Pasión

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Rin caminaba por el campus, tenía su mirada directa al infinito pero no podía evitar gesticular una radiante felicidad, traía puesto el mismo atuendo del día anterior a excepción de la camisa blanca que cubría parte de su vestido. El sentido de sus pasos parecía sin rumbo pero eso no le importaba, mordía alegre sus labios recordando lo vivido.

Kagome quien vio a lo lejos a su amiga, soltó un suspiro de alivio y corriendo a ella, se apresuro. Gritaba su nombre tratando de que esta volteara, pero no lo hacía, así que comenzando a enfurecerse, acelero la velocidad y cuando por fin la tomo de la mano, grito exasperada su preocupación.

- Rin, ¿Dónde carajos estabas?

- ¿Eh? - reacciono desubicada

- ¿Dónde estabas? ¿Por qué no llegaste al departamento anoche? ¿Qué sucede Rin? ¿De quién es esa camisa? - interrogaba

La castaña compartió una picara sonrisa con su mejor amiga y soltando un suspiro, respondió a sus preguntas.

Escena retrospectiva:

Tranquila Rin - dijo - No haré nada que tú no quieras ...

Aquellas palabras la dejaron sin aliento. En muchas ocasiones había fantaseado con su profesor así que tenía claro, que era, lo que quería que él, le hiciera. No pronunció palabra, simplemente basto una mirada para aceptar lo dicho. Sesshomaru en seguida comprendió y no tardo en atrapar sus labios.

La formalidad de Sesshomaru nunca cambiaría, después de un apasionado beso, la asesoría continuaría como si nada, así que comenzar a practicar, en medio de un ambiente lleno de calor y deseo. Cuando termino, el peli plateado, se acerco a la chica y con voz tenue le susurro el final de la clase; cosa que estremeció por completo a Rin. La chica conteniendo sus emociones respondió un débil "si" y después de eso, ambos se levantaron del taburete.

Tomaron sus cosas, cerraron el piano y entre miradas, se comunicaban uno al otro, el deseo incontenible que se tenían. Rin pensando en que sería todo por ese día, planeo irse, fue entonces que el peli plateado hombre, se ofreció llevarla a casa, pero el departamento de la chica, no sería el lugar al que llegarían.

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Se abrió la puerta, la bella chica entro y asombrada, observo el departamento de su profesor. Sesshomaru entro detrás de ella y con su penetrante mirada, escaneo cada uno de sus movimientos, así como la dulce e inofensiva mirada de niña, que, por alguna razón, le encantaba. Rin, tenía algo extraño, algo que lo atraía de una manera monumental y debía descubrir que era.

Toma asiento - comento él- En un momento regreso

Dicho eso, se retiro y la castaña se acerco al gran sofá en medio de la sala. Era un departamento realmente increíble, reflejaba claramente el toque de un buen gusto y la seriedad que identificaba a su profesor. Entonces, mientras seguía observando el lugar, Rin abrió cual asombro los ojos al ver del lado de una ventana, un grandísimo y espectacular piano; no pensó dos veces y se levanto para acercarse a él.

Era impresionante, además de hermoso; poso sus manos sobre el brillante instrumento y delicadamente lo recorrió con las yemas de sus dedos, mientras recordaba gustosa, la manera en la que Sesshomaru podía perderse cada vez que tocaba música. Verlo de esa manera era excitante, pues todo su ser se convertía en la melodía que tocaba, mordió sus labios al imaginarlo y sin esperarlo, de un sobresalto salió de sus pensamientos.

Sesshomaru, se acerco lentamente a ella tomándola por los hombros, sintió como la chica tembló y un satisfactorio placer lo hizo sonreír, le indico que era momento de marcharse y Rin simplemente acento. Giro hacia él, le regalo una mirada y en seguida tomo camino para irse. Mientras la veía menear esas perfectas caderas, no pudo resistirse más y decidió investigar qué era lo que esa jovencita ocultaba.

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