4.1 -. Pasos a la oscuridad

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4.1 -. Pasos a la oscuridad.

—¿¡Qué hace éste aquí!?

"Me encanta el amor que me tienes". Se decía para si mismo Dylan al tiempo que ponía los ojos en blanco.

Eran las siete en punto de la mañana cuando Dylan, con su hermano en brazos, llegó al punto de encuentro. Astrid le había pedido encontrarse en la entrada Oeste del Cuartel a esa hora para emprender el camino hacia aquel pueblo. Él tenía pensado llegar antes que el Fire con nombre de Water, pero al solo tener unos días ahí le dificultaba encontrar lugares; así que, a pesar de haberse levantado tan temprano, muy apenas logró llegar a tiempo.

—No sabía que con solo mi presencia te ponías nervioso. Oye, dime, ¿De nuevo estás rojo porque te gusto? —Se burló al verlo con detenimiento.

—¡No me pones nervioso, sino furioso! ¡Y no estoy rojo porque me gustes,estoy así porque quiero que te largues!

—Entonces admites que yo te gusto. —Afirmó para hacerlo enojar todavía más.

Tratando de aguantar las ganas de reírse, la Air tomó de los brazos de Dylan al pequeño niño sabiendo que se avecinaba una nueva discusión de los otro dos. Sacó de la mochila que llevaba una paleta y se la extendió a Elías. Le era obvio que el Frost llevaría al menor, por lo que se había asegurado de guardar varios dulces en su mochila para dárselos de a poco durante el viaje. Pero, para su sorpresa, el niño vio con duda el dulce y, después de darle una rápida a su hermano, la tomó y escondió dentro de su querido peluche. Quiso saber el porqué de esa reacción, pero antes de que lograra hacer alguna pregunta un nuevo un nuevo grito resonó desde la puerta de entrada.

—¿¡Qué hace éste imbécil aquí!?

—¿Quién lo diría? ¿También estas enamorada de mi tú? No sabía que era tan cotizado.

Al girarse para ver quien era la recién llegada, Dylan se encontró con la chica que peleó con su hermano. La apariencia de ella le llamó mucho la atención, ¿Desde cuando las chicas usaban botas y pantalones militares junto con una blusa ombliguera morada? Aunque lo que más le pareció interesante fue una pequeña huella de animal que se encontraba al lado del ombligo de la chica, además de que aquella huella se encontraba algo deformada, como si se conformara por varios pétalos de flor.

"¿Entonces la mala perdedora es una Savage Forest? Esto se pondrá interesante".

—Repito, ¿Qué hace el imbécil aquí? O me lo dicen ya o lo mato sin más.

—Soy el guía turístico, ¿Qué no ves?

Gretchen se estaba aguantado las ganas de convertir su mano en garra y cortarle el cuello al chico que tenía enfrente de un zarpazo. Era por culpa de ése y del otro insecto que no pudo conseguir su objetivo, y eso a nadie se lo iba a perdonar, mucho menos a unos recién ingresados salidos de quién sabe cuál agujero.

Dylan rápidamente alzó su brazo e hiso aparecer de su mango una cadena de hielo que envolvió a Gretchen. Todos quedaron sorprendidos por aquella acción excepto Elías, que a pesar de su corta edad sabía que el mayor nunca hacía nada sin razón; además el vio, al igual que Dylan de seguro, lo que pasó con la marca de la chica.

—¿Qué tienes embécil? Te ordeno que me sueltes ¡Ya!

—Dime, mala perdedora. —Dijo el Frost sin prestarle atención a su orden—. ¿Tu linda marquita se vuelve rosa cuando usas la magia?

En vez de sentirse avergonzada por verse descubierta, la Savage se sintió como una idiota por usar esa blusa y no otra. No queriendo dejarse vencer por el otro, ella trató de transformarse en un gran animal capaz de romper aquellas cadenas; pero, para su sorpresa y rabia, su magia no quería hacer acto de aparición para dejarla encolerizada y helada.

Magician's Eternal ElementDonde viven las historias. Descúbrelo ahora