De reojo notó al Fire sentarse en la silla que estaba a su lado izquierdo con postura tensa. Lo bueno de ello era que ya sabía que no era el único incómodo en esa situación.

—Me he enterado de los conflictos que hay entre ustedes. —Empezó el Capitán—. Entonces he decido enviarlos juntos a una misión de recolección de materiales, algo sencillo pero que tomará el tiempo suficiente para que arreglen sus asuntos y no traten de matarse por todos los rincones del Cuartel.

Magician's Eternal ElementDonde viven las historias. Descúbrelo ahora