Pertenencia

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- Fue encantadora Rin…

- ¿Segura? En realidad, no te escucho muy animada ¿Sucedió algo? - cuestiono dudosa

- Bueno ... es que si fue encantadora pero ... algo no me agrado del todo

- ¿A qué te refieres? - preguntó dudosa

- Te explicare: Esa noche, Inuyasha paso por mí, se veía realmente sexy como vestía, igual que siempre se porto como todo un "caballero" conmigo, me llevo a un restaurante de lujo, cinco estrellas, cosa que me estreso un poco pues no estoy acostumbrada a estar en sitios así. El lugar era bastante bochornoso, gente altanera, fina, con música en vivo, velas y flores…

- Kagome suena hermoso - interrumpió incrédula

- Lo fue Rin… fue hermoso, lo que planeo, lo que hizo, lo que comimos y hasta la música era espectacular pero…

- ¿Pero qué? - insistió

- No paso nada mas… después de cenar, lo único que hizo fue regresarme a casa - Rin no entendía a su amiga - Ósea… no hubo nada de sexo, ¿Entiendes?

- ¿Qué? - expreso sorprendida - Kagome ¿Qué es lo que sucede contigo? ¿Pedias algo mas después de esa hermosa noche? Inuyasha se esforzó en hacerte pasar una velada romántica y tú, lo único que pensabas ¿Era en sexo?

- Siempre fue así amiga, terminando la noche teníamos un bello encuentro de pasión pero esta vez… no hubo nada - confeso insatisfecha

- ¡No puedo creerlo Kagome! - soltó frunciendo el ceño

- Además… no creas que la conversación fue realmente romántica… al parecer Inuyasha está preocupado por ti

- ¿Por mi? ¿Por qué?

- Pues se la paso preguntadme como estabas, que sucede con Sesshomaru, en realidad, la mitad de nuestra conversación fuiste tú. Te amo amiga pero… una velada romántica no consiste en hablar de tu amiga…

Aquel comentario sorprendió a Rin, sabía que Inuyasha era un buen amigo pero, nunca imagino que le preocupara de esa manera. Bueno, sabía que era un buen muchacho, cosa que su amiga a veces no valoraba y eso comenzaba a preocuparle pues Kagome siempre había sido una chica a quien le gustaba jugar con los muchachos y solo tener sexo con ellos, y con su nuevo novio estaba la posibilidad de perder una verdadera relación.

La castaña no hizo más comentarios, simplemente se retiro a su habitación. Planeado dormir, se metió a su cama, enrolló su cuerpo entre las sabanas y deseo con todo su corazón que algún día, Sesshomaru llegara amarla tanto como Inuyasha amaba a su amiga, al menos, en sus sueños.

A la mañana siguiente, Rin y Kagome como cada día, se apresuraban para salir de casa y dirigirse a la universidad, en ocasiones, llegaban por separado puesto que Inuyasha pasaba por su novia y Rin, sin la intención de incomodar a la pareja, prefería irse en el transporte. En esa ocasión no sería diferente pues el peli plateado novio de su amiga ya había llegado, las chicas se despidieron sonrientes y cada una se encamino por diferente dirección.

Mientras Rin caminaba en busca de algún taxi, comenzó a inquietarle un extraño auto negro que hacia calles la seguía, era extraño pues no lo conocía, no era de ninguno de sus conocidos, eso, comenzó asustarla. Nerviosa, apresuro el paso, intentando llegar a un lugar seguro; cuando vio que aquel auto ya no estaba, suspiro de alivio al pensar que lo había perdido, pero duro poco su alivio al ver que ese mismo, ya se encontraba a lado de ella. Sintió que palideció en un parpadeo, cuando vio que las ventanas del auto comenzaron a bajar. Su corazón palpitaba a toda prisa, imaginaba lo peor cuando…

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